LA PELOTA NO SE MANCHA A 12 pasos del cielo o el infierno
POR WINSTON POR WINSTON
Si el día de ayer fue de definiciones para la mayoría de los chilenos, el pasado 10 de diciembre lo fue para los wanderinos. Ese fatídico domingo, a las 21.25, Matías Plaza falló el último penal que le quedaba a Santiago Wanderers para empatar la serie, condenando a su club a estar otra temporada más en la primera B del fútbol chileno.
Si los porteños hubiesen perdido por 1-3, que era el resultado hasta el minuto '68, los hinchas habrían apagado la televisión choreados, pero no muy sorprendidos. Sin embargo, un minuto después, "Carlitos" Muñoz encendió una luz de esperanza, una llamita que parecía extinguida. Minutos más tarde, Juan Ignacio Duma alentó el fuego con el empate y, en ese momento, todo parecía un sueño. En solo 10 minutos, los caturros pasaron de la pena a la ilusión de los penales.
Al poco rato, el sueño se transformó en pesadilla. Desde los 12 pasos, Wanderers falló 4 de los 6 tiros que tuvo, uno más que Iquique, que se quedó con la gloria. De manera inmediata, afloraron las especulaciones y las recriminaciones. Un jugador del decano dijo que no habían practicado en la semana y mientras algunos querían quemar a lo bonzo al bueno del director técnico Palladino, otros lo defendían diciendo que daba lo mismo, esto era una ruleta.
A los pocos minutos y como una forma de evasión, las huestes caturras olvidaron que el punto central de la discusión era otro fracaso deportivo y se enfrentaron en dos bandos: los místicos versus los racionalistas. Los primeros decían que daba lo mismo cuánto se entrenara, al final, lo que decide quién gana la fortuna. Los otros, en cambio, consideran que la práctica hace al maestro y que lo que algunos denominan azar no es sino una serie de factores difíciles, pero no imposibles, de controlar, y el éxito está, precisamente, en manos de quienes son capaces de dominarlos.
Los primeros dirán que no era el turno del Decano. Es más, según el horóscopo chino, el 2024 será el año del Dragón de Madera, lo que explicaría que fuera Iquique el elegido. Por esa razón serán los dragones celestes los que tendrán la dicha de jugar con los mejores equipos de Chile. Los loros, en tanto, ni siquiera forman parte de este ciclo de 12 años donde sí están, por ejemplo, las ratas, los perros y cerdos. Habrá que buscar otro animal que identifique a los de Valparaíso, plantar ruda o seguir creyendo, pues no hay que olvidar que el verde es el color de la esperanza…
Los racionalistas, en cambio, piensan que este es un deporte profesional, donde cada vez más las estadísticas reemplazan a las elucubraciones. Frente al argumento de que hasta los mejores pierden, sacan del cajón la calculadora y demuestran lo contrario. Por ejemplo, es cierto que Lionel Messi ha fallado y que erró en la final de la Copa Confederaciones, de hecho, ese fue uno de los 31 yerros que ha tenido a la largo de su carrera. Sin embargo, el rosarino ha convertido en otras 108 ocasiones. Es decir, posee un 78,12% de eficiencia. De hecho, el domingo pasado se comprobó otra estadística, el que comienza pateando tiene más opciones de ganar la serie que el que termina haciéndolo.
Pero ojo, advierten, no se trata sólo de quedarse pateando al arco todo el día, también hay que trabajar los tiros desde el punto de vista psicológico, aislar el entorno, concentrarse en el balón y, junto con esto, estudiar a los rivales: cómo se paran, cómo corren, a dónde miran, etc. No es casualidad que el museo de Bonn tenga entre sus objetos más preciados y curioso el "torpedo" que usó el arquero alemán Jens Lehmann en el mundial de 2006 para derrotar a los argentinos en los penales.
Si por esas cosas del azar a alguien le interesa mi opinión, creo que la suerte existe y en la influencia de los astros o de un Creador para cambiar el curso que puedan tomar nuestras vidas, pero frente a circunstancias como la de los penales del fin de semana pasado, recuerdo la frase que ha sido atribuida a distintos deportistas: "Es curioso, pero mientras más entreno, más suerte tengo".