LA PELOTA NO SE MANCHA
POR WINSTON POR WINSTON
Cuesta imaginar que en la era de la globalización y ya avanzado el siglo XXI, exista aún una selección de fútbol europea con la que nunca nos hayamos enfrentado. Por eso, fue un mérito conseguir un partido con la escuadra de Albania en un duelo único que iba a definir en 90 minutos quién era el padre del otro. El resultado favoreció a Chile por tres goles a cero. Un marcador injusto que se perpetuará en el tiempo, una fría estadística que no reflejará lo apretado del partido y que dos de los goles fueron a los últimos minutos.
No es la primera decepción de este pequeño país al norte de Grecia. De hecho, cuenta con un largo historial de derrotas y frustraciones que le han impedido ser parte de la mayor fiesta del fútbol como lo es un mundial. Y no solo ha quedado fuera por malos resultados, sino que también por falta de recursos. En 1934, 1938 y en 1950 fueron invitados, pero no juntaron los suficientes leks (moneda albana) que necesitaban para llegar a la cita.
Por otro lado, si a Chile lo vemos mencionado en varias películas como un lugar ubicado en el fin del mundo donde los terremotos son pan de cada día, la suerte de Albania es todavía peor y suelen ser asociados con bandas criminales, provocando la ira de sus casi 3 millones de habitantes.
La ignorancia favorece el prejuicio y por eso que, en lo primero que pensé cuando supe que el debut de Ricardo Gareca al mando de la Roja iba a ser contra Albania, fue en el personaje de Bryan Mills (Liam Neeson) de la película "Búsqueda implacable". Mills es un agente retirado de la CIA a quien una banda albanesa, dedicada a la trata de personas, le secuestra a su hija que estaba turisteando en Francia. Luego, imaginé al nuevo técnico de la selección como nuestro propio Mills, llamando al presidente de la ANFP y parafraseando al ex agente de la CIA, en un diálogo que hoy es objeto de culto:
"No sé quién es usted, no sé qué es lo que quiere, pero si está buscando prestigio, le advierto que no tengo mucho. Pero lo que sí tengo es una serie de diferentes habilidades que he adquirido durante una muy larga carrera y que me hacen una pesadilla para las otras selecciones, los presionaré, golearé y, finalmente, los eliminaré".
Sin embargo, sería injusto reducir la conexión con Albania a la estigmatización que ha hecho de ellos el cine hollywoodense. Es la tierra de los ancestros de la cantante Dua Lipa y de la Madre Teresa de Calcuta. Hay, además, un lazo con Chile tan rebuscado como esta columna. ¿Recuerda al fallecido cantante Al Bano, autor de la canción Felicità? Aunque no era de este país ubicado al sureste de Europa, su padre, de nacionalidad italiana, integró el ejército que los invadió durante la Segunda Guerra Mundial; y, vaya uno a saber por qué, sus recuerdos fueron inspiración para bautizar así a su hijo. Si esta conexión le parece rebuscada, le agrego un dato que calza más para una columna de espectáculo que de deporte. La hija de Al Bano y su esposa, la estupenda Romina Power, Cristèl Carrisi, está casada con Davor Lucksic. Sí, un chileno.
El mundo es un pañuelo.