LA TRIBUNA DEL LECTOR Volvamos a hablar de desarrollo
POR ALEJANDRO CORVALÁN QUIROZ Y MARCELO LEÓN VARGAS, ACADÉMICOS DE LA ESCUELA DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS DE LA UNIVERSIDAD VIÑA DEL MAR POR FERNÁN RIOSECO, ABOGADO Y ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO POR FERNÁN RIOSECO, ABOGADO Y ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO
La Escuela de Ingeniería y Negocios de la Universidad Viña del Mar y EIVA, Ecosistema de Emprendimiento guiado por la Innovación de la Región de Valparaíso, han organizado un conversatorio denominado ¡Volvamos a hablar de Desarrollo! para este viernes 19 de abril, en el Campus Recreo de dicha universidad. Lo interesante o novedoso de este evento es que se constata que desde casi 20 años que el país y la región dejó de debatir un tópico que el expresidente Ricardo Lagos Escobar planteó con vehemencia y rigor de "cuán cerca o lejos estábamos del umbral del desarrollo", concepto que hemos consensuado para este conversatorio como un proceso complejo que incluye los factores de crecimiento económico, equidad y sustentabilidad ambiental, cada uno de ellos como una condición necesaria pero no suficiente para alcanzarlo.
La estructura del evento partirá con las palabras de bienvenida de la directora de la Escuela de Ingeniería y Negocios de la Universidad Viña del Mar, Dra. Ximena Petit-Breuilh, destacando el lanzamiento del Observatorio de Desarrollo Económico. A continuación habrá una presentación de los académicos Alejandro Corvalán y Marcelo León sobre "descripción sinóptica de la región en las últimas décadas con énfasis en la trayectoria del 2013-2023", "dimensionar algunos impactos en los mercados laborales y sectoriales" y "sugerir algunas orientaciones estratégicas de la región, a partir de algunos escenarios prospectivos", los cuales servirán de insumo para el debate entre los panelistas, entre cuales destacamos a la Dra. María José Escobar, presidenta del Ecosistema de Emprendimiento guiado por la Innovación de la Región de Valparaíso, EIVA; Pier-Paolo Zaccarelli, past-president de la Cámara Regional del Comercio y la Producción, CRCP; Camila Bolados, jefa de la División de Fomento e Industria del Gobierno Regional de Valparaíso, y Débora Vega, jefa de la División de Planificación y Desarrollo.
Con relación a la Región de Valparaíso, la presentación de los académicos Corvalán y León reseñarán en una mirada larga, 1960-2022, la pérdida de relevancia de ella en el contexto nacional. En 1960, representábamos el 14,1% y al 2022 sólo el 8,2% del total nacional, es decir, casi seis puntos menos; en términos de PIB per cápita normalizado, en base 100, teníamos en 1960 un índice de 124 y al 2022 de 82, o sea, 18 puntos bajo la media nacional. En otras palabras, como región somos más pobres que hace seis décadas si nos comparamos con otras regiones.
Es interesante observar, en el período 1960-2022, otros indicadores de la Región de Valparaíso, tales como el profundo cambio estructural y sectorial, entre los cuales destacamos la caída de la participación de la Industria Manufacturera, desde un 43,2% en 1960 a un 7,5% en el 2022; el aumento del Transporte y Comunicaciones, desde un 2,8% en 1960 a un 13,2% en el 2022; el incremento irregular en los sectores de la Minería; Electricidad-Gas y Agua; y Comercio- Restaurantes y Hoteles. Sin embargo, el dato más preocupante que hay que asumir con rigor y urgencia es que el PIB per cápita o por habitante de nuestra región al 2023 es equivalente al del 2013, es decir, al de hace 11 años.
Las macrotendencias enunciadas se complementan con otras variables de la economía regional, tales como la inversión proyectada, pública y privada, para los próximos cinco años, que es equivalente al 3,9% del total nacional, menos de la mitad del peso regional en el país (8,2%). Complementariamente, si miramos la matriz exportadora de nuestra región en los últimos 5 años observamos que tenemos una matriz exportadora altamente concentrada en recursos naturales y muy poco diversificada.
