El pasado 21 de julio de 2024, el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció su decisión de no postularse a la reelección en las elecciones de noviembre de 2024, dando por terminadas sus aspiraciones frente al que pudo haber sido su segundo mandato en la Casa Blanca. Esta decisión marcó un punto de inflexión en la política estadounidense y generó un amplio debate sobre su legado y logros alcanzados durante su mandato. A continuación se examinan los factores que influyeron en su decisión y se destacan los logros más significativos de su administración.

A sus 81 años, decidió no buscar un segundo mandato, citando razones alusivas al mejor interés de su partido y del país, pero sin duda que la edad y salud fueron factores importantes en su decisión. La intensidad y el estrés del cargo presidencial pueden ser extremadamente demandantes, incluso para un patriota demócrata que ha dedicado toda una vida al servicio de su país.

La decisión también se vio influenciada por el contexto político y las dinámicas internas del partido demócrata. Enfrentado a desafíos tanto externos como internos, Biden consideró que era el momento adecuado de dar un paso al costado y pasar el relevo a otros líderes que pudieran continuar con su visión.

Si bien esta decisión fue recibida con reacciones mixtas, el Presidente Biden dio muestra una vez más de su sensatez y compromiso político.

Respecto del capital político del presidente Biden, es imposible que este se vaya a ver afectado a largo plazo por la agresiva campaña comunicacional liderada por el Partido Republicano para desviar la atención de las actuales condenas judiciales que pesan sobre su candidato Donald Trump. La decisión del presidente Biden da cuenta de un político histórico que ha sabido y demostrado con cátedra lo que es anteponer la ambición personal frente a los intereses de una nación.

Sus logros son inmejorables y a la vista. Por nombrar algunos:

- Respuesta a la pandemia de covid-19: una de las principales prioridades de la administración Biden fue abordar la crisis de covid-19. Bajo su liderazgo se implementó una campaña de vacunación masiva que logró vacunar a millones de estadounidenses, reduciendo significativamente las tasas de infección y mortalidad. La administración también aprobó el American Rescue Plan, un paquete de estímulo de $1,9 billones que entregó un importante alivio económico a familias, pequeñas empresas y gobiernos locales afectados por la pandemia.

- Reforma de Infraestructuras: la aprobación de la Ley de Infraestructura Bipartidista fue otro hito importante. Esta legislación destinó más de $1 billón para mejorar carreteras, puentes, sistemas de agua, internet de banda ancha y otras infraestructuras críticas. La ley no sólo busca modernizar la infraestructura del país, sino también crear millones de empleos y promover el crecimiento económico.

-Cambio Climático y Energía Limpia: Biden reingresó a los Estados Unidos en el Acuerdo de París y estableció ambiciosos objetivos climáticos, incluyendo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 50-52% para 2030.

En cuanto a la política exterior, algunos de sus logros son:

- Reparación de relaciones internacionales: Biden trabajó para restaurar las relaciones con aliados clave y reforzar el compromiso de Estados Unidos con las alianzas internacionales. Esto incluyó el fortalecimiento de la OTAN, la mejora de las relaciones con la Unión Europea y el reingreso en organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud.

-Enfrentamiento a la amenaza China: la administración Biden adoptó una postura firme frente a China, abordando temas como el comercio, los derechos humanos y la seguridad. Se implementaron medidas para contrarrestar las prácticas comerciales desleales de China y se fortalecieron las alianzas en la región del Indo-Pacífico para mantener un equilibrio estratégico.

- Retirada de Afganistán: aunque la salida puso fin a la guerra más larga de Estados Unidos, también generó críticas debido al caos que siguió y al rápido avance de los talibanes. A pesar de las críticas, Biden defendió la decisión como necesaria para poner fin a un conflicto interminable.

- Guerra de Rusia-Ucrania: el presidente Joe Biden ha enfrentado con entereza y relevado la importancia de los valores del respecto a la democracia y el derecho internacional, en un conflicto que ha puesto en jaque la correlación de fuerzas existente entre los países de la OTAN y Rusia. Su liderazgo ha unificado internacionalmente el apoyo irrestricto a la legitima defesa de Ucrania.

