Angustia y desesperanza: la otra cara de la tragedia del 2F
MEGAINCENDIO. Sicólogas advierten que la incertidumbre de la reconstrucción ha generado ansiedad, estrés y un sentimiento de abandono en los damnificados.
Aunque ya han pasado cinco meses, Eduardo Ribillo Cifuentes (70) mantiene el recuerdo patente del caos y la desesperación que se vivió en El Olivar durante el trágico 2 de febrero.
De un día para otro, sin previo aviso, Eduardo, su esposa y su nieto se vieron obligados a escapar de las llamas, dejando atrás los miles de recuerdos de su hogar que, con esfuerzo, pagaron durante 20 años.
"Era como una lluvia de fuego. Fue todo muy rápido… Ni siquiera tuvimos opción de sacar algunas cosas. Perdimos todo", lamenta el afectado, cuya vivienda en la calle Río Paine fue arrasada por las llamas.
Con el camino Troncal colapsado, aquel día Ribillo y su familia escaparon con lo puesto hacia Villa Independencia.
"A medida que avanzábamos hacia arriba, parecía que el fuego nos venía siguiendo. Vimos a gente arrancando, casas que se estaban quemando, autos que se estaban quemando con personas adentro. Era todo un caos, fue impactante, una situación desesperante", relata Eduardo, aún conmocionado por aquellas imágenes.
Bernardita López (79), residente de la Villa Rogers, perdió aquella fatídica jornada a su hermana y a su cuñado. Además, la viñamarina resultó gravemente quemada herida.
"Estuve un mes en la UCI de la Clínica Reñaca, gracias a Dios pude salir adelante, pero sufrí pérdidas de hermanos, familiares que se quemaron. Se quemaron cinco casas de mis hermanos, cuatro de mis hijas", lamenta Bernardita. "Fue horrible, horrible. Cuesta mucho superar esto", afirma.
Estrés postraumático
Los de Bernardita y Eduardo son parte de los más de 120 casos de damnificados que las sicólogas Claudia Salas y Daniela Villella atendieron tras el megaincendio, trabajando con la Fundación Ronda.
Villella, quien aquel día también tuvo que escapar de las llamas, señala que "la realidad de El Olivar es bastante dura, bastante fuerte. Hay casos muy potentes. Hay un nivel de estrés postraumático brutal".
"Escuchar cada relato, cada uno más estremecedor que el otro, ha sido para mí como psicóloga una experiencia muy dura, porque tú ves la desesperanza de las personas, sobre todo de los adultos mayores, que llevaban 30, 40 años acá, y que de la noche a la mañana todo su sentido de pertenencia se ve reducido a cenizas", remarca.
Impotencia transversal
Sin embargo, asegura que hay un segundo elemento que está impactando psicológicamente a los afectados: las incertezas de la reconstrucción.
"Vemos un alto nivel de estrés, de desesperanza, y si a eso le sumamos que no hay ningún tipo de reconstrucción, no hay nada claro (...) eso aumenta en gran escala el estrés de las personas, los cuadros depresivos, de ansiedad, que van haciendo que las personas estén cada vez más reactivas", sostiene Villella.
En tanto, la neuropsicóloga Claudia Salas advierte además que "hay un duelo de la vida comunitaria, de la vida construida en ese espacio y también de la casa misma".
"Hemos tenido que acompañar los procesos de demolición, con ninguna certeza para las familias. Intentamos ayudar a lidiar con esa incertidumbre, porque hoy nada de lo que pase en términos de reconstrucción o de volver a habitar los espacios depende de ellos. Entonces, hay una impotencia transversal", explica la especialista en salud mental.
Reconstrucción ficticia
En tanto, Eduardo Ribillo, cuestiona que esta "ha sido una reconstrucción ficticia, no hay nada claro", y subraya que "la incertidumbre de qué va a pasar con nosotros claro que nos afecta. Queremos claridad, necesitamos tener fechas".
"Da rabia, da pena la situación. Esperábamos más presencia, más apoyo, más humanidad", complementa Bernardita, emplazando a las autoridades de la reconstrucción.
María José Escudero, directora de la Fundación Ronda, destaca que la entidad ha realizado atenciones de salud mental que han permitido entregar 360 horas de atención a familias, niños, niñas y jóvenes.
"Nos tiene muy preocupados hoy ver cómo (...) la salud mental de la comunidad se ha visto aún más perjudicada por la falta de claridad que han entregado las autoridades municipales y gubernamentales frente al proceso de reconstrucción, y que hasta ahora no se hayan hecho responsables por lo sucedido", enfatizó.
"Ha sido una reconstrucción ficticia. La incertidumbre de qué va a pasar con nosotros claro que nos afecta".
Eduardo Ribillo, Damnificado de El Olivar
"Hoy nada de lo que pase en términos de reconstrucción depende de ellos. Entonces, hay una impotencia transversal".
Claudia Salas, Neuropsicóloga
"La salud mental de la comunidad se ha visto aún más perjudicada por la falta de claridad que han entregado las autoridades".
María José Escudero, Directora de Fundación Ronda