Los episodios que dieron forma al legado de Piñera en sus gobiernos
LA MONEDA. Sus dos periodos, los primeros de la centroderecha desde el retorno a la democracia, debieron enfrentar monentos complejos a nivel de catástrofes, movilizaciones sociales y una pandemia mundial.
Una vida plagada de hitos en su trayectoria empresarial y política deja tras sí el expresidente Sebastián Piñera después de la trágica muerte que encontró ayer en el lago Ranco.
Con altos y bajos, triunfos y momentos complejos, la vida pública de quien fuera senador por Santiago entre 1990 y 1998, excandidato presidencial en 2005, presidente de Renovación Nacional y jefe de Estado en dos periodos, transitó siempre por el lado de la democracia y los acuerdos, como recordó ayer el presidente Gabriel Boric en su sentida alocución para informar sobre su deceso, destacando hitos fundamentales en su trayecto: el liderazgo del proceso de reconstrucción después del terremoto de 2010; el rescate de los 33 mineros atrapados en el derrumbe de la mina San José y su conducción durante la pandemia del covid-19.
Reconstrucción
Apenas iniciado su primer mandato, Sebastián Piñera debió postergar la ejecución de su programa de gobierno para incorporarse de lleno a la tarea de liderar la reconstrucción de gran parte de la zona centro-sur del país, afectada por el terremoto de 8,8°en Constitución que el 27 de febrero dejó más de 500 fallecidos.
Así, con el apoyo del Congreso, lideró un plan de reconstrucción basado en un Fondo Nacional de la Reconstrucción y otras normas transitorias en materia de recaudación fiscal que posibilitaron reponer la infraestructura pública y las miles de viviendas afectadas en la tragedia, impulsando la inyección de casi 5 mil millones de dólares en recursos públicos y privados para abordar la emergencia.
En esa labor estaba junto a la mayor parte de su gabinete cuando en agosto de 2010 ocurrió otra tragedia, esta vez en el sector industrial: el derrumbe de la Mina San José que dejó a 33 mineros atrapados por más de dos meses, y que dio paso a una operación de rescate seguida y celebrada alrededor del mundo, y que incluso fue llevada al cine debido al impacto global de esta gesta.
Un crecimiento promedio del 5%, gracias a la bonanza del precio del cobre, pero también complejidades sociales, como la profundización del conflicto mapuche en lo que después se denominó Macrozona Sur, las protestas masivas por el precio gas en la zona austral, un extenso paro de funcionarios públicos y sucesivas movilizaciones estudiantiles, fueron parte de ese primer mandato, el primero de una coalición de centro-derecha desde el retorno a la democracia y que coincidió además con la conmemoración de los 200 años de vida republicana independiente de Chile.
Conflicto y pandemia
No obstante, fue su segundo mandato, de 2018 a 2022, el que lo situó en escenarios más complejos. Aunque se recuerdan hitos favorables como la reestructuración del Ministerio de Desarrollo Social, la Mesa de Infancia para abordar los problemas estructurales de Sename que concitaron durante meses la atención de la opinión pública y el inédito despliegue de una Agenda por la Igualdad y Dignidad de la Mujer, temas que solían ser liderados por la centro-izquierda, fue en este periodo en que la administración de Sebastián Piñera se expuso a las mayores dificultades.
Sucesivas manifestaciones sociales, de organizaciones ciudadanas a nivel nacional, bajo causas ecológicas, de igualdad de género, estudiantiles y previsionales como No+AFP -entre otros- fueron dando paso a una crisis institucional masiva que se expresó, en octubre de 2019, en un estallido social y una ola de violencia que terminó derivando en el decreto de estado de excepción constitucional en buena parte del territorio nacional.
Casi un mes después y con varias acusaciones por supuestas violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas policiales durante la crisis, solo el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, permitió dejar atrás ese complejo trance e iniciar un proceso hacia un cambio de Constitución que finalizó recién en diciembre del año pasado, con una segunda propuesta de carta magna siendo rechazada por la ciudadanía en forma mayoritaria.
Mientras aún capeaba esa compleja tormenta, que volvió a tener en los meses de verano un amago deresurgimiento, vino otro momento difícil: el mundo comenzaba a enfrentar a una inédita crisis sanitaria causada por la expansión del virus Covid-19, iniciada en Asia y que rápidamente se movió por el globo dejando miles de fallecidos y causando alarma pública.
Un periodo que Piñera y su gobierno enfrentó proactivamente, no sin mediar críticas ciudadanas e incluso con cambios ministeriales, pero del cual su administración salió fortalecida.
Rápidas gestiones en materia de disponibilidad de vacunación para la población, medidas de confinamiento durante varios meses, cuestionados apoyos económicos sobre todo para el sector medio y bajo de la población, y reordenamiento de servicios sanitarios fueron parte de esta estrategia, que -con bemoles- le valió el reconocimiento de la comunidad internacional.
Su segundo mandato, más allá de estos dos hitos fundamentales, cerró también con hitos relevantes que configuran parte del legado presidencial.
Uno de ellos fue la aprobación del matrimonio igualitario, promulgada en diciembre de 2021 luego de una altísima aprobación en el Congreso. Un hito sin duda sorpresivo, y que tuvo en el mandatario un socio clave pues fue la aceleración que instruyó desde La Moneda para su tramitación lo que permitió que esta normativa, que permite que parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio civil, pudiera ver la luz.
En la misma línea, otro hito que marcó la gestión de su segundo mandato, fue la publicación de la ley que da vida a la Pensión Garantizada Universal. La medida, celebrada también de forma tranversal y considerada un reemplazo del denominado "Pilar Solidario", beneficiaría a más de 2 millones de personas mayores de 65 años en todo el país, y permitió que las pensiones mínimas -gracias al aporte estatal- tuvieran un mínimo de 185 mil pesos para todos los ciudadanos dentro del 90% más vulnerable del país.