La vida después de Jorge Sharp
El alcalde anunció que no irá a la reelección por Valparaíso e inmediatamente surgen dudas sobre la subsistencia de su legado.
El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, formalizó ayer, a través de una entrevista en el diario La Segunda, el secreto a voces de que no irá por su segunda reelección municipal para así privilegiar otros proyectos personales, entre los cuales estaría una candidatura a senador por la Región de Valparaíso a fines del próximo año.
Con ello pareciera llegar a su fin un proyecto colectivo iniciado en la segunda parte del año 2016, cuando el entonces desconocido abogado puntarenense de la PUCV sorprendió a todo el mundo desbancando al entonces alcalde Jorge Castro y al impresentable candidato de la ex Nueva Mayoría, el cantante Leopoldo DJ Méndez. Luego, ganaría la reelección por paliza.
Toda el agua que pasó debajo del puente en estos casi ocho años de gestión podrá ser objeto de debate, pero no está en cuestionamiento la polarización que poco a poco fue provocando en la ciudad un estilo de administración basado en el conflicto permanente, el menoscabo a buena parte de la sociedad porteña y la objetiva decadencia de la ciudad de Valparaíso, tanto en términos económicos como sociales y morales.
Acaso una de sus grandes deudas, más allá del fenómeno electoral que bien supo liderar, es sin dudas la inconsistencia de un proyecto común. Con sucesivas renuncias y quiebres con la Izquierda Autonomista, el Movimiento Autonomista y Convergencia Social, tras la firma por parte del entonces diputado Gabriel Boric del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019, se perdió de haber socializado una apuesta colectiva que incluso pudo acercarlo a una carrera presidencial a fines de 2021.
¿Existe un legado? Vaya uno a saberlo. El movimiento Transformar Chile presentaría hoy a la Dideco Carla Meyer como su heredera política, como también a la alcaldesa Constanza Lizana en San Antonio, quien iría por la reelección. Una o dos derrotas en los casos mencionados serían un duro golpe para una forma de hacer política que siempre buscó más la diferenciación y la singularidad que la asociatividad.
Por lo pronto, una eventual candidatura senatorial tampoco será tan sencilla, ante la imperiosa necesidad de levantar una lista potente que haga el peso a los ya anunciados aspirantes por la zona.