El intenso año electoral recién iniciado trae consigo una más que evidente deshonestidad intelectual, graficada en detalles como las quejas de integrantes del Partido Socialista que no se enteran de que los diputados Tomás de Rementería y Nelson Venegas llevan semanas negociando con el alcalde Jorge Sharp y están más que prestos a apoyarlo en su reelección. Otros son los alegatos de personeros del Consejo Regional sobre las virtudes y apoyos que pueda tener el gobernador Rodrigo Mundaca para apostar por un nuevo periodo como jefe del Gobierno Regional, la campaña desatada en contra del alcalde Freddy Ramírez en Concón o la poca templanza que muestran los opositores a Macarena Ripamonti en Viña del Mar.

Intentar reemplazarlos en el poder es tan justo como legítimo. Pero para ello se requiere sumar esfuerzos y trabajar en varios frentes de la política regional, completamente dejada de lado en el caso de la derecha, por ejemplo, o bastante descuidada por las directivas nacionales de las tiendas del Socialismo Democrático.

El cruce de intereses es manifiesto y es menester para los retadores comprender que si el Gran Valparaíso está completamente conquistado por el Frente Amplio (Ramírez, Ripamonti, Melipillán, Riquelme) y figuras de la izquierda extraparlamentaria (Mundaca, Sharp y Toledo), ello no responde exclusivamente a los beneficios políticos heredados del estallido social, sino que también a la mediocre performance de administraciones comunales y regionales pasadas. ¿Qué grandes obras o avances pueden mostrar los últimos cuatro o cinco intendentes de la Región de Valparaíso? ¿Qué exalcalde sería recibido con los brazos abiertos para una repostulación en el actual contexto? ¿Cuál es el trabajo de base que puede mostrar la oposición como alternativa de gobierno en cualquiera de las alternativas anteriores? Nombre usted, agudo lector, un nombre que pueda consensuar el apoyo cruzado del sector para intentar arrebatarle el cargo a cualquiera de las figuras mencionadas.

Así como vamos, la única competencia que veremos en las próximas elecciones será a la antigua: candidatos a gobernador, alcaldes, concejales y consejeros regionales intentando imponerse a patadas y escupos. Eso y poco más.

En Chile, cuatro de cada cinco personas pertenecientes a diversidades o disidencias sexuales y de género han sufrido episodios de acoso o de violencia, según datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito. Desafortunadamente, la Región de Valparaíso concentra casi un tercio de las denuncias por estos casos, por lo que es considerada una zona roja de agresiones contra la comunidad LGBTQIA+. Estos datos nos obligan a reflexionar sobre qué podemos hacer y cómo construimos espacios más seguros para todas las personas, independiente de su orientación, identidad de género o apariencia.

Para contribuir a visibilizar esta dura realidad y poner de lleno el desafío de transformarla, nuestro Gobierno lanzó la campaña "En lugar de violencia, respeto" (www.lugarderespeto.cl), cuyo objetivo es rescatar las voces de personas de la comunidad LGBTIQA+ relatando sus experiencias frente a situaciones de ataques y violencia que han sufrido.

¿Por qué decidimos dar este enfoque a la campaña? Porque la propia comunidad LGBTIQA+ puso en el tapete que la violencia que continúan experimentando es una de sus mayores preocupaciones y prioridades. En las mesas de trabajo convocamos desde nuestro Observatorio de Participación Ciudadana y No Discriminación para la creación de esta campaña, las organizaciones también destacaron la importancia de no replicar estereotipos y enfocar los esfuerzos en la prevención. Así, la campaña muestra a personas reales, diversas entre sí, compartiendo experiencias verídicas, pero entregando también una luz de esperanza: esta realidad puede ser diferente y depende de todas y todos nosotros que así sea.

Con esta campaña seguimos cumpliendo el compromiso que adquirió el Estado de Chile en el marco del plan de derechos humanos, el cual contempla acciones para promover la igualdad y prevenir la discriminación hacia las personas de la comunidad LGBTIQA+. Pero más importante aún, lo hacemos con la absoluta convicción que todas las personas tienen el derecho de poder vivir con tranquilidad en sus hogares, caminar por las calles y desenvolverse en sus trabajos y lugares de estudio con la libertad de sentirse acogidas.

Nuestro Ministerio trabajó durante 2023 con organismos públicos y municipios para entregar herramientas que contribuyan a dar una mejor atención y trato a las personas de las diversidades y disidencias en los servicios públicos. En ese marco, capacitamos a aproximadamente 6.000 funcionarios y funcionarias públicas en torno a la Ley 20.609, que establece medidas contra la discriminación.

Durante 2024 seguiremos trabajando en esta línea, reforzando el llamado a la ciudadanía para que cada una de nosotras puede aportar en su día a día a construir espacios seguros. Todas las personas los merecen y nuestro país lo necesita.

Recientes estudios declaran bajos índices de lectura en Chile. Aunque se acceda a diversos tipos de textos de manera impresa y digital como literatura, noticias en redes sociales, información en Google, correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, libros electrónicos, ello no basta. El problema radica además en un bajo nivel de comprensión. Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), una de cada dos personas en Chile no comprende lo que lee. Los resultados del segundo Estudio de Competencias básicas de la Población Adulta realizado por el Centro Microdatos de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, publicados el año recién pasado, revelaron que entre un 80% y un 84% de los chilenos no comprende adecuadamente lo que lee. Un 65% de los profesionales chilenos sólo entiende textos simples y un 27% no llega a un nivel básico de comprensión lectora. Problema latente en nuestro país hace muchos años y que, pese a todos los esfuerzos, sigue arrojando niveles deplorables. Preocupación latente normalizada y hasta ahora irreversible.

Leer y comprender constituyen diferentes aspectos en el proceso de interacción con un texto. Leer solamente implica reconocer y decodificar símbolos escritos.

La comprensión lectora es un objetivo clave en la educación desde los primeros años, ya que no sólo supone la capacidad de decodificar, sino que la facultad de entender y aplicar conceptos, desarrollar pensamiento crítico y participar de manera significativa en la sociedad. Los bajos índices de comprensión implican una serie de efectos negativos: limitaciones en el desarrollo profesional (incapacidad de enfrentar obstáculos en el avance profesional y en la adaptación a trabajos que requieren de habilidades analíticas y de lectura avanzadas); barreras en la participación cívica (dificultad para entender documentos legales, participar en procesos democráticos, tomar decisiones informadas); desigualdades educativas y sociales asociadas a inequidades sociales y económicas. Ello constituye desventajas frente a quienes poseen habilidades de lectura avanzadas. Las disparidades se perpetúan. También aparecen limitaciones en el desarrollo personal (expansión del conocimiento y capacidad de empatía que afectan el crecimiento personal y la capacidad para relacionarse). Lo anterior genera un impacto en la autoestima y motivación conducente a la pérdida de interés en el aprendizaje y participación académica.

En síntesis, la comprensión lectora es fundamental en la educación y en la vida cotidiana. Desarrollar y mejorar esta capacidad es esencial para el éxito académico y profesional, así como para la participación efectiva en la sociedad. Promover su importancia en todos los niveles es crucial en los establecimientos educativos, en el hogar, en bibliotecas y centros culturales. Es hora de implementar medidas efectivas y enfrentar este problema de raíz.