La paradoja del centralismo regional
Un estudio muestra que los votantes de comunas alejadas de Valparaíso tienen un fuerte sentimiento de marginalidad.
Un estudio liderado por el doctor en Filosofía de la Universidad de Navarra e investigador de la Fundación Piensa, Pedro Fierro, demostró que residir fuera del centro político de la región, es decir, fuera de Valparaíso, Viña del Mar y Concón, se correlaciona significativamente con mayores sentimientos de indiferencia, desconfianza, incertidumbre y confusión frente a las decisiones electorales. Con el nombre de "Feeling the Split", la investigación puso en discusión el impacto de la marginalidad territorial en los electores de la Región de Valparaíso durante los plebiscitos constitucionales de 2022, liderado por representantes de Apruebo Dignidad, y el de 2023, encabezado por consejeros del Partido Republicano.
Aunque los resultados del trabajo son elocuentes, muestran un diagnóstico más o menos conocido desde hace algún tiempo: en la Región de Valparaíso existe un sentimiento de frustración que se profundiza en la medida que las localidades se ubican más alejadas del centro político regional donde se encuentran las autoridades y se producen las discusiones que dan solución a sus problemas más urgentes. En Petorca, Los Andes, la Ligua, incluso Villa Alemana, esta sensación de marginalidad incuba sentimientos negativos -desconfianza, incertidumbre, confusión, etc.-, que luego tienen una expresión marcada en cualquier ejercicio electoral.
Que la Región de Valparaíso no haya podido resolver sus problemas de centralismo político y administrativo es profundamente problemático; pero, a su vez, encierra una paradoja preocupante, ya que muchos de los liderazgos políticos que hoy tienen representatividad en el Parlamento, el Gore, la Delegación Presidencial y los municipios, llegaron a sus cargos con una trayectoria basada en la pelea por la descentralización del país. La excusa que podrán esgrimir algunos personeros es que no cuentan aún con todas las atribuciones necesarias para materializar el proceso de regionalización por el que tanto han luchado, pero cuidado con este tipo de discursos condicionantes. La ciudadanía sabe que ninguna autoridad necesita permisos especiales o atribuciones específicas para recorrer sus territorios, hablar con los vecinos, recoger sus problemas y acordar soluciones eficientes.