La renuncia de Eduardo Berizzo a la banca de la Selección Chilena era algo que rondaba. Debido a sus malos resultados con la Roja era cuestionado de manera permanente al punto de sacarlo de quicio en la conferencia de prensa previa al duelo del jueves ante Paraguay. Sin embargo, el momento que eligió resulta el peor: después de un empate con los albirrojos y antes del segundo duelo de esta fecha de las Clasificatorias contra Ecuador, que aparece como un duro escollo.

Se podrá especular con que no quería sumar una goleada en contra que destruyera más su prestigio como adiestrador. Y que era mejor irse tras un empate y una medalla de plata panamericana. Pero de la misma forma se puede aludir a su egoísmo, a que dejó el equipo botado y a la deriva justo cuando más se lo necesitaba.

Lo suyo fue fulminante: a las 00.35 de la madrugada anunció su dimisión y a las 02.00 ya había pasado por Juan Pinto Durán para llevarse todas sus cosas. Y obligó a la ANFP a reaccionar con la misma rapidez y nombrar ayer mismo a un DT interino: Nicolás Córdova, entrenador de inferiores y con escasa experiencia.

Números no dieron

Lo cierto es que Berizzo se va con cifras tristes: con la Selección adulta disputó 16 encuentros con 6 derrotas, 6 empates y 4 victorias (dos de ellas en amistosos ante Cuba y República Dominicana y sólo uno oficial, ante Perú en estas Clasificatorias). En estos duelos la Roja marcó 16 goles (8 a los cuadros caribeños) y recibió 17.

Nunca pudo despegar el argentino al mando del equipo nacional. Un adelanto de ello fue que no obtuvo triunfos en sus siete primeros duelos, algo que se mantuvo como constante.

Fue un nuevo experimento de un discípulo de Marcelo Bielsa que no logró lo de su maestro. Pese a ello fue defendido por sus jugadores. Gary Medel dijo que "no lo dejaron trabajar tranquilo y por eso se cansó", mientras Alexis Sánchez afirmó que "es injusto porque es responsabilidad un poco de los jugadores".

Una explicación similar dio el presidente de la ANFP, Pablo Milad, quien contó que tras el partido Berizzo les confesó que "tengo una carga emocional muy fuerte, una presión muy grande y no quiero que esto siga influyendo en los jugadores".

Milad reconoce que para reemplazar a Berizzo "hay muchos nombres" y añade que "nos hemos puesto un plazo hasta la fecha FIFA de marzo para tener al mejor entrenador para nuestra Selección".

Ayer mismo comenzaron a saltar esas opciones. Los dos primeros fueron Ricardo Gareca, que llevó a Perú al último Mundial, y Gustavo Quinteros, actual entrenador de Colo Colo, pese a que el presidente de Blanco y Negro, Alfredo Stöhwing, dijo que "no se lo recomendaría".

Otros nombres fueron Gabriel Heinze y Ariel Holan. Incluso el exportero nacional Nelson Tapia se propuso y advirtió: "Ojo, estoy en Quito"; mientras la red social X hizo tendencia el nombre de Jorge Sampaoli.

Más problemas

A la falta de DT oficial para el choque con Ecuador se suman las bajas por suspensión de Gary Medel (acumulación de tarjetas amarillas) y Víctor Méndez (expulsado ante Paraguay).

Además, ayer se supo que tampoco estará Damián Pizarro, delantero titular el jueves: sufrió una lesión en la clavícula.

Hablando de jugadores, muchos se preguntaron si la salida de Berizzo le abría la puerta al regreso de Claudio Bravo, excluido desde que prefirió tener vacaciones que jugar amistosos de bajo nivel. El portero no se refirió a ese tema, pero sí mandó un mensaje: "Primero duele, después te da rabia y termina dándote risa y también la razón". ¿Algo más? Sí: acompañó estas palabras con el emoji de un ratón.

No sólo la renuncia de Eduardo Berizzo fue lo que marcó esta última jornada de las Clasificatorias: parece haber habido una verdadera revolución en la competencia sudamericana y una muestra de ello fue que por segunda vez en la historia perdieron en una misma fecha Argentina y Brasil.

Los campeones del mundo cayeron 2-0 frente a Uruguay y la Verdeamarilla sucumbió por 2-1 frente a Colombia. Algo así sólo se había dado el 8 de octubre de 2015, primera fecha de las Clasificatorias para Rusia 2018: ese día la Albiceleste cayó de local ante Ecuador por 2-0, mismo resultado por el que Chile venció a Brasil en Santiago.

El cuadro pentacampeón también marcó un hito: desde el Mundial que organizó en 2014 no perdía dos duelos consecutivos. Esa vez cayó estrepitosamente 7-1 en semifinales con Alemania y luego 3-0 con Países Bajos. Esta vez fue 2-0 ante Uruguay en la cuarta fecha y la mencionada caída ante los cafeteros el jueves.

Clausura y euforia

Argentina no sólo se vio afectada por la derrota de local frente a la Celeste que dirige Marcelo Bielsa; además, el estadio La Bombonera de Boca Juniors fue clausurado por superar el aforo permitido para el duelo: vendieron más entradas de las que podían.

¿Lo bonito del fútbol? Las dos potencias sudamericanas jugarán entre sí el martes en el Maracaná de Río de Janeiro.

Al menos hasta ese día Brasil estará en la tabla por debajo de Venezuela y Colombia, su último verdugo, que en Barranquilla tuvo entre sus hinchas al padre del atacante Luis Díaz, quien estuvo secuestrado por semanas en su país y el jueves casi colapsó por la euforia en los festejos de los dos goles de su hijo que le dieron el triunfo a su selección.