LA TRIBUNA DEL LECTOR
POR ROMINA MARAGAÑO, SEREMI DE EDUCACIÓN POR ROMINA MARAGAÑO, SEREMI DE EDUCACIÓN
La educación pública es el motor de un país. Gestionada y financiada por el Estado, garantiza que todo ciudadano -sin discriminación alguna- tenga acceso a ciclos de formación que le permitirán desarrollarse de manera integral para ser parte activa de la sociedad y alcanzar sus proyectos de vida, entregando herramientas para adaptarse a los cambios y desafíos del siglo actual y aportar con sus conocimientos, intereses y habilidades a la construcción de su comunidad y territorio.
Para ello, la educación pública debe contar con una institucionalidad dedicada exclusivamente a la gestión pedagógica, administración, financiamiento y acompañamiento a sus comunidades educativas de manera descentralizada, implementando medidas que respondan a las realidades y necesidades territoriales, poniendo en el centro al estudiante, a su familia y a su entorno, para reforzar el rol social e integrador que caracterizan a las escuelas y liceos.
Y para que la educación pública -que por años ha quedado relegada e incluso en muchos casos abandonada en aspectos esenciales, como por ejemplo en infraestructura- realmente cumpla con su objetivo, necesita robustecerse desde un punto de vista institucional, estructural y contar con el apoyo político y social transversal de todas y todos.
Necesitamos un consenso social que nos permita avanzar en la construcción de la educación pública que queremos; no es opción detener el proceso de instalación de los SLEP, cuando debemos garantizar el derecho a la educación y reducir las brechas de desigualdad en la sociedad chilena. La educación pública es el camino para alcanzar la justicia educativa, elemento indispensable para la justicia social, en la que la igualdad de oportunidades y el bien común toman un rol protagonista.
Recuperar la confianza en la educación pública no es una tarea fácil. El proceso de traspaso desde los municipios a los Servicios Locales de Educación ha implicado un doble esfuerzo no sólo para poner en marcha una nueva administración que centre su quehacer en el aspecto pedagógico y en la formación integral, sino también porque se han debido realizar gestiones y resolver temas pendientes que se arrastran por décadas del sistema municipal.
El camino es largo y estamos trabajando incansablemente para que la Nueva Educación Pública sea el orgullo de todos y todas. Este trabajo, además, ha sido de puertas abiertas. Nos hemos reunido con autoridades locales, organizaciones sociales, gremios de educación y comunidades educativas para llevar a cabo los ajustes necesarios que permitan mejorar los procesos administrativos, financieros y pedagógicos para la instalación de los SLEP, y hemos generado instancias de trabajo para incorporar las recomendaciones del Consejo de Evaluación del Sistema de Educación Pública. La transición de una reforma de esta envergadura es compleja, pero estamos a tiempo de llevar a cabo las adecuaciones necesarias para encaminarnos hacia la consolidación de este sistema.
Para ello, hemos establecido una hoja de ruta que se traduce en una estrategia que apunta a robustecer los servicios locales de educación desde su traspaso, instalación y funcionamiento, abordando problemas administrativos y de gestión presupuestaria a través de proyectos de ley que modifiquen la 21.040 en sus distintas dimensiones y estableciendo una coordinación intersectorial para el desarrollo de capacidades para los cargos a cubrir por Alta Dirección Pública. También buscamos potenciar la propuesta educativa en los SLEP abordando la calidad educativa, inyectando recursos para proyectos de infraestructura escolar y desarrollando programas que permitan, con pertinencia territorial, la formación de profesionales de la educación.
No podemos olvidar que la Nueva Educación Pública es una de las reformas más relevantes en materia educativa de los últimos 50 años, y como sociedad debemos trabajar de forma conjunta, dialogante y con voluntariedad para asegurar que todo niño, niña y joven de Chile, y sus familias, quieran ser parte de ella. La educación pública es nuestra bandera de lucha y donde tenemos puesta nuestra esperanza, y la invitación es que también sea la de ustedes.