Una mediación sin tregua: los seis meses de guerra en Gaza
CONFLICTO. Pese a la presión de Estados Unidos -su principal aliado- el gobierno de Israel sigue con la ofensiva armada sobre el enclave terrorista de Hamás.
Más de 33 mil muertos y cientos de miles de desplazados han dejado los seis meses de conflicto en la Franja de Gaza. A su vez, el enfrentamiento ha generado una catástrofe humanitaria y pocas esperanzas de alcanzar una tregua, que pese a los esfuerzos realizados por los mediadores -Egipto, Qatar y Estados Unidos- no se ha podido materializar.
Desde que estalló la violencia el 7 de octubre, Israel y el grupo terrorista Hamás tan solo pactaron un breve alto al fuego de una semana a finales de noviembre, que permitió el intercambio de 105 rehenes por 240 palestinos en cárceles israelíes.
La tregua se rompió por acusaciones cruzadas y ante la incapacidad de otros actores para crear una nueva pausa humanitaria, como las resoluciones de la Asamblea General de la ONU.
Fracaso de la mediación
Estados Unidos, el principal garante de Israel, ha sido uno de los más activos a la hora de buscar soluciones para "evitar que se vuelvan a repetir los ataques de Hamás del 7 de octubre", que dejaron alrededor de 1.200 muertos en territorio israelí, al tiempo que pidió al Estado judío una respuesta proporcionada.
Con el paso de los meses, la posición estadounidense de apoyo incondicional e irrestricto a Israel se ha ido matizando y endureciendo, ante el clamor internacional y las presiones políticas internas, en el contexto también de las malas relaciones entre el presidente Joe Biden y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
A fines de marzo, Estados Unidos permitió, con su abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU, la aprobación de una resolución que exige un alto al fuego inmediato, después de haber vetado hasta en tres ocasiones peticiones similares.
Washington ha advertido contra una eventual invasión de Rafah, y ha instado a que Israel permita la ayuda humanitaria sin restricciones, a lo que el gobierno de Netanyahu no ha hecho caso.
Israel no sólo ha continuado con sus políticas que cada vez más actores internacionales, ONGs y organismos como las agencias de la ONU califican de genocidas, sino que ha mantenido su acceso al armamento de EE.UU., a su multimillonaria ayuda económica para defensa y seguridad, así como su respaldo en foros internacionales.
Egipto y Qatar han sido claves en los intentos mediadores entre Israel y Hamás. Mientras el primero ha sido un mediador histórico entre ambos, manteniendo el único paso fronterizo del enclave, Doha ha mantenido buenas relaciones con Estados Unidos.
Tanto Doha como El Cairo -también París- han acogido rondas de negociaciones entre las partes, con presencia de diplomáticos y servicios de Inteligencia de Egipto, Qatar, Israel y EE.UU. para lograr una tregua. También han sido múltiples las visitas de primeros ministros, presidentes, responsables de Exteriores y de seguridad de decenas de países para sentar las bases para una solución.
Los mediadores han presentado a Hamás varias propuestas de alto al fuego que Israel estaría dispuesto a aceptar, mientras que los islamistas responden con otras exigencias. Sobre la mesa hay una tregua inicial de unas 6 semanas que incluya nuevo intercambio de prisioneros, pero hay diferencias y matices.
La principal carta de Hamás es la liberación de los rehenes, y un alto al fuego "integral" en la Franja, mientras que Israel se centra en liberar rehenes a cambio de presos palestinos, sin renunciar a su presencia militar en Gaza ni a la invasión terrestre de Rafah.