La administración Biden no estuvo exenta de desafíos y controversias. La polarización política, la inflación y las tensiones raciales fueron problemas persistentes, estas últimas han afectado al mandatario, dado que fue un compromiso de campaña enfocarse en este aspecto tan sensible para el país del norte.

La decisión de Joe Biden de no postularse para la reelección en 2024 marca el fin de una era y abre la puerta a nuevos liderazgos demócratas en los Estados Unidos. A lo largo de su mandato, Biden logró avances significativos en áreas clave como salud pública, infraestructura y cambio climático, mientras enfrentaba desafíos complejos en política interior y exterior.

Su legado será recordado no sólo por sus logros como presidente, sino como un incansable defensor de la democracia y los derechos humanos, que con su retirada nos hace preguntarnos cómo el Partido Demócrata preparará esta nueva fase.

Finalmente, será evocado por ser quien defendió los valores más nobles y sólidos de la democracia moderna, el Estado de derecho, la unión de la nación y haber sacado a Trump de la Casa Blanca.

Pase lo que pase este domingo 28 de julio en Venezuela, dos cosas parecen estar meridianamente claras: Nicolás Maduro no soltará el poder; y ese día será el principio del fin de 25 años de socialismo bolivariano, marcado por luces y sombras, como todos los procesos históricos relevantes en el devenir de una nación.

Cuando Hugo Chávez llegó al poder en 1999, su proyecto político fue implementar en Venezuela la llamada revolución bolivariana, de corte socialista. Esto en el plano político, porque la revolución de Chávez fue más bien una revolución sentimental: del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Chávez no sólo era el líder de esa revolución, sino que él mismo representaba en su figura mesiánica y cuasi mítica la "gran revolución" que marcaría a fuego, para bien y para mal, el destino de millones de personas en esta parte del mundo.

Un hombre, Hugo Chávez, inició la revolución sentimental. Y la Historia (esa con mayúsculas) ha querido que este año 2024 sea una mujer quien sepulte la revolución bolivariana, con una contrarrevolución. Una contrarrevolución que antes que política, es también sentimental. Esa mujer brava, valiente, admirable, se llama María Corina Machado.

Entre estas dos figuras históricas, a Nicolás Maduro le ha tocado desempeñar un papel mediocre, acorde con su talante y escasas virtudes. El dictador venezolano no tiene ni por asomo el carisma, inteligencia y liderazgo de Chávez y Machado, pero ha sabido mantenerse en el poder a base de fuerza bruta, corrupción, engaños, traiciones y muerte. Si Maduro fuese el personaje de una novela, sería un personaje menor, aunque sombrío y siniestro. Un hombrecillo infectado de poder, incapaz de ejercerlo sin recurrir a la violencia y al exterminio del otro como forma de acción política.

Se atribuye a Stalin (otro dictador sanguinario) una frase que en realidad nunca dijo, pero que sin embargo aplica para las elecciones de este domingo: no importa quién vota, sino quién cuenta los votos. El riesgo de fraude electoral es alto, pero también es cierto que Maduro tiene poco margen de maniobra. Todas las encuestas son demoledoras y le otorgan al candidato de Corina Machado -Edmundo González Urrutia- una intención de voto superior al 60%, mientras que Maduro con suerte se empina sobre el 20%. El dictador nada puede hacer ante la contrarrevolución sentimental. El pueblo venezolano ha perdido tanto que perdió hasta el miedo, y saldrá a las calles impulsado por uno de los sentimientos más hermosos que tenemos los seres humanos: la esperanza.

Es claro que Maduro hará todo lo posible para aferrarse al poder, incluso si llegara a reconocer su derrota. Y es cristalino también que recurrirá a sus armas de siempre, porque son las únicas que conoce.

Sin embargo, la palabra que hoy late con fuerza en el corazón del pueblo venezolano es basta. Basta Maduro, basta.