Recién 50 días después de los incendios del 2 de febrero que destruyeron variadas zonas de la parte alta de Viña del Mar, Quilpué y, en menor medida, algunas quebradas de Villa Alemana, con el desolador balance de 135 muertos, 3 desaparecidos y 8.188 viviendas destruidas, el Gobierno presentó el sábado pasado su Plan de Reconstrucción. Este, que menciona 173 medidas de respuesta, con un costo estimado de US$1.000 millones y un plazo de un lustro en un marco de siete ejes: vivienda, equipamiento, infraestructura, sustentabilidad, prevención, reactivación e institucionalidad, dice ser el resultado de "un proceso de escucha y articulación que involucró a organismos de la sociedad civil, gremios, autoridades locales y regionales, y vecinas y vecinos de las comunidades afectadas". Estuvo a cargo del Comité de Ministros de la Reconstrucción, encabezado por la titular de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro.

Lamentablemente, el Comité de Ministros sólo entregó un mezquino resumen ejecutivo de 15 páginas, las cuales no entregan el mínimo de detalles sobre los montos asignados para las alternativas de reconstrucción, los plazos de las mismas, por lo que se hace bastante difícil emitir un juicio acabado sobre el Plan de Reconstrucción en su conjunto, documento largamente esperado por la comunidad y, con justa razón, sujeto obligatorio de revisión, crítica y contrapropuesta por parte de los expertos.

Quizás lo más rescatable esté en la insistencia de los ministros Toro y de Vivienda, Carlos Montes, de que por ningún motivo se reconstruirá en sectores de riesgo, a la espera de resolver qué pasará con la imposibilidad de instalar viviendas de emergencia en determinadas zonas, entre ellas El Olivar.

Con todo, falta la bajada completa del Plan, algo que el Gobierno tampoco había entregado hasta ayer a los propios municipios afectados. ¿Por qué tanto secretismo respecto de algo que nos incumbe a todos?

Nuestra Región de Valparaíso tiene una larga historia de desastres naturales; el más reciente, el megaincendio en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. La atención mediática ha bajado, pero no la necesidad de miles de familias que luchan por recuperar un techo y algo de normalidad.

En este escenario ha quedado más patente que nunca la importancia del agua para el día a día. Por eso, ante el reciente Día del Agua, no olvidamos el luto que vivimos y el esfuerzo por avanzar en reconstruir los miles de hogares arrasados por el fuego.

Nuestra prioridad ha sido asegurar el acceso al agua potable para afectados y voluntarios. Hoy, toda nuestra red y los arranques individuales a los que hemos tenido acceso en la zona afectada están operativos. Dado que hay algunos sitios que permanecen inaccesibles, habilitamos una sección especial en nuestra web para así poder contactar a los residentes y reconectar inmediata y gratuitamente sus llaves de paso.

En coordinación con las autoridades, estamos apoyando a las zonas fuera de nuestra área de servicio con la instalación y llenado de 160 estanques, fundamentales para asegurar el acceso al agua en esos sectores.

Quisimos también dar tranquilidad a los damnificados y liberarlos de pago de sus consumos de agua, también sumamos a este beneficio a cerca de 80 ollas comunes, héroes muchas veces anónimos, que ofrecen desinteresadamente alimentos y una palabra de aliento a damnificados y voluntarios.

Día a día trabajamos para llegar a los hogares y sabemos que hoy tenemos muchos vecinos que la necesitan más que nunca. Es un paso indispensable para abordar la reconstrucción. Sin agua es imposible volver a levantar hogares. Por eso, en el Día Mundial del Agua lanzamos una nueva versión de Mujeres Gásfiter, curso en el que, en alianza con los Municipios de Viña del Mar y Quilpué, capacitaremos de forma especial a 75 mujeres, damnificadas por el incendio, con nociones básicas de gasfitería, para que tengan las herramientas necesarias para reponer las redes de sus casas y las de sus vecinos a la par del avance de la reconstrucción.

Privados o públicos, nos une un mismo interés: devolver un poco de normalidad a las familias que lo siguen pasando mal. Quedan largos meses para que los barrios vuelvan a ser lo que eran. Nuestro compromiso es seguir estando ahí.