"Las nuevas generaciones de músicos están revitalizando la escena en Valparaíso"
Formada en 1988 por un grupo de amigos porteños amantes de la música, la banda Ocho Bolas se convirtió con rapidez en emblema y referencia de la escena punk nacional. Rodrigo Catalán (bajo), Jesús Pereira (batería), Rienzi Nahuel (guitarra) y Pedro Guerrero (vocalista) graban al año siguiente un pequeña demo de 8 temas, con el nombre de "Al Servicio". La autoproducción, de baja calidad, fue seguida por el vinilo "Trabajo Duro", en 1991, y siete años después por el nombrado "Caramba", que tuvo rotación en radios regionales y nacionales.
El punto de inflexión vino en 2001, con su CD "Genio & Figura", compuesto de poemas musicalizados de Pablo de Rokha, considerado como uno de los mejores trabajos musicales de la época.
Parte de ese recorrido de 35 años será celebrado este viernes 5 de enero, a partir de las 22.00 horas, en el Centro Cultural Ex Hotel Royal de Valparaíso, donde la banda tocará sus temas en compañía de algunos invitados, como la agrupación Lasudestada y el Dj Lebowski.
- ¿Cuáles fueron los inicios de Ocho Bolas?
- La banda se formó en 1988, en Valparaíso, por un grupo de amigos motivados por la música y por temáticas transversales que, al día de hoy, aún tienen relevancia, como temas políticos, sociales, culturales, etc. La forma de hacer música a finales de los 80 es distinta a la de ahora; antes era mucho más difícil conseguir instrumentos, cables, información, había muchos problemas de acceso, pero de alguna forma se pudo hacer y llevar a efecto este sueño de hacer música en Valparaíso desde los cerros.
- ¿Cuál es la principal consigna que defiende el grupo?
- Mantener la independencia en relación a lo que nosotros hacemos en el arte y la música. No vender la música al mercado. Esa es la idea del concierto que, 35 años después, seguimos haciendo lo mismo sin tener la necesidad de vender nuestra música a un sello discográfico o editorial. Ese es el concepto global de nuestro grupo, mantenerse en el margen, con el riesgo de no ser masivos ni populares, pero no transamos nuestros ideales. Queremos mantener nuestra independencia creativa y arraigada a lo local.
- ¿Qué grupos sirvieron de inspiración?
- Desde la primera oleada del punk británico del 77 hasta, por supuesto, grandes referentes como Los Ramones. También la música chilena y latinoamericana, la música de protestas y de folclor. En una banda, cuando hay cuatro personas, todas aportan sus diferentes miradas.
- ¿Qué cambios notan en la escena punk a nivel nacional?
- Nosotros vemos las nuevas generaciones de músicos con mucho orgullo, estamos muy contentos de que las nuevas generaciones tengan más información, más estudios y acceso a la música, libros y películas. Nosotros crecimos en dictadura y ninguna de estas cosas existía. Entonces, vemos a los jóvenes músicos más preparados, con más calidad musical y compositiva y mucho más público. Las nuevas generaciones de músicos están revitalizando la escena en Valparaíso. Acá lo único que hay son universidades, restaurantes y música, no hay más industrias. Entonces, los músicos han sido responsables con la ciudad.
- ¿Cómo un grupo underground logró mantenerse por 35 años?
- Underground es una palabra que, al día de hoy, nos define absolutamente. Estamos orgullosos de estar en ese lugar y lo que más nos mantuvo es porque amamos mucho lo que hacemos. La música es terapéutica para nosotros mismos, nuestro lugar de refugio, nuestra terapia, es donde nos sentimos contentos y sabemos que podemos generar actividad con eso. Hemos tenido altos y bajos. Durante estos 35 años se fue y volvió gente, ha sido un camino que tuvo de todo, alegrías, tristeza, momentos de mucha felicidad y amargura, como la vida misma. Además, tenemos un público que le gusta lo que hacemos y eso nos mantiene trabajando a día de hoy. Nunca vamos a dejar de hacer música.
"Tenemos un público que le gusta lo que hacemos y eso nos mantiene trabajando al día de hoy. Nunca vamos a dejar de hacer música".
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