La falta de recepción municipal para las obras de ampliación del centro comercial Viña Outlet Park, ubicado en Reñaca Alto, cuya apertura impulsaría la creación de 500 empleos directos y otros 1.500 indirectos, se eleva como el último ejemplo de ese fenómeno que a nivel nacional ha recibido el nombre de "permisología", esto es, cómo la burocracia en muchos servicios públicos se convierte en un obstáculo para la inversión privada al punto de tener impacto en la creación de puestos de trabajo. Para dar solución a este problema, el Gobierno ingresó en enero de este año un proyecto de ley que "establece una Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales" e introduce modificaciones en varios cuerpos legales, para agilizar el otorgamiento de las autorizaciones necesarias para llevar adelante estos proyectos, independiente de su envergadura, tanto públicos como privados, en pos de aumentar la productividad y la inversión en el país.

La iniciativa legal, que está en su primer trámite constitucional con urgencia simple, está enfocada en el trabajo sectorial, es decir, en agilizar la tramitación de ministerios, servicios, direcciones regionales y consejos que dependen del nivel central, y no enla responsabilidad específica que tienen las direcciones de obras municipales en las recepciones finales de obra.

El caso del Viña Outlet Park es uno de tantos que han sido planteados en los últimos años, sin que exista en las autoridades municipales de las distintas comunas, principalmente en el Gran Valparaíso, la voluntad real de agilizar las tramitaciones de iniciativas que pueden reactivar la actividad económica local. Mientras este problema permanezca invisible a nivel comunal y los municipios no adopten las medidas adecuadas, las iniciativas a nivel macrosectorial serán insuficientes y el congelamiento de proyectos vitales para crear empleos continuará sembrando decepción en la ciudadanía.

Hace sólo unos meses, gracias a un operativo de ayuda sanitaria de cuatro días que realizó un equipo de médicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, la lista de espera por consultas y cirugías dermatológicas que registraba desde largo tiempo el Hospital Hanga Roa de Rapa Nui quedó en cero. Pocos días después, un estudio de opinión pública reveló que las listas de espera en la salud pública ocupan el segundo lugar entre las preocupaciones de los chilenos, sólo superadas por los temas de seguridad.

Un simple cruce entre estas dos noticias entrega un ejemplo paradigmático de cómo una universidad pública puede dar respuesta efectiva a una demanda de autoridades, instituciones y de la ciudadanía misma de salir del claustro académico y estar en el territorio, para ayudar en la implementación de soluciones a las problemáticas más urgentes de las personas.

Pero esta iniciativa desarrollada por la UV no es un hecho aislado. Veamos, por ejemplo, lo que ocurre en nuestra región con las cuatro universidades tradicionales agrupadas en el Consejo de Rectores de Valparaíso. Estas instituciones tuvieron un papel decisivo en el combate de la pandemia de covid-19 y llevan décadas colaborando en la prevención del VIH, establecieron una mesa de trabajo para avanzar en la reactivación económica de la zona, lideran la elaboración de la nueva política de ciencias regional, recuperan edificios emblemáticos (como la antigua fábrica Hucke, la ex Bolsa de Valores o la Casa Italia), divulgan las artes y la cultura, y realizan innovación con aplicaciones prácticas en los territorios de esta vasta región.

En la Universidad de Valparaíso entendemos la vinculación con el medio como parte fundamental de nuestro quehacer. La Clínica Jurídica, el programa Gerópolis, la Clínica Odontopediátrica, el Observatorio de Políticas Públicas y Desarrollo Regional, la Clínica de Reproducción Humana y la Unidad de Medio Ambiente y Sostenibilidad son sólo algunos ejemplos de lo mucho que hacemos en este ámbito. En los últimos meses hemos decidido dar un paso más adelante, acercándonos a comunidades a las que se hace más complicado llegar por su lejanía del Gran Valparaíso y donde la posibilidad de consultar a un especialista -y no exclusivamente del área de la salud- es cercana a cero. Para abordar estos desafíos, hemos desarrollado la iniciativa Territorio UV, una acción de despliegue de servicios a la comunidad que nos permite llevar asistencia judicial, atenciones de salud, charlas e información de diferentes ámbitos que repercuten directamente en la vida de la población. Comenzamos en San Felipe, luego estuvimos en Petorca y próximamente visitaremos San Antonio y otras provincias de nuestra región.

El clamor general de que salgamos del aula y atendamos a los requerimientos concretos de la ciudadanía tiene respuesta: la universidad ya está en el territorio.