Mejor planificación y ciudades seguras
No basta con atender las contingencias que surgen del megaincendio. También se deben anticipar y mitigar los riesgos futuros. Es clave preguntar qué ha pasado con los planes reguladores urbanos en Viña del Mar, Valparaíso, Quilpué, Villa Alemana y Limache.
A cuatro meses del megaincendio que provocó 137 muertos y cuando un nuevo socavón amenaza al edificio Euromarina II, ubicado en el sector El Encanto, en Reñaca, surgen voces que piden a las autoridades atender a las causas de fondo de estas tragedias al mismo tiempo y con el mismo esfuerzo que enfrentan las contingencias derivadas de dichos eventos. Aunque reconocen que es difícil cumplir con todas las condiciones, debido a la premura que exigen el desamparo de los damnificados, los especialistas advierten que las soluciones dadas o admitidas ante los últimos desastres ocurridos en la zona, bien podrían incubar catástrofes peores en el futuro.
Uno de esos expertos es el profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez y Ph. D. en Seguridad Contra Incendios, Pedro Reszka, quien sobre los procesos desarrollados tras el megaincendio de Viña del Mar y Quilpué alerta que "parece que la reconstrucción está siendo apresurada (...) En mi opinión, la reconstrucción va a reproducir muchos de los defectos que nos llevaron a esta tragedia".
Esto significa que no bastará con mejorar la coordinación de los equipos de emergencia para mitigar los impactos de un próximo siniestro de gran magnitud si en la instalación de las nuevas viviendas, en el diseño de los barrios que serán reconstruidos y, principalmente, en la elección de los terrenos designados, no se aplican criterios adecuados o no se implementan las medidas adecuadas para reducir su condición de riesgo. En este punto clave vale la pena preguntar qué ha pasado con los planes reguladores urbanos en Viña del Mar, Valparaíso, Quilpué, Villa Alemana y Limache, la zona del Gran Valparaíso que en verano se convierte en un cordón de fuego cada vez más difícil de enfrentar. Del avance y actualización de dichos instrumentos de regulación territorial dependerá que el crecimiento urbano inevitable de los próximos años no colisione de frente con los riesgos que imponen el cambio climático y la acción delincuencial de pirómanos e incendiarios.