Julian Assange, fundador de WikiLeaks, queda en libertad tras declararse culpable en un tribunal
CASO. El australiano viajó ayer de Reino Unido a su país natal, no sin antes pasar a firmar su acuerdo con Estados Unidos a una corte en las Islas Marianas.
Efe
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, emprendió ayer un largo viaje de regreso a su Australia natal. Al cierre de esta edición, se había declarado culpable de violar la ley de espionaje de EE.UU. por la filtración de documentos clasificados, como parte de un acuerdo con el Gobierno estadounidense que le permitirá el retorno tras una saga legal de 14 años.
En una comparecencia en un tribunal de las Islas Marianas del Norte, Assange se declaró culpable, como se esperaba, de un cargo criminal por conspirar para obtener y divulgar documentos clasificados de EE.UU., en relación con la mayor filtración de la historia estadounidense en 2010, que incluyó casi medio millón de documentos sobre las guerras en Irak y Afganistán.
Antes de declararse culpable, el fundador de WikiLeaks se sentó erguido, con las manos cuidadosamente entrelazadas y expresión neutral, respondiendo a algunas preguntas de la jueza Ramona Villagomez Manglona sobre las implicaciones del acuerdo de culpabilidad, que supone, entre otras cosas, la renuncia a su derecho a presentar recursos.
Finalmente, Assange se inclinó hacia el micrófono y, al ser preguntado si se declaraba culpable o inocente, respondió: "Culpable de la información", según recoge el diario británico The Guardian.
Sin cámaras
La declaración de culpabilidad se produjo sin cámaras de televisión en una sala del tribunal federal de EE.UU. ubicado en la isla de Saipán, capital de las Islas Marianas, un territorio estadounidense en el océano Pacífico.
La defensa del australiano solicitó celebrar la audiencia en este lugar por su proximidad con Australia y porque Assange no deseaba viajar al territorio continental de Estados Unidos.
Según pudieron captar las cámaras a su entrada al juzgado, Assange, de 52 años, llevaba el pelo blanco peinado hacia atrás e iba vestido con traje oscuro y camisa blanca.
Además, llevaba una corbata de color cobrizo oscuro con los nombres de los diseñadores 'Vivienne Westwood + Andreas Kronthaler', quienes se encargaron de diseñar la ropa que vistió en 2022 en su boda el australiano, su esposa, Stella y sus dos hijos. La corbata también llevaba un símbolo de corazón.
Tras la declaración de culpabilidad del fundador de WikiLeaks, los fiscales de EE.UU. procedieron a la lectura del acuerdo al que han llegado con la defensa de Assange y en el que se establece que el acusado aceptará su culpabilidad a cambio de una pena de 62 meses de cárcel, que ya cumplió en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, Reino Unido.
El pacto establece que se le dará crédito por el tiempo cumplido, de manera que Assange quedó en libertad tras la audiencia judicial y pudo reiniciar el retorno a su Australia natal, donde lo esperaban su mujer, Stella, y sus dos hijos.
El acuerdo de culpabilidad marca el fin de una saga legal en la que Assange pasó más de cinco años en una cárcel británica de alta seguridad y siete años en la embajada de Ecuador en Londres, mientras enfrentaba acusaciones de delitos sexuales en Suecia y luchaba contra su extradición a EE.UU.
Pese a no haber sido condenado por ningún delito, el australiano pasó casi 14 años de cautiverio en el Reino Unido.
Las filtraciones
La justicia estadounidense acusó a Assange de hasta 18 delitos por violar la Ley de Espionaje, pues reveló desde secretos de guerras hasta datos sobre los detenidos en la base de Guantánamo, entre otros asuntos. Por ejemplo, las filtraciones incluyeron un video en que se ve a soldados estadounidenses disparando contra civiles en Irak en 2007.
Parte de las filtraciones de los documentos fueron realizados por el entonces soldado Bradley Manning, que cumplió pena entre 2010 y 2017 por violar la Ley de Espionaje y se declaró mujer trans en 2013, cambiando su nombre a Chelsea.
Hay quienes consideran que las filtraciones pusieron en peligro a inocentes y que supusieron una traición, mientras que muchas ONG de periodistas y de derechos humanos consideran que WikiLeaks actuó en beneficio del público y la libertad de información.