La queja por los plazos del SEA
Ejecutivos de EPV acudieron esta semana al Senado para ofrecer una opinión sobre la necesaria reforma del sistema ambiental. Resulta vital que el Congreso tome en consideración todos estos factores, para que una reforma al sistema pueda dar un camino de certezas a las inversiones.
Hay mucho de paradoja en la preocupación que transmitieron los directivos de la Empresa Puerto Valparaíso (EPV) a los senadores de la Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Bienes Nacionales, por los excesivos plazos que toma la tramitación ambiental de un proyecto y el riesgo que representa para el país el atraso de iniciativas que llevan más de una década en dicho proceso. La paradoja reside en que el mismo Estado, que por un lado define una estrategia de desarrollo portuario pertinente para responder a las exigencias del crecimiento exportador nacional, construye un mecanismo intrincado de exigencias e instancias de apelación ambiental que entorpecen esa misma estrategia al no definir un camino de certezas que le permita a las empresas públicas cumplir sus objetivos. En la instancia parlamentaria, el presidente de EPV, Luis Eduardo Escobar, hizo hincapié en los casi 10 años que lleva de tramitación de la ampliación portuaria en Valparaíso, pero lo mismo pueden advertir otros ejecutivos de estatales, como EFE Valparaíso, que tramita actualmente la extensión del servicio ferroviario a Quillota, o el Ministerio de Obras Públicas, que acaba de iniciar dicho proceso para el nuevo aeropuerto de Concón. El riesgo no está solamente en las exigencias monumentales que establecen algunos servicios, sino en el tiempo que demoran en entregar sus observaciones. Los plazos en obras de esta envergadura no son antojadizos, sino que van en línea con los presupuestos estimados, el precio de las materias primas usadas y el timming que deben cumplir en una planificación mayor. Resulta vital que el Congreso tome en consideración todos estos factores, para que una reforma al Sistema de Evaluación Ambiental pueda dar un camino de certezas a las inversiones en Chile y sirva para destrabar algunas iniciativas emblemáticas que ayuden al desarrollo económico del país y mejoren la calidad de vida de sus habitantes.