Sebastián Mejías O.

En medio de un panorama marcado por una crisis de seguridad sin precedentes, en esta entrevista el diputado Andrés Longton (RN) aborda los desafíos que enfrentan las instituciones, particularmente en el contexto del caso Hermosilla y la reciente caída del exdirector de la PDI, Sergio Muñoz.

Además, plantea la posibilidad de un amplio pacto político en la oposición, resaltando la importancia del diálogo y la construcción de consensos para enfrentar los desafíos del país. Contexto en el que comparte sus aspiraciones de dar el salto al Senado, destacando el amplio respaldo que ha obtenido en las urnas como principal motor para concretar esta aspiración; y con la salida del histórico representante de la colectividad en la Cámara Alta como es Francisco Chahuán.

- ¿Qué análisis hace de lo que está pasando con el caso Hermosilla y la caída del exdirector de la PDI? ¿Se profundiza aún más el descrédito hacia las instituciones?

- Obviamente todo esto genera un debilitamiento de las instituciones en general, no solamente de la PDI, justo en el momento de una crisis de seguridad sin precedentes. Pero hay que hacer la distinción entre los miles de funcionarios de la PDI y las responsabilidades personales. Más allá de los hechos graves de la filtración de información, esto termina repercutiendo en un debilitamiento general de las instituciones y en una desconfianza profunda que viene sintiendo la ciudadanía y que se corrobora en estas situaciones.

- Hay quienes vuelven a plantear la necesidad de reformas al sistema de justicia, a las policías. ¿El contexto no amerita realizar cambios?

- Lo peor es que producto de situaciones particulares, que por lo demás son graves, se trate de hacer un punto político para generar reformas. Obviamente que todo lo que tenga que ver con transparencia, probidad, fortalecer aquellos mecanismos, es importante analizarlo y poder avanzar en eso. Pero tratar de instalar la sensación de que hay que hacer una reforma profunda, me suena más a la refundación que el Frente Amplio y en general la izquierda quería hace algunos años, a propósito del estallido social.

- ¿Pero no cree que la gente cuando ve estos casos se indigna y piensa que la corrupción lo atraviesa todo, incluso más allá de la política, hasta la propia justicia?

- Lo que hay es una sensación generalizada de impunidad respecto a los altos niveles de inseguridad y delincuencia. Uno habla con la gente y se da cuenta que hay una sensación de que quienes cometen ciertos delitos no están recibiendo el castigo o las sanciones que se merecen. Pero sí es verdad que cuando esto viene de las altas esferas genera una sensación de desprotección y desamparo mucho mayor.

- ¿Cómo se sale de esa sensación?

- Protegiendo a las instituciones y sus funcionarios, desde el punto de vista de la labor que realizan, sin hacer distinciones respecto a la aplicación de la ley. La igualdad ante la ley es fundamental y su aplicación para todos, sin distinción, es fundamental para ir atacando ciertos gérmenes de impunidad que se generan, a propósito de estos casos.

- Con las vinculaciones que se han hecho entre el abogado Hermosilla e integrantes del Gobierno del ex Presidente Piñera, ¿no cree que su figura pierde la fuerza que consiguió a partir de su fallecimiento? ¿No se vuelve a poner en duda lo que hizo?

- Yo creo que no, porque primero el señor Hermosilla nunca fue abogado del ex Presidente Piñera, solo estaba contratado en Interior. Uno tiene que ser responsable respecto a las imputaciones y que estas efectivamente constituyan delito o algún tráfico de influencia que hasta ahora no se ha conocido. Creo que tratar de hacerle un daño a la imagen del ex Presidente producto de meras elucubraciones, me parece que es una irresponsabilidad muy grande.

Unidad de la OPOSICIÓN

-A propósito de la muerte del ex Presidente Piñera, ¿se abre una posibilidad de volver a unir a la oposición y generar nuevamente un proyecto común?

- En el homenaje al ex Presidente Piñera se produjeron varias cosas que fueron reveladoras de lo que puede venir, porque participaron distintos personeros de Amarillos, Demócratas y el PDG. Los valores democráticos que encarnaba el ex Presidente Piñera y la gran coalición que siempre soñó, pensando en la gobernabilidad del país, son esfuerzos que deberían traducirse en un proyecto político concreto en torno a las próximas elecciones que se vienen.

