El gran dilema del cuidado patrimonial
Un gestor inmobiliario transparenta uno de los grandes problemas que tiene Valparaíso para proteger sus edificios. No basta con decretar áreas de protección patrimonial, cuando estas decisiones sólo redundan en el deterioro de los mismos edificios que quieren proteger.
La puesta en venta del edificio de calle Esmeralda donde funcionó el "Hotel Royal", en Valparaíso, permite mostrar el doble dilema que enfrenta la ciudad para cuidar su casco histórico. La edificación, cuya venta está en manos de la empresa de servicios inmobiliarios Colliers, fue construida en 1897, sobre los cimientos del "Hotel de France", consumido por las llamas de un gran incendio que afectó al sector en 1894, y ha estado sometida en los últimos años a los riesgos de deterioro propios de una ciudad como Valparaíso. Con una fachada que remite con distinción a la tradición arquitectónica de su época y un interior de amplios e iluminados espacios, el inmueble debería ser parte de cualquier catastro de recuperación patrimonial, pero ni el Estado de Chile ni el municipio de Valparaíso han logrado implementar un plan de rehabilitación para inmuebles de estas características y envergaduras con la magnitud y persistencia que requiere la ciudad.
La directora de la carrera de Restauración de Bienes Patrimoniales de Duoc UC Sede Valparaíso, Carmen Gómez Maestros, lo plantea de forma sencilla, pero contundente: "Es importante que estos edificios se puedan recuperar lo antes posible, porque cuanto más tiempo pasa, en el fondo, mayor es la inversión necesaria en términos económicos. De esta manera, el intervenir más prontamente hace más factible que el inmueble se recupere". Sin embargo, el verdadero interés en la conservación de edificios de real valor arquitectónico requiere de medidas efectivas por parte del Estado que fortalezcan la viabilidad financiera de los proyecto de este tipo. No basta, como bien advierte el vicepresidente de Colliers, Reinaldo Gleisner, con las declaratorias de conservación, las restricciones de protección patrimonial y las delimitaciones de áreas especiales de cuidado histórico, cuando ellas sólo redundan en el deterioro de los mismos edificios que dicen proteger.