RELOJ DE ARENA "El Peneca", compañero de generaciones
En un montón de revistas olvidadas aparece un ejemplar de la revista infantil "El Peneca". Comparte el exilio un número de 20 de noviembre de 1958 de "Estadio", publicación también desaparecida. En portada aparece, en colores, Máximo Rolón, goleador paraguayo que luce la camiseta oro y cielo. También encontramos algunos ejemplares de "Zig Zag", otra expresión periodística de un cercano ayer. En la portada de una de las revistas, 1945, está Gabriela Mistral, ganadora ese año del Premio Nobel de Literatura. En otro número, mayo del 57, está Arturo Prat, en imagen del destacado ilustrador Raúl Manteola.
Además, está la revista "Mi Vida", dirigida por el conocido Guido Vallejos, infatigable y creativo dibujante. En la línea de la revista "Ecrán", especialmente dedicada al cine, tenemos "Mi Vida", focalizaba en espectáculos. Un sobreviviente ejemplar de octubre de 1952 destaca los triunfos de Lucho Gatica, que incluso hacía la pelea al rock y al twist en Miami.
Tiempos de revistas
El montón aquel nos lleva necesariamente a tiempos de revistas que por diversos motivos y aficiones llegaban a todos los hogares por allá en la primera mitad del siglo pasado y tal vez hasta los años 60. No faltaban, por cierto, las publicaciones femeninas como "Margarita" y "Para Ti" y varias especializadas en cocina que golosas y golosos conservan hasta hoy.
Pero volvamos a "El Peneca", compañero de los tiempos de inocencia de varias generaciones. Creada en 1908, respondía a las necesidades de entretención infantil, cuando cundía la alfabetización. A la vez, la revista misma era un estímulo para sumarse al grupo de los lectores, actualmente, al parecer a la baja, no por desconocimiento, sino que por falta de ejercicio ante la competencia digital que ataca por todos lados a todos los sectores sociales de todas las edades. El "Arte de leer" a que alude el columnista Gonzalo Contreras pareciera que tenía más cultores.
La revista infantil recién fundada se mantuvo con altibajos hasta que asumió la dirección Elvira Santa Cruz, quien usó el seudónimo de Roxane.
Renovó los contenidos con entretenidos cuentos, juegos, manualidades y rompecabezas. Acogió a destacados ilustradores como Manuel Silva Ossa, Coré, que destacó con sus portadas en colores. También llegaron, entre muchos, Elena Poirier, Themo Lobos y Pepo, René Ríos, el creador del inmortal Condorito.
Algunos cuentos eran exclusivamente de texto, pero otros tenían la renovada forma de historietas ilustradas que facilitaban la lectura.
Entre las más recordadas está "Quintín el aventurero", que creó una expresión generalizada hace años refiriéndose algún movido personaje: "Este tiene más aventuras que Quintín el Aventurero".
La revista también, precursora en la promoción, realizó diversos concursos para colaboradores espontáneos, con pequeños premios, especialmente entregando un periodo de suscripciones gratuitas, incluyendo también fotos de los pequeños lectores.
Las colaboraciones fueron un estímulo para desarrollar inquietudes tanto en la escritura como en la ilustración. Destaca en ese campo una página que acogía a entusiastas poetas, de variadas calidades. En algunos de esos versos aparecían hasta declaraciones de amor…
"El Peneca" inspiró otras revistas infantiles y juveniles nacionales como "El Cabrito" y "Okey", de historietas. La imagen estaba presente también en publicaciones importadas, como el suplemento dominical en colores del diario La Unión de Valparaíso, donde conocimos al detective Dick Tracy, que usaba una precursora radio pulsera, y también al "Príncipe Valiente", imagen inspiradora de un peinado femenino.
Del otro lado de la cordillera también llegaba competencia. Importante y de logrado contenido y presentación era "Billiken", creada por el escritor Constancio C. Vigil en 1919. Se mantiene vigente en forma digital. También estaba "Pif Paf", de bien dibujadas historietas.
Circulación internacional
"El Peneca", bajo la dirección de Roxane, logró en los años 40 del siglo pasado una apabullante circulación semanal cercana a los 200 mil ejemplares. Su presencia alcanzaba a varios países del continente. Roxane, de hecho, una "socialité", afirmaba que la revista estaba dirigida a todos los niños, pobres y ricos, buscando campos de entretención comunes en el mundo infantil. Así se explica su éxito, en tiempos sin pantallas y cuando en muchos lugares ni siquiera había luz eléctrica que facilitará la llegada de la radio.
Sin embargo, nuevos medios y nuevas tendencias y falta de sintonía con los lectores de nuevas direcciones llevaron a "El Peneca" a su desaparición en 1960.
Con todo, "El Peneca" sobrevive gracias a una iniciativa de la Biblioteca Nacional que en su sitio web ha creado "Chile para Niños", donde es posible encontrar digitalizados ejemplares de la tradicional revista que entretuvo y también fue un pilar de la educación. Visite usted ese sitio, sitúese en el contexto epocal y se explicará el interés que despertaba "El Peneca" en el mundo infantil.