El próximo fin de semana se dará inicio a una nueva versión de la Copa Chile con un encuentro inédito. Se enfrentarán una selección de Juan Fernández y el decano del fútbol chileno, Santiago Wanderers, en la isla Robinson Crusoe. Por primera vez en su larga historia, los habitantes del archipiélago podrán ver a sus talentos locales bregar contra un grupo de jugadores profesionales.

Digo un grupo, porque jugar ahí implica un desafío logístico complejo. Solo 7 jugadores y el director técnico podrán llegar en avión, mientras que el resto del plantel, juveniles, deberá partir el martes desde el continente para desplazarse en el "Aquiles", un buque de la Armada que bien sabe del rigor del oleaje y de los efectos del mareo.

Como si estos elementos no fueran ya un excelente condimento para un gran historia, se agrega otro extraordinario. Una vez que los habitantes de Juan Fernández conocieron su futuro en la Copa, contrataron al ya a estas alturas mítico director técnico Jorge "Peineta" Garcés. Desde hace algunos meses, el oriundo de Talca ha debido formar una selección con los poco menos de mil habitantes que tiene el archipiélago y prepararlos para un desafío profesional.

Resulta inevitable pensar en "Peineta" como el mismísimo Alexander Selkirk, el personaje que inspiró al escritor Daniel Defoe para escribir Robinson Crusoe. Selkirk fue un marino escocés que, a inicios del siglo XVIII, tuvo la pésima idea de discutir con el capitán del barco en medio de una travesía por el Océano Pacífico y cuyo resultado fue que fuera abandonado en una isla desierta, la actual Robinson Crusoe.

Pienso en "Peineta" como Selkirk, porque siempre ha sido un desadaptado. Lo digo en el buen sentido. Después de un paso mediocre como futbolista profesional, hizo su curso de director técnico en Europa y llegó a Chile a transformar un medio que, salvo el Colo Colo de Mirko Jozic, era bastante amateur en muchas cosas.

Garcés, que lucía impecable en cada partido, vistió de traje a los jugadores, los obligaba a concentrarse, a no tomar bebidas de fantasía, a cuidar su dieta, etc. Así fue ganando seguidores y detractores. Tras mucho insistir en su propia filosofía, obtuvo el premio gordo el 2001 con la tercera estrella para Santiago Wanderers, título que los del puerto no alcanzaban desde hacía 33 años.

Después de eso, Jorge Garcés se peleó con el capitán del barco, un hombre llamado Reinaldo Sánchez, y nada volvió a ser igual. En cierta manera, "Peineta" quedó relegado en una isla donde ya nadie más lo consideró para un desafío importante. Sus campañas, como su prestigio, fueron a los tumbos.

Pero el fútbol, como la vida, siempre da revanchas y el próximo fin de semana, el bueno de "Peineta" tendrá la oportunidad de hacer historia y no solo en el archipiélago, sino en el mundo. Y es que Robinson Crusoe es precisamente una historia sobre la capacidad del hombre para adaptarse a las circunstancias adversas y encontrar soluciones creativas a los problemas que enfrenta. Por eso mismo, yo estaría atento a comprar los derechos de esta historia: si gana no solo dará para documental, sino para una película, con Robert Downey Jr. en el papel de "Peineta". Y, por qué no, un libro que, quién sabe, podría ser tanto o más famoso que el de Defoe.