LA TRIBUNA DEL LECTOR El futuro de la bahía de Quintero
POR ALFONSO SALINAS, GERENTE DE DESARROLLO SOSTENIBLE GNL QUINTERO POR FERNÁN RIOSECO, ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO POR FERNÁN RIOSECO, ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO
Sin embargo, la bahía carga con el estigma de ser considerada "zona de sacrificio". Dada su importancia estratégica, debiéramos haber sido capaces hace mucho de resolver los conflictos ambientales. Y para avanzar en un cambio sustantivo resulta urgente objetivar la contaminación en la zona, realizando los estudios necesarios para determinar la situación epidemiológica de sus habitantes. Se deben mejorar los sistemas de monitoreo de calidad del aire para conocer en tiempo real y sin ambigüedades todos los contaminantes presentes. Es inaceptable que existan episodios de intoxicaciones y no seamos capaces de determinar las causas y los responsables.
Las empresas gastan anualmente importantes recursos en monitorear las variables ambientales. Sería preferible que autoridad sectorial administre dichos sistemas, con amplia participación ciudadana y de autoridades locales, evitando duplicar esfuerzos y dando garantías de imparcialidad. Junto con lo anterior, se debiera auditar que cada actividad industrial cuente con la mejor tecnología disponible, cumpliendo con normas ambientales estrictas.
Por otra parte, resulta doloroso que existan poblaciones en la zona sin soluciones sanitarias de agua potable y alcantarillado. Hay que mejorar los espacios públicos, los servicios de salud y educacionales, entre otros. En un esfuerzo conjunto entre las empresas y el Estado, el desafío es que quienes habiten en la zona disfruten de una calidad de vida comparativamente mejor y no peor, como hoy sucede.
La bahía de Quintero está llena de playas hermosas, históricamente se ha destacado por sus aptitudes para el buceo, y podría tener conexión directa con el valle de Quillota, potenciando el turismo y la exportación de frutas. Existen diversos ejemplos de convivencia armónica de parques industriales con zonas pobladas, como Róterdam en Holanda o Gladstone en Australia. En dichos lugares, las ciudades buscan que se instalen más, no menos, empresas, junto con mejorar los indicadores ambientales, crear empleos y fomentar desarrollo sostenible. Sería un error optar por una solución radical que confronta el desarrollo industrial con el medioambiente y la población.
Sin embargo, este es el enfoque que se trasluce de la Imagen Objetivo propuesta por la Seremi de Vivienda y que el Core ha sometido a participación ciudadana, en el proceso de modificación al Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso (Premval) que se está llevando a cabo. En 2019, la Corte Suprema, entre otras disposiciones, requirió al Ministerio de Vivienda y Urbanismo "abordar la modificación del Plan Regulador de Valparaíso". La legislación sanitaria (no medioambiental) clasifica las distintas actividades en diferentes categorías (por ejemplo, habitacional, comercial, educacional, etc.) y entre ellas están las actividades "peligrosas". Dicha clasificación no guarda relación alguna con sus niveles de emisiones o impactos medioambientales, sino que se refiere a industrias que requieren exigentes estándares de seguridad para su funcionamiento. Las actividades que se encuentran en la bahía de Quintero son de este tipo. Ocupan cerca de 385 hectáreas de borde mar, y el Premval vigente contempla aproximadamente 1.000 hectáreas adicionales para esta clase de instalaciones.
El sentido común indicaba que la modificación del Premval reduciría esta superficie vacante, pues parece excesiva. Sin embargo, la Imagen Objetivo propuesta considera eliminar la categoría de suelo para instalación de industrias peligrosas, no sólo para la superficie vacante, sino que también para el área consolidada. Con este cambio, las industrias existentes quedarían en terrenos donde, de acuerdo a la nueva clasificación, no podrían estar. Para resolver la contradicción, se estipula una salida para aquellas empresas "estratégicas" (definición que recaería en el Minvu), limitando sus posibilidades de crecimiento sólo dentro de las instalaciones existentes, y sujetas además a ejecutar compensaciones aún indefinidas.
