RELOJ DE ARENA Rescatando la historia viva
La información, la crónica o los comentarios periodísticos son perecibles. Pueden ser impactantes en el momento, pero con el tiempo se los lleva el viento en su frágil carrocería de papel, de un diario o una revista.
Y no hablemos de los contenidos de los medios electrónicos, que a veces se citan con dificultad y con alteraciones en sus versiones originales.
Así y todo, esa fragilidad de los textos periodísticos a veces logra sobrevivir convertidos en recopilaciones que toman la forma de un libro. Asumen esos textos una condición literaria que, injustamente, no se otorga al género periodístico, que tiene un valor creativo fruto de investigaciones, de hechos del momento o de evocaciones del pasado que vale la pena conservar.
Esos libros, vistos en perspectiva, son valiosos documentos para la construcción de la historia. La historia no es la suma únicamente de grandes hechos; la buena historia exige un contexto que entrega precisamente el aporte del periodismo que escribe los hechos del día a día. Es "historia viva".
Así, un aporte valioso son las publicaciones que rescatan textos periodísticos que en su momento fueron importantes o, simplemente, instantáneas de hechos pasados que vale la pena conservar tanto por su contenido como por su estilo.
Tenemos a la vista numerosos frutos de la creatividad porteña convertidos en libros. Ahí están "Crónicas" de Alex Varela, gran redactor del este Diario. Además, conservamos los recuerdos, muy locales, de "Crónicas de Valparaíso, recuerdos y fantasías", artículos de Hugo Rolando Cortés publicados también en este Diario. Adolfo Simpson T., por su parte, en una limitada edición, nos entrega 43 documentadas "Crónica de Valparaíso Antiguo", columnas aparecidas en este Diario, "La Estrella" y "La Unión".
Incursionando en la política encontramos, gracias a un libro, "En Tontilandia", notables comentarios de Genaro Prieto, publicados en el desaparecido "Diario Ilustrado". Escribe Alejandra Costamagna, editora del libro, que "la sátira, el sarcasmo y la caricatura social fueron sus armas predilectas". Fallecido en 1946, sus escritos periodísticos durante tres décadas estremecían al mundo político, social y económico del país.
Tambien la imagen
La imagen también está presente, y con fuerza, en la recuperación de antiguas publicaciones. Las encontramos en el álbum "Lukas en El Mercurio de Valparaíso", editado por este Diario y en "30 años con los monos", recopilación de trabajos de Rubén Bastías publicados en "El Mercurio" y "La Estrella".
Y esa tarea de rescate se mantiene y se convierte en un patrimonio vivo. Así, asistimos en las últimas semanas a la presentación de dos obras muy porteñas destinadas a conservar en el tiempo ese "día a día" que conforma los grandes pilares en la historia. Con el auspicio de El Mercurio y la Universidad Adolfo Ibáñez, fue presentado "La palabra anclada: crónicas de Valparaíso", selección de columnas del historiador y académico Gonzalo Serrano del Pozo publicadas en la edición dominical de este Diario.
Ya nos hemos referido en estas páginas a esa publicación prologada por el escritor, también porteño, Manuel Peña Muñoz. "Como historiador - alude a Serrano-, sabe leer los vestigios que quedan en la ciudad". Afirmación que llama a la meditación.
Y recién, el pasado 19, fue presentado otro libro, que recoge trabajos de un infatigable periodista de este Diario, Luciano Figueroa Contreras. Edición reducida, muestra en su portada una antigua fotografía del edificio de El Mercurio, con un reloj en su cúpula. Tal vez de los años 20 o 30 del siglo pasado, por cierto, muy anterior a la vandalización de que fue víctima por los "desconformados cerebrales" -término de Encina- que intentaban silenciarlo.
Figueroa, profesional viajado, si bien alude a temas como la muralla china, Tailandia, las estatuas europeas, los bomberos de París, o los horrores de Auschwitz, lugar que visitó, siempre tiene presente el escenario local y sus protagonistas.
Nos recuerda el nacimiento de un importante conjunto musical:
- "Un grupo de alumnos del Liceo Guillermo Rivera, Gabriel, Claudio y Eduardo Parra, Eduardo Alquinta y Mario Mutis, decidieron formar en 1963 un grupo musical para interpretar rock progresivo, que luego mezclaron con ritmos latinoamericanos. Se denominaron los High Bass, traducido más tarde a 'Los Jaivas'… En agosto se presentaron en el Teatro Municipal, en una velada que no constituyó un éxito. Esto no los amilanó…". El resto de la historia es conocida.
Los "pijes" de everton
Nos recuerda también el nacimiento del Everton, en el porteño cerro Alegre, el 24 de junio de 1909, conocido entonces como "el club de los pijes", donde "no se admitía a cualquiera".
Recorremos en el libro comentarios relativos a las calles de Valparaíso y Viña del Mar y lógicamente a los ascensores.
Recuerda Figueroa a un precursor que trabajó en Valparaíso, el profesor alemán de la Universidad Santa María Julio Hirschmann Recht, pionero en la investigación de la energía solar. Instaló un laboratorio en la torre del tradicional edificio. Pero "sus inquietudes no tuvieron el apoyo necesario".
En un comentario pintoresco alude a un loro, Alex, fallecido a los 31 años, que tenía un vocabulario de 150 palabras, y lamenta que en nuestro léxico, según el estudio de una universidad porteña, "empleamos poco más de 800, unas seis veces más que los que sabía el recordado Alex".
Este libro es la continuación de una serie de rescates periodísticos de publicaciones que se salvan del olvido y que a su valor del momento suman aportes valiosos a la historia formal, aquella de los grandes hechos. Vale la pena continuar con esta "veta editorial".