En todas partes se cuecen habas
El puerto español de Valencia, el cuarto de Europa, enfrenta un familiar proceso de discusión sobre su nueva ampliación. Tal como en Chile, España visa tales proyectos por medio de una declaración de impacto ambiental (DIA), aprobada hace más de 15 años, aun cuando su diseño fue modificado más tarde.
Informa la prensa española sobre la ampliación norte del puerto de Valencia recientemente aprobada, con la construcción de un nuevo terminal por casi 730 millones de dólares para el dragado, el muelle y el relleno del dique de abrigo, este último ya finalizado. Concesionado a Mediterranean Shipping Company (MSC), que hará una inversión de US$1.100 millones, se le considera la mayor inversión privada en el sistema portuario español y será, dicen ellos, el renacer de Valencia, hoy en el cuarto lugar del ranking europeo por detrás de Rotterdam (Países Bajos), Hamburgo (Alemania) y Amberes (Bélgica).
¿Cuánto aumentará su capacidad? De 7 millones de TEUs a más de 12 millones al año. Para una comparación, Puerto Valparaíso (EPV) transfirió poco más de 817 mil TEUs en 2022; en tanto, San Antonio (EPSA), poco más de 1 millón 690 mil TEUs. En el otro extremo, Shanghai, casi 48 millones de TEUs; Singapur, casi 38 millones.
El nuevo terminal, de 1,2 millones de metros cuadrados, es respaldado por los principales partidos (PSOE, PP y Vox), además del empresariado ibérico. En su contra está la plataforma Sumar (Compromís), Podemos y grupos ecologistas por cuestiones ambientales.
Tal como en Chile, España visa tales proyectos por medio de una declaración de impacto ambiental (DIA), aprobada hace más de 15 años, aun cuando su diseño fue modificado una década más tarde. Y, como se sabe, el diablo está en los detalles.
El gobierno defiende su postura en base a los estrictos criterios de respeto medioambiental, derivando el tráfico de camiones al nuevo tren electrificado por fuentes 100% renovables, creación de empleo y el dique ya construido.
¿Las críticas de los detractores? Su posible impacto sobre las playas del sur de Valencia, la desaparición de la arena en otras playas y la eventual penetración de agua salada al parque de la Albufera, amén del impacto visual.
Desarrollo económico vs. preservación del medioambiente, editorializa el diario El País. ¿Su conclusión? La anterior DIA debe ser actualizada para que el proyecto, necesario insiste, se haga con todas las garantías.