De más debiera estar decir que la actividad industrial y económica en general necesita flexibilidad para desarrollarse y enfrentar nuevos desafíos a través de desarrollos e inversiones. Sin embargo, la modificación del Premval propuesta se convierte en un cinturón que ahoga el potencial crecimiento sostenible de las industrias de la bahía.
Como en otros aspectos de la convivencia nacional, es imperioso acordar una visión común para la bahía de Quintero, que incluya al actual parque industrial y su desarrollo futuro, pero que también implique una mejora medible y objetiva de la situación medioambiental, y un avance sustantivo en la calidad de vida de los habitantes de una de las zonas estratégicas más importantes de Chile.
Peso Pluma
Le pido que imagine que para la edición 2024 del Festival de la Canción deViña del Mar, en lugar de Peso Pluma, los organizadores han invitado a la banda española de heavy metal Brigada Totenkopf, abiertamente pronazi, tanto en su inspiración como en sus canciones, letras, símbolos e iconografía.
¿Dirían los organizadores que "no incurrirán en ningún tipo de censura o discriminación", como argumentaron para defender la presencia del artista mexicano?
Ciertamente, no. Invocarían el artículo 9 de la Constitución, que prohíbe el terrorismo en cualquiera de sus formas, por ser esencialmente contrario a los derechos humanos. También apelarían al artículo 6 letra f) de la Ley de Seguridad Interior del Estado, y a los artículos 10 y 1462 del Código Civil, que sancionan con nulidad absoluta a todo acto o contrato que atente contra el derecho público chileno.
¿Qué diferencia hay con el caso de Peso Pluma?
Es claro que no se trata de un problema de censura y, menos, de discriminación. Si fuese censura, habría que cancelar no sólo a Brigada Totenkopf, sino también a artistas como Lemmy Kilmister de Motorhead por haber usado alguna vez una gorra con la leyenda de las SS; e, incluso, a Sid Vicious, el mítico líder de Sex Pistols, por haber llevado una remera con la esvástica nazi.
Toda sociedad debe aprender a lidiar con posturas incómodas, capaces de hacer tambalear las bases de la convivencia democrática. La delgada línea roja está dada por la paradoja de la tolerancia de Popper. En consecuencia, y como regla general, debe prevalecer la libertad de expresión.
El problema no es la libertad de expresión de Peso Pluma, sino la poca coherencia de las autoridades.
Empecemos por TVN. La empresa pública no puede "cerrar los ojos" (como dijo hace algunos años Francisco Vidal a propósito de la financiación ilegal de la política por parte de SQM), pues su finalidad esencial es la promoción y difusión de los valores democráticos, los derechos humanos, la cultura, la educación y la identidad nacional. Así, dado que el enaltecimiento del terrorismo y del crimen organizado excede el margen de tolerancia de Popper, TVN perfectamente podría decidir no transmitir el espectáculo de Peso Pluma.
En el caso del Municipio de Viña del Mar, la responsabilidad es todavía más patente. El leitmotiv del Estado es el bien común, por lo que no es coherente mantener un discurso público de combate al crimen organizado y, por otro lado, invitar al festival más importante de habla hispana a un cantante de dudosa calidad artística que hace apología, precisamente, del crimen organizado.
Está bien que el arte sea incómodo, provocador e, incluso, excesivo. Después de todo, no hay arte moral o inmoral, sino arte bueno o malo.
Lo que no está bien es que las autoridades se escuden en la libertad de expresión y en una falsa censura, para no cumplir con sus funciones públicas.
A veces, hay que escuchar la voz del pueblo.
La bahía de Quintero es fudamental para Chile. A través de casi un siglo, en la zona se ha desarrollado una importante infraestructura portuaria, energética, petroquímica, cuprífera, granelera, entre otras, para sostener las necesidades cotidianas de gran parte del país. No cabe duda de que se trata de un polo estratégico de primera importancia para Chile que está llamado a jugar un rol crítico en el futuro próximo, manteniendo las actuales actividades y desarrollando otras que serán fundamentales, como el hidrógeno verde y sus derivados, entre muchos otros.