Una alerta de seguridad, dirigida especialmente a los ciudadanos estadounidenses que visiten Viña del Mar y Valparaíso, emitió ayer la embajada norteamericana en Santiago, llamando a la cautela de los turistas y describiendo algunos de los métodos utilizados por los delincuentes para atacarlos. Uno de ellos es el viejo truco de la rueda pinchada a la salida de un restaurante o de una zona turística, para luego encontrarse con un "buen samaritano" que distraerá a las víctimas, mientras otro les roba sus pertenencias, como ya le pasó alguna vez a la embajadora del Reino Unido y su marido en el mirador Long Beach de Playa Ancha en los últimos días del año 2021; y también a la diputada del Partido Conservador Caroline Dinenage y el miembro de la Cámara de los Lores John Mark Lancaster en la avenida España, a la altura de la Caleta Portales en septiembre de este año.

Asimismo, la embajada alerta sobre la utilización de escáneres con Bluetooth para detectar artículos tecnológicos olvidados en los vehículos, solicitando tener mucho cuidado, no resistirse a un posible asalto y no aceptar ayuda cuando tenga problemas con su vehículo, lo que hace sólo algunos días pareció rizar el rizo cuando Paul Vásquez, el "Flaco" de Dinamita Show, se bajó caritativamente a ayudar a un supuesto pobre conductor en panne en la Ruta 78 y ¡lo terminaron asaltando a él y casi matan a su mujer y a su mánager!

Si bien es cierto que estas alertas no son nada nuevas, ya es la segunda que hace referencia a ambas comunas durante el presente año, complotando de forma bastante contundente en contra de las ciudades bellas y seguras que ambas municipalidades dicen tener. Por ello es absolutamente necesario e indispensable entender que la seguridad es una de las certezas más importantes que el Estado y las comunas deben garantizar a la población. ¿Para qué queremos muelles de cruceros si no podemos cuidar a los turistas?

En la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Chile, se mantienen las ponderaciones de la canasta fija por un periodo de cinco años. En otras palabras, la inflación actual está calculada en base a la composición del consumo de los hogares chilenos de hace cinco años. Esto lleva a un sesgo en la medición de inflación conocido como el sesgo de sustitución.

En términos simples, dicho sesgo ocurre porque cuando el precio de un artículo sube mucho, por ejemplo, las papas, los hogares sustituyen su consumo por otro de características o utilidades parecidas y con un precio menor, por ejemplo, el arroz. Este cambio implica que el artículo de bajo precio sube su participación relativa en el gasto de los hogares, mientras que el artículo de mayor precio baja su ponderación en la canasta del IPC. Así, el sesgo de sustitución lleva a sobrestimar la inflación, es decir, que se registre un valor mayor al verdadero. Una de las consecuencias es que la UF, calculada precisamente en base a la variación del IPC, sube en una mayor proporción, impactando los gastos hipotecarios, en salud, en educación y en otros servicios cuyos precios están indexados a la UF.

Es difícil eliminar completamente el sesgo de sustitución, pero hay métodos para limitarlo que se han implementado en países, por ejemplo, Estados Unidos y la zona euro. Se llama un índice encadenado. Explicado brevemente, este método fragmenta el paso del año base (2018 actualmente en Chile) hasta el periodo actual considerando incrementos parciales. La implicancia es que las ponderaciones de la canasta del IPC reflejan el consumo del periodo anterior en vez de aquel del año base. De esta manera, dicho método toma implícitamente en cuenta cambios en el consumo y permite obtener estimaciones más precisas de la tasa de inflación. En Chile ya se utilizan índices encadenados, por ejemplo, para el cálculo del Imacec que publica el Banco Central.

De mi conocimiento, no existe evidencia sobre el tamaño de la sobreestimación en Chile, pero cálculos de Estados Unidos sugieren que la tasa de inflación computada con índices encadenados es aproximadamente 0,25 puntos menor cada año. En años particulares la diferencia alcanzó 0,8 puntos. Es decir, la implementación de índices encadenado para el cálculo del IPC en Chile podría significar una disminución general de la inflación y con eso menos gastos para los hogares que tienen pagos en UF.

En febrero de 2024, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Chile publicará una nueva canasta para el IPC. Dicha canasta va a mostrar cómo un hogar representativo de Chile ha utilizado su ingreso para comprar diferentes bienes y servicios basado en una encuesta realizada entre octubre de 2021 y septiembre de 2022. El cambio de la canasta seguramente limitará la sobreestimación en el corto plazo, pero con el tiempo es probable que esta vuelva a aumentar.