- ¿Debería traducirse en un pacto para las elecciones de este año?

- Nadie pide que esto sea de la noche a la mañana, pero creo que la prueba de blancura sería armar un pacto electoral o por omisión en las próximas elecciones con el centro político. Podría ser una señal contundente respecto a lo que viene el próximo año en las presidenciales.

- ¿Con qué tanta amplitud se debe trabajar en ese pacto?

- Si la Concertación gobernó durante muchos años con un amplio pacto político, obviamente eso podría replicarse en la oposición, desde Amarillos hasta el Partido Republicano. Ser capaces de entender nuestras diferencias y, desde ahí, llegar a la mayoría de los chilenos. Para eso se requiere mucho diálogo, porque seguramente será un proceso con muchas diferencias y conflictos. Creo que la mirada unipersonal en política no te permite sacar adelante políticas públicas que le hagan bien al país, eso sólo se puede conseguir con un acuerdo amplio y que mejor que hacerlo con el centro y no con la izquierda.

- ¿Si no se amplía la mirada, la derecha no podrá gobernar?

- Claramente hay que ampliar la coalición, porque si no se hace imposible gobernar. Cuando uno rememora los gobiernos del ex Presidente Piñera no me cabe duda que la mayoría se logra, precisamente, porque había una mirada más de centroderecha, que muchas veces representó a sectores de centro, más apolíticos, y ese es un electorado que hay que conquistar. De ahí que mientras más grande la coalición, defendiendo siempre nuestros principios como Chile Vamos, podemos construir una mayoría consistente que nos dé incluso para más de cuatro años de Gobierno.

- ¿Que la oposición presida el Senado no es un primer paso, pensando en alinearse? Con la llegada de RN y Demócratas a la presidencia del Senado, el Gobierno la va a tener difícil a la hora de sacar adelante sus proyectos.

- Creo que el senador García Ruminot, a quien conozco desde hace muchos años como persona, es de los políticos cuyo estilo no es trabar proyectos que son beneficiosos para el país. Es una persona de acuerdos, moderada y muy dialogante, por lo que obstruir no es la finalidad por la cual llegó a la presidencia. Por lo demás creo que la señal de que nuestro sector presida el Senado, no es más que el justo equilibrio con un Gobierno que tiene reformas muy sobreideologizadas.

Candidatura senatorial

-El sábado el Consejo Regional de Renovación Nacional tomó decisiones importantes respecto a las candidaturas para este año. Finalmente, como partido, definieron al exdiputado Luis Pardo como candidato a gobernador regional. ¿Comparte esa decisión?

- Me alegro mucho que RN regional a través de su militancia, directivas y consejeros haya decidido que el exdiputado Luis Pardo sea nuestro candidato a gobernador regional, no sólo porque es una persona íntegra y con un fondo político muy claro y nítido, con un gran poder de gestión, sino porque estoy seguro que es el hombre que necesitamos para que nuestra región recupere la senda del crecimiento y desarrollo. Espero que logremos construir un acuerdo con los demás partidos en torno a su candidatura. Representa la mejor opción para ganar la Gobernación Regional.

- ¿Y su paso al Senado, cómo va? ¿Tiene las intenciones de dar el salto?

- En la Región de Valparaíso siempre hemos tenido candidaturas que no necesariamente son locales, así que no voy a polemizar en ese sentido. Yo al menos siempre he sido de esta región, he desarrollado mi vida acá, y claramente tengo un interés por llegar al Senado. Espero que las cosas se encaminen de buena forma para poder enfrentar esta candidatura, aunque todavía quedan un par de años. De lo que sí estoy convencido es que el amplio respaldo que siempre obtuve en las urnas es lo que me impulsa a aspirar al Senado.

" Lo que hay es una sensación generalizada de impunidad respecto a los altos niveles de inseguridad y delincuencia. Pero sí es verdad que cuando esto viene de las altas esferas genera una sensación de desprotección y desamparo mucho mayor".