Alarmante parálisis económica regional
Cada informe que entrega el INE llega con peores cifras de desempleo que el anterior, pero las autoridades parecen no inquietarse.
Como un mar de fondo que avanza a un ritmo inquietante, las cifras de desempleados a nivel regional aumentan en cada informe del INE, sin que se aprecie de las autoridades económicas una reacción contundente, a la altura de la preocupación que generan estos indicadores. Quizás la emergencia de los incendios estresó a los personeros de la seremi de Economía y demás reparticiones vinculadas al área productiva, al punto de no poder abocarse a resolver este problema, pero la Región requiere con urgencia que las autoridades salgan de su parálisis y propongan planes de acción concretos, antes que la cesantía y la informalidad laboral se instalen como fenómenos estructurales irreversibles.
Un desglose del documento elaborado por el INE para el periodo noviembre 2023-enero 2024, permite observar que el desempleo es particularmente preocupante en las comunas del Gran Valparaíso, donde escaló hasta el 10,5%, superando la "barrera psicológica" de los dos dígitos, en un periodo que históricamente ha sido muy dinámico en la creación de puestos de trabajo. Esto significa que, a contrapelo de todas las expectativas, en esos tres meses hubo 13 mil ocupados menos que igual trimestre del periodo anterior, cuando el ambiente económico todavía se encontraba dominado por la incertidumbre pos pandemia. ¿Qué pasará cuando el INE haga el informe de febrero, que debe tomar en cuenta el impacto del megaincendio? Y más allá de las medidas específicas para atender a las empresas afectadas por esta catástrofe, ¿qué tienen previstas las autoridades económicas para frenar o, al menos, ralentizar estos números tan preocupantes?
Con todo, la actual situación económica es sólo el reflejo de las actitudes y decisiones tomadas en el pasado, entre ellas la reticencia de los actuales alcaldes del Gran Valparaíso frente a casi cualquier gran proyecto de inversión en sus comunas. Revertir ahora el problema gatillado, en parte, por una mirada obsecada contra la iniciativa privada en casi cualquier ámbito va a requerir algo más que un simple cambio de actitud. Se necesitan acciones concretas, no simples señales, para que el sector privado vuelva a encontrar un ambiente propicio para la inversión y reactive el crecimiento que ahora todos echan de menos.