Como ninguno de los parlamentarios o consejeros regionales que llegaron al poder prometiendo la pavimentación de Los Pinos, que une el antiguo Camino Internacional (F30-E) con Reñaca y Bosques de Montemar, cumplieron ni cumplirán con su palabra, ENAP Aconcagua le aplicó al tramo hace más de un año el producto bischofita (mineral compuesto de cloruro de magnesio hexahidratado, MgCl2×6H2O), al igual como lo ha hecho en caminos rurales de la comuna, lo que funciona como un estupendo supresor de polvo en suspensión.

En ese entonces, el alcalde de Concón, Freddy Ramírez, y la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, celebraron el acuerdo que beneficiaba a ambas comunas, empero un año más tarde el desgaste propio del uso, las lluvias e inclemencias climáticas han acabado con la película original de la vieja y querida bischofita.

El asunto, entonces, parece tener dos soluciones: la primera, que nadie va a cumplir, es invertir ingentes montos de dinero en pavimentar un tramo de relativa baja circulación y que, en rigor, beneficiaría mayoritariamente a privados de altos ingresos. Algo impensado para un frenteamplista hecho y derecho. La segunda, ya la adivina usted, perspicaz lector, es volver a aplicar el famoso compuesto descubierto por Carl-Christian Ochsenius en el siglo XIX en las cercanías del río Volga, en Rusia, y bautizado en honor al geólogo y geoquímico alemán Gustav Bischof, como suele suceder en cualquier evento meritocrático en la historia del mundo. Sólo recuerde usted que América debiese llamarse algo así como Colombia o Cristobalandia, de no ser porque el cartógrafo florentino resultó tener mejor prensa que el descubridor ¿genovés?

Por consiguiente, la mejora del camino hoy topa en otro absurdo: en rigor, buena parte de Los Pinos pertenece a la comuna de Viña del Mar, por cuanto está justo en la frontera, argumento que la ENAP estaría utilizando -según cuentan en uno de los municipios- para dilatar esa segunda repasada de bischofita que tanto necesita el tierral que va desde el Cementerio Parque del Mar hasta Los Pellines, por un camino, y la conexión a Escribá de Balaguer, por la otra variante.

Raya para la suma. Quizás en Alemania o Noruega no sea así. Pero en Chile la bischofita probó ser una opción válida para aliviar en parte la complejidad de transitar por Los Pinos y, a la vez, descongestionar la rotonda.

Si hasta el nombre es atractivo y pegajoso.

La Corte Suprema ordenó a las isapres ejecutar la rebaja del valor de la prima GES en agosto de este año. El impacto de esa orden resultará muy negativo para el sector, al igual que el de 2022 sobre tabla de factores.

Es sabido que los fallos se acatan, pero es posible criticarlos. En este caso, es evidente que la decisión del máximo tribunal incursiona en una política pública, probablemente debido a los vacíos del marco normativo y a que las isapres no se ajustaron a la legislación que modificó el uso de la tabla de factores.

Por lo anterior, y para aminorar sus efectos, existe un proyecto de ley en discusión en el Congreso (Ley Corta de Isapres) relativo a la tabla de factores. A diferencia de lo anterior, el fallo GES debe ser aplicado de manera inmediata. Es perfectamente posible y necesario plantear que el contexto de los fallos debe cambiarse. Ello permitirá un debate informado y reflexivo, con un foco claro, que no se ha observado, en el bienestar de los cotizantes, especialmente los pacientes

Transversalmente se ha relevado que la aplicación del fallo GES hará insostenible la permanencia de las isapres, con un efecto directo en sus cotizantes y en los prestadores privados, cuyas finanzas dependen en gran medida de esas instituciones; de hecho, ya enfrentan retrasos en el pago, tanto de las isapres como de Fonasa. No todos tienen la capacidad financiera para sobrellevar la demora, porque los prestadores privados no sólo son grandes clínicas, sino que también son en su mayoría pymes, lo que es fácil observar en laboratorios y centros de salud, donde trabajan profesionales y técnicos del área. También resultarán perjudicados los afiliados a Fonasa, que utilizan la modalidad libre elección en centros de salud, y los que se atienden en el sistema público, más abarrotado aún que en la actualidad.

Independiente de la perspectiva que uno tenga sobre el comportamiento y funcionamiento de las isapres, no parece razonable que entren en masivos problemas financieros antes de las definiciones sobre la aplicación de nuevas normativas. La reiterada afirmación que los fallos se cumplen es obvia y no aporta a mejorar los servicios de salud para los chilenos.

Existe consenso que la normativa que rige al sector salud, y en particular a las isapres, es inadecuada. Por ello es muy positivo que exista la posibilidad de abordar dichas falencias y avanzar para ir resolviendo los problemas que arrastra el sistema de salud en lo público y privado. ¿Qué impide el avance en la aprobación de las leyes y reglamentos que nos permitirán salir de este atolladero? ¿Qué alternativa se ofrece a sus afiliados?

La capacidad de aprobar una nueva legislación es atribución de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Nos parece urgente que ejerzan sus atribuciones, considerando el bienestar de la población como un todo.