Sofia Coppola aporta un nuevo ángulo al mito de Elvis Presley con "Priscilla"
ESTRENO. La directora de "Las vírgenes suicidas" nuevamente se inspiró en un libro: "Elvis y yo", escrito por la viuda del Rey.
Amelia Carvallo
Este 28 de diciembre llega a las salas de cines "Priscilla", la más reciente película de Sofia Coppola ("Las vírgenes suicidas", "María Antonieta") protagonizada por una pareja que saca chispas por su buena química en pantalla: Cailee Spaeny como Priscilla Presley, y Jacob Elordi como el Rey del Rock and Roll.
Basada en la autobiografía "Elvis y yo", libro que publicó en 1985 la viuda de uno de los mitos más incandescentes de la cultura pop, la película tiene el inconfundible sello de la hija del afamado Francis Ford Coppola ("El padrino"): estilizadas ambientaciones donde una protagonista oscilante, en proceso de cambio, afronta la zozobra de encontrar una identidad.
Esto, sin renunciar a un soundtrack altamente evocador que, por cierto, no cuenta con ninguna canción de Elvis: está Franky Avalon y su "Venus", los Everly Brothers con "All I Have to Do is Dream", Brenda Lee y su "Sweet Nothin's", y hasta "Crimson and Clover" de Tommy James, para darle sustancia a esta mirada nostálgica.
Si en "Las vírgenes suicidas" (1999), al ritmo de Air, Coppola nos presentó a las cinco hermanas Lisbon preparándose para morir o vivir su adolescencia en los suburbios de Michigan, en la celebrada "Lost in Translation" (2003) contemplamos a la recién casada Charlotte, perdida en un profundo tedio en Tokyo, hasta que el mejor y más decadente Bill Murray la rescata. Otro tanto logra en "María Antonieta" (2006), un filme que entre vestidos de satín, champagne y bombones cuenta la historia de una adolescente que se casó con el rey de Francia y, como él, terminó en la guillotina.
Ahora es el turno de Priscilla Beaulieu , la joven de 14 años que en 1959 conoce al ídolo que enloquece al mundo con sus canciones y performances. Elvis Aaron Presley es una década mayor que ella, y será parte de su vida por largos 18 años.
En su libro cuenta que la primera canción de Elvis que escuchó fue "Blue Suede Shoes", era 1956, tenía 11 años y vivía con su familia en una base aérea en Austin, Texas. Nunca imaginó que tres años después, y viviendo con su familia en Alemania, recibiría una extraordinaria invitación para conocer a Elvis, quien estaba cumpliendo con su servicio militar.
La película sigue fiel el relato de Priscilla, que terminó la secundaria viviendo en Graceland con todo el clan de amigos y familia del astro.
Los protagonistas
Tanto Cailee Spaeny como Jacob Elordi leyeron "Elvis y yo", testimonio del que empezaron a construir sus personajes. "Es una historia humana. Creo que es extraordinaria. Para nosotros, Elvis y Priscilla son realeza estadounidense, pero nunca antes habíamos visto lo que había detrás del telón, que es lo que creo que hace esta película", explicó la actriz nominada a los Globos de Oro.
"Sofia hizo un magnífico trabajo entretejiendo todos esos años, porque es un periodo de tiempo muy largo. El vestuario y el peinado fueron la clave para mí. Nuestro rodaje duró un mes y no se hizo en orden cronológico, así que lo que me ayudó a situarme en esas distintas edades fue el vestuario y el peinado. A veces iba de un lado para otro y lo único que me permitía saber en qué momento de la vida de Priscilla me encontraba era la peluca que llevaba", recordó Spaeny.
Por su parte, Jacob Elordi ha dicho que uno de los mayores atractivos del proyecto para él fue interpretar a Elvis y que éste sea un personaje secundario: "Era algo totalmente único, de lo que nunca había oído hablar. Y estaba emocionado de poder estar al servicio de la historia de Priscilla, lo que es bastante raro. Creo que cuando interpretas a Elvis Presley, no piensas en ello como estar al servicio de otra persona, pero esa fue la parte más estimulante para mí, poder encontrar la manera de dar un paso atrás y formar parte de la historia en lugar de ser la historia".
El actor también contó cómo fue el proceso para meterse en Elvis: "Creo que hubo un breve momento de miedo, pero tuve suerte de estar filmando otra película al mismo tiempo. Así que filmaba esa película en Inglaterra durante el día y luego volvía al hotel, que había convertido en una especie de santuario a Priscilla Presley".
"Tenía fotos suyas pegadas por las paredes y me pasaba la noche en vela viendo las películas, escuchando la música, leyendo los libros, y me metía de lleno en la película, lanzándome al vacío y apostando por ella", dijo el actor recordado por "Euphoria", junto con que "el vestuario fue sin duda una parte crucial de todo el proyecto. Estoy maravillado".
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