LA PELOTA NO SE MANCHA Una copa exprés para los damnificados
POR WINSTON POR WINSTON
Resulta difícil escribir una columna de deporte después de la horrorosa tragedia que ha afectado a nuestra región. De un momento a otro, todo aquello que considerábamos importante en este ámbito, como podrían ser la eliminación de Chile en el preolímpico, la serie de Copa Davis contra Perú, el Derby y el futuro de los equipos de la región, se vuelve tan insulso, básico y banal que no dan ganas ni de comentarlo.
La ética periodística y, por sobre todo, un sentimiento de humanidad y empatía con el prójimo, nos obligan a ser cuidadosos con todo lo que hacemos y decimos. Por esta razón, todavía resulta imperdonable aquel partido de la miseria que se jugó en el estadio Monumental entre Colo Colo y Santiago Wanderers, luego del megaincendio que afectó a Valparaíso el 13 de abril de 2014. Los albos jugaban su último partido del torneo contra los del puerto y la ANFP no quiso suspenderlo pese a que los jugadores del Decano habían pasado la noche ayudando y conteniendo a sus seres queridos. Ni siquiera el Sifup, que hoy anuncia un paro por el aumento del cupo de extranjeros, alzó la voz y unió a sus socios en torno a algo que era mucho más importante. La portada de un diario de la capital, dedicada al campeón y no a la tragedia, fue el corolario de un espectáculo que todavía provoca indignación y vergüenza.
Sin embargo, esos mismos deportes que a la luz de los recientes acontecimientos nos parecen que no son merecedores de nuestra atención, también pueden resultar fuente de inspiración en las actuales circunstancias.
Los jugadores de Wanderers primero y los de Everton, después, lo demostraron en las últimas tragedias cambiando los zapatos de fútbol por bototos, palas y carretillas. Mientras algunos fanáticos están dispuestos a matar y morir por sus camisetas, los futbolistas estuvieron a la altura y demostraron que hay cosas mucho más importantes.
En esta línea, más allá de las palabras de buena crianza, frases grandilocuentes y llamados a la solidaridad, resulta urgente hacer algo concreto para ayudar a los damnificados. Hay que aprovechar la coyuntura de gente necesitada, la inexistencia de una copa de verano como las que se hacían antaño y la necesidad de los clubes locales para prepararse para sus torneos en la primera división y en el ascenso.
Y es que hoy, y como no ocurría hace mucho tiempo, hay varios equipos de la región de Valparaíso en primera A y B: Everton, Unión La Calera, Wanderers, San Luis de Quillota, Limache y San Felipe.
A partir de esta buena coincidencia ¿por qué no pensar en una copa exprés de verano en ayuda de los damnificados? Una jornada solidaria en el estadio Sausalito en la que la entrada vaya en ayuda de quienes lo han perdido todo: 20 o 25 minutos por lado; todos contra todos; torneo de penales; al gol saliendo (como en el barrio), etc. Da lo mismo el formato. Lo relevante es que los dirigentes, jugadores e hinchas se unan y demuestren que hay cosas que son mucho más importantes.
Yo comprometo mi asistencia y una columna sobre la Copa. El Mercurio de Valparaíso, su promoción y cobertura. Y usted, ¿con qué se pone?