Día clave para ley contra usurpadores
Sala de la Cámara debe revisar el veto que presentó el Presidente de la República al proyecto que aborda las tomas de terrenos. La legislación que sea aprobada debe responder con todas las nuevas herramientas para frenar rápidamente la indiscriminada toma de terrenos en la Región.
Pese a las intensas negociaciones de las últimas semanas y a un paso exitoso por el Senado, el veto presentado por el Presidente de la República Gabriel Boric al proyecto aprobado por el Congreso que modifica el Código Penal para castigar con penas privativas de libertad el delito de usurpación, tendrá hoy un tenso debate en la sala de la Cámara de Diputados, donde persisten profundas diferencias sobre la mejor forma de enfrentar las tomas de terreno. El problema es doble para el Gobierno, porque cualquier norma que sancione de forma más gravosa la actual situación de las personas que viven en terrenos ajenos, debido a la necesidad de tener una vivienda propia, recibirá un duro cuestionamiento de los diputados oficialistas, en tanto que las propias disposiciones aprobadas en el Senado, que reducen la penalidad de algunas situaciones dispuestas en la ley original, son observadas por varios parlamentarios de oposición como un obstáculo para dar solución definitiva a un problema que tiene su expresión más impresionante en las decenas de campamentos aparecidos en los últimos años en la Región.
No parece haber una resolución fácil. La necesidad de equilibrar entre una persecución penal justa y la angustia de los dueños de predios bajo toma o en riesgo de serlo parece que es el punto más difícil de encontrar. El debate de hoy en la sala de la Cámara y las conversaciones que haya entre el Gobierno y los diputados más reticentes al veto marcará el destino de una ley que ha demorado más de lo conveniente en ser promulgada. La señal del mundo político no puede dejar espacio a las dudas: la legislación que sea aprobada debe responder con todas las nuevas herramientas que contempla para frenar la indiscriminada toma de terrenos y ser aplicada por los organismos públicos con toda la rapidez posible. Cada día que se pierde en la implementación de nuevas herramientas significa uno a favor de las mafias que hacen negocio con el dolor de cientos de personas.