LOS MARTES DE DON DEMETRIO Constitucionalitis aguda III
POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO POR DEMETRIO INFANTE FIGUEROA, ABOGADO Y EXDIPLOMÁTICO
La consulta al país respecto al rechazo o aprobación del texto a que dio origen la Convención Constituyente se efectuó el 4 de septiembre del 2022. Como se ha indicado antes, el Gobierno y las fuerzas políticas que lo sustentaban y que hoy lo respaldan se jugaron entero por su aprobación, aduciendo que por primera vez se permitiría que un texto constitucional nacido de genuinos representantes del pueblo rigiera en Chile.
Habíamos otros que pensábamos que si el voto favorecía la proposición de la Convención, el futuro del país se presentaría absolutamente negro. Pues bien, ese 4 de septiembre (fecha que es señera, pues antes de 1973 las elecciones presidenciales se llevaban a cabo ese día) el país, por una mayoría pocas veces vista en la historia, rechazó categóricamente la propuesta que se le presentaba. La votación fue de 38,11% por el Apruebo y 61,89% por el Rechazo. Votaron más de 13 millones de personas. Significativa derrota para La Moneda. Pagó caro su innecesario involucramiento directo en dicho acto.
Esa noche la pandemia de la constitucionalistis quedaba expuesta en todo su esplendor. La vacuna ideada -debido a su mala calidad- no había causado efecto alguno. Por el contrario, el cuerpo de Chile la había rechazado categóricamente. La enfermedad se había ahondado y la incertidumbre sobre el futuro era seria.
Ante tal triste realidad, los diferentes grupos políticos acordaron hacer un nuevo intento mediante la creación de un Consejo Constitucional que estuviera conformado sólo por 50 miembros, 25 hombres y 25 mujeres. De esa manera, se pensó, cada grupo presentaría a los mejores expertos constitucionales que tuvieran en sus filas. La elección de aquellos se llevó a cabo el 7 de mayo del 2023 y el organismo debía efectuar su trabajo entre el 7 de junio y el 6 de noviembre, para entregar oficialmente el resultado obtenido al Presidente de la República al día siguiente. Esta vez, a fin de evitar el deplorable resultado en la fracasada Asamblea, se establecieron de común acuerdo entre los diferentes grupos políticos ciertos "bordes" que debían ser respetados por el Consejo. Se creó, además, un Comité de 24 expertos en Derecho Constitucional que opinaría sobre las disposiciones a aprobar y en cada caso podría hacer presente los errores o excesos que encontrara en los artículos que se iban aprobando. En los comicios mismos para elegir a los convencionales las fuerzas que sustentaban al Gobierno nuevamente sufrieron una aplastante derrota, ya que la mayoría de los electos se declaraban opositores a este. En su instalación el Consejo, inteligentemente pese a existir una abrumadora mayoría opositora, eligió a una mujer miembro de esta como su presidenta y a un destacado hombre público de la minoría como vicepresidente, ello como una manera de mostrar al país un espíritu de colaboración.
El trabajo fue arduo y todas las noches, a través de los noticiarios de la TV, era posible seguir el trabajo que se hacía. Pero la vedad es que el entusiasmo general de la población sobre el tema era casi inexistente y fuimos muy pocos los que nos esforzábamos por estar al día de lo que allí acaecía. Pese a lo anterior, hay que reconocer el esfuerzo y dedicación de todos los miembros del Consejo, quienes a veces sesionaban más de 10 horas diarias y en muchas ocasiones los sábado y domingo para cumplir la tarea que se les había impuesto en el breve plazo que se había establecido.
El buen ambiente inicial fue desapareciendo y poco a poco comenzaron a aparecer disputas aparentemente serias sobre determinadas materias sustantivas, las que fueron adornadas por algunos con afirmaciones irresponsables o con hechos no ciertos, todo lo que ha ido estableciendo en una parte del país una visión negativa de lo aprobado por el Consejo. Maliciosamente se sostienen tesis falsas relacionadas directamente con medidas que afectan intereses sustantivos de una gran mayoría de la población. Quizás la más notoria es aquella que indica que el texto aprobado da cabida a la posibilidad que se eliminen las tres causales legales hoy día vigentes que habilitan a las mujeres a recurrir al aborto. No hay una sola letra en todo el texto que sirva de base a aquello y no existe ni una sola opinión de un consejero que dé pie a colegir eso. Pero la idea marxista-leninista de miente, miente, que siempre algo queda, ha funcionado a la perfección. Por otra parte, nada se dice que el nuevo texto incorpora la posibilidad de declarar estado de excepción en caso de terrorismo, cosa que hoy no se puede hacer. Es decir, se podría enfrentar directamente el mayor flagelo que tiene Chile hoy día. Decir verdades a medias también es mentir.
Lo que personalmente me llama en extremo la atención es que individuos criteriosos, que han demostrado su capacidad intelectual en diversos cargos públicos y que son reconocidos por todo el país por su ecuanimidad, hayan caído en este malévolo engaño, sin medir las consecuencias graves que sus dichos pueden alcanzar. Frente a lo anterior, debo rescatar la clara, fundada y precisa declaración del expresidente Eduardo Frei, quien desafiando a muchos cercanos en forma prístina ha anunciado que votará por el "A favor". (continuará)