"Hay una frustración de no haber podido cumplir el propósito"
La abogada y exseremi de Justicia de la Región de Valparaíso Paz Anastasiadis, asesora jurídica de la bancada de diputados DC, fue una de los dos democratacristianos que integraron la Comisión Experta que inició el segundo proceso constitucional, instancia en la que tuvo algunas diferencias con vicepresidentes de su partido. Acá hace un balance del proceso, que también resultó fallido, y esgrime las razones de por qué cree que fracasó al igual que el anterior.
Sobre el reciente plebiscito, estima que "finalmente hubo un resultado que no tiene ganadores y sí tiene como perdedora a la política, con esta hipersegmentación que se ha diagnosticado como parte de los problemas intrínsecos de no poder llegar a acuerdos dentro del sistema, dentro del Congreso Nacional. Significó un duro traspié dentro del mismo proceso constitucional, que impidió generar un texto que alcanzara una representación mayor, pero desde esa perspectiva siempre considerando que aquí había un sector político en particular, que era la centroizquierda, que abogó más de 10 años por tener una nueva propuesta y, por lo tanto, también queda una importante reflexión que realizar a raíz del fracaso del proceso.
- Existía un cierto consenso en que el texto que elaboró la Comisión Experta no era malo. ¿Se desvirtuó mucho finalmente con lo emanado desde el Consejo Constitucional?
- Es efectivo que la propuesta de la Comisión Experta contenía normas que tenían transversalidad, pero por sobre todo porque al construirse como una base, como una propuesta, tal como lo disponía este proceso, no resolvía todas y cada una de las problemáticas que terminaron discutiéndose finalmente en el Consejo Constitucional, entonces desde esa perspectiva, es efectivo, ahí sí había un consenso, pero todos entendiendo que había un órgano democráticamente electo que iba a terminar generando la propuesta final.
- En el anterior plebiscito usted votó Rechazo y en el reciente proceso había dado luces de estar más de acuerdo con el A favor. ¿Finalmente votó alineada con su partido, que se manifestó por el En contra?
- Yo fui muy crítica de la campaña del En contra, en especial cada vez que se buscaba extremar interpretaciones o, definitivamente, desconocer normas que eran parte de una propuesta que, sin duda, respetó las 12 bases institucionales que fueron firmadas por todos los sectores políticos. Conjuntamente con ello generamos una propuesta absolutamente diferenciada del texto de la Convención, en ese sentido se desarrollaba una propuesta seria, responsable, con resguardo a la institucionalidad democrática, y en ese sentido me manifesté públicamente desde esa posición, entendiendo que tenía que mantener mi posición diferente a la adoptada por mi partido.
- Es decir, votó A favor...
- Mi posición era favorable al texto, creo que era un paso significativo, creo que hubiese ayudado muchísimo a este Gobierno a marcar una pauta respecto de lo que resta en los últimos dos años para acentuar aquellos aspectos que son relevantes de la calidad de vida de las personas. Hoy día volvemos a fojas cero.
- ¿Se superaron las diferencias con tres vicepresidentes de su partido que pidieron citarla al Consejo Nacional, acusándola de aliarse con la derecha en algunos puntos del texto que se estaba elaborando?
- Ese pequeño ruido que intentaron hacer fue con total desconocimiento del debate que se estaba realizando al interior de la Comisión Experta, y así lo entendió bien el presidente del partido. Hay sectores dentro de la Democracia Cristiana que les cuesta comprender la necesidad de un diálogo democrático, los actores que estábamos dentro de un nuevo proceso constitucional teníamos por objetivo principal generar transversalidad, pero no sólo eso, también señalo el desconocimiento de la labor que se cumplía, porque en la comisión en la que participamos se trabajó en grupos de uno y otro sector, es decir, cada uno tenía una pareja que representaba el otro sector político, para entregar normas que significaran una unidad de propósito y lograr generar las normas. Entonces, esa carta que generó una minoría dentro de la mesa, y que finalmente no tuvo ningún significado, era más que todo contravenir la lógica de los acuerdos, del respeto al sano debate democrático, más que realidad concreta de lo que se estaba trabajando al interior de la Comisión Experta.
- ¿La dejó conforme el trabajo hecho en este segundo proceso que finalmente también resultó fallido?
- Creo que acá uno de los grandes triunfadores, como se ha señalado, ha sido la moderación, y en este trabajo al interior de este segundo proceso, creo que faltó convicción por parte de nuestro propio sector político, de jugársela por la decisión que habíamos adoptado inicialmente, de tener una nueva Constitución nacida en democracia. Acá teníamos identificados los vicios de origen: que era una Constitución que nace en dictadura, pero resulta que al momento de resolver si es que esta propuesta constitucional cumplía con el estándar democrático, terminó, en el fondo, rompiéndose la posibilidad de concretar para el país lo que estábamos anhelando. Y en ese sentido, por supuesto creo que hay una frustración de no haber podido cumplir el propósito, en especial por no haber generado fuerzas políticas que lograran un mayor protagonismo, y lo digo desde esa perspectiva en donde la DC y el PPD, que teníamos participación dentro de la Comisión Experta, podríamos haber tenido un rol mucho más protagónico, conciliar las fuerzas políticas entre derechas e izquierdas, y eso no pudo suceder porque, finalmente, la DC y el PPD prefirieron sumergirse en los ideales de la izquierda, terminando por inviabilizar la posibilidad de una mejor comunión entre las normas.
Esto lo señalo sin perjuicio, por supuesto, de comprender que era un escenario difícil, donde un sector republicano que intentaba apostar a sus propias corrientes de pensamiento más conservador, distantes de la sociedad chilena, no supo leer correctamente el triunfo, y un Chile Vamos que no colaboró suficientemente en morigerar, al menos, esas pretensiones. Tuvimos la experiencia de dos mesas de negociación que terminaron sin ningún resultado, porque se utilizó la lógica del todo o nada, de manera de que era inviable compatibilizar mundos entre derecha e izquierda de esa manera.
"Tuvimos la experiencia de dos procesos que terminaron sin ningún resultado porque se utilizó la lógica del todo o nada".