No obstante lo anterior, hay algunos indicadores preocupantes en el mercado laboral: la tasa de participación y la tasa de ocupación a nivel regional fueron 59,8% y un 54,9%, respectivamente, prácticamente similares a las tasas del mismo trimestre móvil del año 2010. En el plano nacional, la tasa de participación y la tasa de ocupación marcaron un 61,8% y un 56,6%, respectivamente, muy similares a las del trimestre móvil octubre-diciembre del 2010. En otras palabras, tanto a nivel regional y país las tasas de ambos indicadores son equivalentes a las de hace 13 años. Las cifras del mercado laboral a nivel país y región se explican, parcialmente, por el débil desempeño de la economía en sus principales variables como la inversión y la productividad y el estancamiento que vivimos como país y región en la última década.
Finalmente, esperamos que este conversatorio pueda ser un aporte al proceso colectivo de construir una mirada de futuro que nos permita alcanzar para el 2035 el umbral del desarrollo para nuestra región, para lo cual requerimos tener una propuesta estratégica consensuada con todos los actores y que apunte a recuperar competitividad y capital sinérgico.
Invasión
Imagine que su vecino, con el cual ha tenido serias rencillas, deja pasar a un desconocido y este último aprovecha la oportunidad para entrar a su casa. Usted sorprende al intruso en su antejardín y le pide que se devuelva por donde vino, pero su vecino se niega a recibirlo de vuelta, pese a que él mismo facilitó el acceso ilegal de esa persona.
Suponga, ahora, que ese mismo vecino mantiene relaciones con organizaciones terroristas. Su vecino les proporciona pasaportes, logística, armas, información clasificada y, eventualmente, está dispuesto a permitir que los terroristas pasen a su casa (la de usted) sin limitación alguna.
Pues bien, eso es precisamente lo que sucede con Chile y el vecino del norte, Bolivia.
El argumento boliviano para no reconducir a los inmigrantes que ingresan de manera ilegal a nuestro país por Colchane, es que la reconducción sería una medida interna del derecho chileno, pero que no estaría reconocida por el derecho internacional.
Se puede discutir la validez de este argumento, pero lo incuestionable es que Bolivia es un Estado no colaborador con Chile; algo similar a lo que ocurre con Venezuela, con el agravante de que ambos países mantienen estrechos vínculos con Irán, un Estado que financia el terrorismo de "actores beligerantes no estatales" como Hamás, Hizbulá y los hutíes.
Lo que Chile padece desde hace varios años, debido a la escasa colaboración de Bolivia y Venezuela, ya no es inmigración ilegal, sino una invasión no convencional que compromete la seguridad nacional. ¿Qué garantías da Chile de que Hizbulá no ejecutará actos terroristas en nuestro territorio? ¿Qué seguridad hay de que no entraron al país agentes cubanos y venezolanos quien sabe con qué propósito?
Por otro lado, el despliegue de tropas militares, en el marco de la ley de infraestructura crítica, ha sido insuficiente para controlar la inmigración ilegal. Según datos entregados por la PDI, entre enero de 2022 y agosto de 2023 ingresaron clandestinamente al país 88.418 personas, más que los cuatro años anteriores juntos (88.062). Esto tomando en cuenta sólo las autodenuncias, sin incluir la cifra negra, esto es, personas que ingresan de manera irregular y de las cuales el Estado carece de antecedentes.
Si Bolivia persevera en su actitud, Chile tiene que adoptar medidas drásticas: cerrar la frontera durante un tiempo; exigir visa a los bolivianos que quieran ingresar a Chile; suspender o restringir el tránsito de camiones desde y hacia Arica; reforzar y extender la zanja divisoria en Colchane, etc.
También debe avanzar el proyecto de ley que tipifica como delito la inmigración irregular; aumentar significativamente el número de expulsiones administrativas; y construir Centros de Internamiento para Extranjeros como los que existen en España, para retener a los inmigrantes irregulares a la espera de su expulsión del país.
Es hora de defender en serio nuestra soberanía.