Descentralización llena de cambios
El Gobierno se alista a dar un paso crucial en el proceso con la pronta aprobación del Área Metropolitana de Valparaíso. Este cambio tan drástico de opiniones le resta energía al proceso de descentralización y pone a los distintos actores en posiciones incómodas y de incertidumbre.
En septiembre de 2021, cuando la campaña presidencial tomaba vuelo y los candidatos buscaban temas para marcar una diferencia, el entonces representante de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, se comprometió a eliminar durante su gobierno la figura de los delegados presidenciales, a quienes calificó de un obstáculo para el proceso de descentralización. "Si el pueblo de Chile nos da el honor de poder representarlos de aquí en adelante, no les quepa duda que en nuestro futuro gobierno se va a terminar la figura del delegado presidencial", dijo el actual Mandatario, cuya promesa comenzó a desdibujarse una vez que asumió el cargo. Boric no solamente demoró el proyecto de ley que trató de poner término a los delegados, sino que la iniciativa presentada el año pasado generó profunda molestia en los gobernadores regionales, quienes calificaron la propuesta de insuficiente y un mero cambio de nombre a un cargo que mantenía gran parte de sus atribuciones. Para sorpresa de todos, la decisión del Presidente hoy es que los delegados presidenciales no solamente deben mantenerse, sino que son indispensables para ejercer una serie de competencias que no serán entregadas en figuras regionales electas, principalmente en temas de seguridad. Este cambio tan drástico de opiniones le resta energía al proceso de descentralización y pone a los distintos actores en posiciones incómodas -los gobernadores, curiosamente, ya no consideran tan urgente la eliminación de los representantes regionales del Presidente- y de incertidumbre respecto de cuál será el próximo movimiento del Ejecutivo en este tema. La anunciada aprobación del área metropolitana del Gran Valparaíso por parte del comité interministerial de descentralización es un paso adelante, pero no se terminará de consolidar adecuadamente si el proceso que lidera el Gobierno mantiene una estrategia marcada por las dudas y los cambios de opinión.