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-En términos de cifras de inversión privada para infraestructura, la Cámara Chilena de la Construcción proyectó una caída de 1,3% más este año. ¿Su Ministerio comparte esa proyección o tiene otras cifras?
- No, no tenemos otras cifras. Tenemos un plan de trabajo con una cartera de 2.500 proyectos en ejecución. Adicionalmente, la cartera de concesiones incluye otros importantes proyectos, algunos de los cuales estamos construyendo ahora tras haber sido licitados hace algunos años, y otros que estamos licitando este año y el próximo. Vamos a licitar proyectos por más de 12 mil millones de dólares, lo cual contribuirá a mejorar la infraestructura del país y eso trae por supuesto un impacto a la actividad de la construcción. Todas estas obras se realizan a través de contratistas privados, lo que tiene un impacto directo en la actividad económica. Vamos a sostener este ritmo, porque entendemos que es muy importante.
- ¿Comparte que aún hay proyectos estancados en el país que podrían actualizarse? Lo pregunto porque este año lanzaron un plan para que los contratistas pudieran actualizar los contratos. ¿Cómo ha funcionado todo esto?
- Hemos logrado reducir el número de obras abandonadas, tuvimos una cifra peak durante la pandemia. Durante la pandemia y la crisis económica, tuvimos desequilibrios de precios y llegamos a tener más de 170 obras abandonadas. Hemos recuperado ya más del 70%: retomadas, vueltas a licitar, algunas ya están en obra, otras están en proceso. Vamos a seguir en ese camino, además de implementar medidas para hacer más fluida la relación del Ministerio con las empresas contratistas. Ahí hay dos temas importantes: primero, cómo permitir que las obras se desarrollen más fluidamente; y segundo, la parte financiera, es decir, cómo el Ministerio paga por esas obras. Estamos viendo cómo ejecutar estos presupuestos de forma más ágil porque entendemos que las empresas tienen una situación financiera que sostener junto con las obras que ejecutan. Necesitamos mejorar nuestra gestión, ya que la Banca ha estado bastante reticente, con criterios de riesgo más elevados, lo que ha dificultado un poco el desarrollo de la industria.
-¿Cuáles son los desafíos de su cartera para lo que queda de este año y lo que queda de Gobierno?
- Nuestros desafíos tienen que ver con ejecutar apropiadamente nuestra cartera de proyectos. Esto va más allá del presupuesto anual, que, por cierto, tenemos que ejecutarlo. Como le decía, tenemos una cartera de más de 2.200 proyectos en distintos ámbitos. El Ministerio, usted sabe, tiene proyectos en vialidad, caminos, puentes, todo lo que tiene que ver con el borde costero, caletas pesqueras, embalses, sistemas de riego y sistemas de recolección de aguas lluvia. Los aeropuertos también están en el ámbito de nuestro Ministerio. Entonces, tenemos un conjunto muy importante de proyectos que necesitamos mantener a buen ritmo y, ojalá, acelerar su ritmo de ejecución. Todas las obras concesionadas que le mencionaba también. Hemos asumido un conjunto de compromisos respecto a licitar proyectos. Es una actividad importante y tenemos un compromiso grande de licitar 24 proyectos por más de 12.000 millones de dólares en lo que resta del periodo de Gobierno.
Canal de chacao
- ¿Cuándo se va a entregar el puente de Chacao?
- Todavía no tenemos una fecha específica. Estamos estudiando la reprogramación definitiva que nos va a proponer la sociedad constructora. Es un puente que ha sufrido varias revisiones durante su ejecución. Ya tenemos un 50% avanzado. Queda una etapa delicada que es la instalación. Bueno, terminaron las tres torres que afirman todo el puente. Además, tuvimos una pandemia entre medio y terremotos que obligaron al rediseño, lo cual ha sido un desafío de ingeniería bastante grande. Esperamos, en los próximos meses, tener la claridad de la nueva programación definitiva para poder anunciar una fecha de término del puente Chacao.
Socavones
-En Reñaca con el tema de los socavones, ¿qué mirada tienen a largo plazo?, porque se están produciendo nuevos eventos de ese tipo.
- Nos pidió Senapred coordinar una mesa interministerial, para dar una mirada de más largo plazo. Ahí tenemos una conversación de fondo que tiene que ver con cómo afrontamos a futuro todas esas obras, esa cantidad enorme de edificios que se construyeron sobre un campo dunar. La calidad de la ingeniería chilena está fuera de discusión, pero el campo arenero es más vulnerable y lo hemos estado viendo.