La Contraloría General de la República (CGR) emitió el martes 9 de julio una serie de instrucciones para regular la realización de eventos culturales y de esparcimiento -festivales, conciertos, vendimias o carnavales-, que tradicionalmente organizan las municipalidades a lo largo de todo el país. Dicho instructivo admite que, en cuanto a la publicidad y difusión de estos eventos los municipios pueden utilizar diversos medios de comunicación para dar a conocerlos, pero advierte que no está permitido incorporar la imagen del alcalde o de los concejales en su difusión, ya que ello implica una infracción de las normas que regulan el uso recursos del organismo, lo que puede generar una responsabilidad civil para la autoridad. Aunque la orden de Contraloría llamó más la atención por el párrafo que prohibía cualquier "fomento de mensajes contrarios a las garantías constitucionales", con evidente relación a la controversia ocurrida en el verano por la contratación del cantante Peso Pluma en el Festival de Viña del Mar, el marco general de los dichos del ente fiscalizador ocurren ad portas de una elección de alcaldes y concejales, por lo cual deben entenderse también como guías obligatorias para este periodo de precampaña. Esta idea se ve reforzada cuando la Contraloría General de la República recuerda en su información que "el Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales, establece que los funcionarios públicos están impedidos de realizar cualquier actividad política dentro de la Administración del Estado o usar su autoridad, cargo o bienes de la municipalidad para fines ajenos a sus funciones". Es importante recordar que el objetivo de la norma no es afectar la capacidad electoral de las autoridades en ejercicio que van a la reelección, sino resguardar el buen uso de los recursos públicos y mantener sobre la vista que el objetivo final del trabajo de los ediles es el bienestar de la ciudadanía y no su propio beneficio.

En el siglo XIX, Valparaíso tiene una prosperidad y desarrollo bastante importante. La población, comparada con el siglo XVIII, comienza rápidamente a incrementarse. En 1730 encontramos 3.000 habitantes; en 1831, 24.000. Para el primer censo general de la república, la cifra fue de 41.000, y para el año 1895, de 138,274 habitantes. A mediados del siglo XIX, la ciudad contaba con una sola parroquia, Matriz Salvador del Mundo, la que comienza a ser insuficiente para la atención religiosa de los porteños, a lo que se añade la extensión de la ciudad hacia el sector oriente, conocido como El Almendral, donde comienzan a establecerse viviendas, comercio, talleres y maestranzas.

Para estos nuevos vecinos, desplazarse hasta la iglesia La Matriz era bastante complicado. La Municipalidad de Valparaíso acoge el clamor de los vecinos y en sesión del 13 de enero de 1832 se presenta la moción de crear el curato del Almendral y se aprueba la petición, aunque no se llega a nada práctico. En 1838, el municipio acordó insistir en el proyecto. Recordemos que la Iglesia estaba supeditada a la autoridad civil, por lo que toda gestión debía hacerse a través de esta.

El 13 de diciembre de 1844, por decreto del Arzobispo de Santiago, se dispone la creación de la segunda parroquia de Valparaíso y en 1845 se iniciaron los servicios religiosos en una pequeña capilla, dependiente de La Matriz, ubicada en lo que hoy es la avenida Colón, frente al Hospital Van Buren. Las primeras inscripciones en los libros parroquiales datan del día 22 del mismo mes. En febrero de 1869 se bendijo y se colocó la primera piedra en su actual emplazamiento, antes avenida de Las Delicias esquina San José. Otro aspecto, poco conocido por muchos porteños, es la bóveda sepulcral que se encuentra bajo el piso del templo, la que comenzó a prestar servicios el 16 de enero de 1875 y permaneció ignorada por más de cien años. También debemos destacar que El Refugio de Cristo nació en esta Parroquia, en los tiempos de un recordado párroco, el Pbro. Lorenzo Aguiar.

Cómo no hablar de la devoción al Cristo Atado a la Columna, tan típica del Almendral y de la estatua de San Pedro, réplica exacta de la que se encuentra en la Basílica de San Pedro en Roma. Esperemos que la querida parroquia de El Barón, como se le llamaba popularmente, pueda ser salvada y restaurada. Todavía estamos a tiempo, otro terremoto no lo resistirá.