Cambios al tránsito en la Pob. Vergara
Los vecinos levantaron un fuerte reclamo ante la idea de transformar calles hasta ahora tranquilas en vías de intenso recorrido. La necesidad de pensar soluciones para estos problemas siempre deberá ser junto a los vecinos, no a contrapelo de sus deseos.
Todo parece indicar que el levantamiento de numerosas voces ciudadanas terminó por sepultar algunas de las ideas propuestas en el proyecto "Mejoramiento de la Gestión de Tránsito Viña del Mar y Habilitación Subida Miraflores", que impulsa el Misterio de Transportes (MTT) y que se encuentra actualmente en una fase de estudio preinversional, a cargo de la Secretaría de Planificación de Transportes (Sectra). La visión central de la iniciativa es mejorar la operación del transporte público y privado en el centro de Viña del Mar, propiciando vías segregadas de transporte público y la prohibición de estacionamiento en algunos ejes, así como reordenando la circulación en las vías que conforman la Población Vergara, de acuerdo al texto de la licitación que eligió la empresa a cargo del proceso. Una de las opciones en estudio plantea convertir arterias principales, como Av. Libertad, Av. Perú, 8 y 14 Norte, en paseos peatonales con ciclovías, desviando el tránsito de vehículos particulares y transporte público hacia arterias secundarias, como calles 1 Poniente, 1 Oriente y subida Padre Hurtado. La idea hirió desde un principio la sensibilidad de los vecinos que residen en el área, quienes advirtieron que estas modificaciones significarían un cambio radical en su calidad de vida, rutinas diarias, incluso en el avalúo de sus propiedades. Sin embargo, el objetivo general de repensar la gestión de tránsito en la Población Vergara, donde conviven distintas vocaciones económicas y sociales, no está descaminado de las necesidades que tiene Viña del Mar. Es precisamente este sector, flanqueado por la avenida Perú, San Martín, 5 Oriente y avenidas 1 y 15 Norte, el que ha sufrido la mayor transformación poblacional de los últimos veinte años, con la aparición de nudos viales y atochamientos eternos que crispan los nervios de viñamarinos y foráneos. La necesidad de pensar soluciones para estos problemas siempre deberá ser junto a los vecinos, no a contrapelo de sus deseos.