Millonaria compra de edificio destruido
En votación dividida, el Concejo Municipal de Valparaíso aprobó $ 665 millones para la adquisición de inmueble en la calle Condell.
Con siete votos a favor y tres en contra, el Concejo Municipal de Valparaíso aprobó la adquisición de un inmueble ubicado en la calle Condell, del que sólo queda su fachada, debido a un incendio que arrasó con sus dependencias interiores, en el contexto del estallido social, en octubre de 2019. El edificio, donde funcionó varios años una sucursal del Banco Estado y otros locales comerciales, tiene 640 m2 construidos y su costo se empina por las 17.689 UF (casi $665 millones), de acuerdo al promedio de las tres tasaciones realizadas por la administración consistorial. Su adquisición, de acuerdo a la presentación hecha ante el Concejo por los funcionarios porteños, permitiría la instalación de un proyecto denominado "Hiper Cubo", que contaría con cocinerías y galerías, una sala de teatro y conferencias, además de espacios para organizaciones comunitarias.
El problema reside, justamente, en el condicional del verbo usado para referirse al objetivo final de la compra. No parece razonable que un municipio como el de Valparaíso, con múltiples necesidades que esperan financiamiento, destine una cuantiosa parte de su presupuesto a una operación sin destino claro. Antes de tomar una decisión sobre su uso, admitió el administrador porteño Daniel Ramírez, el municipio tiene previsto instalar una mesa de participación que "va a definir las vocaciones finales de ese espacio". A menos que se trate de una instancia amañada para validar públicamente una decisión ya tomada, dicha mesa podría decidir algo muy distinto a la instalación del proyecto "Hiper Cubo".
¿Por qué la administración que encabeza el alcalde Jorge Sharp impulsa esta millonaria compra a cinco meses de entregar el mando a un nuevo alcalde? Esa es la pregunta que plantearon, sin respuesta, los ediles que se opusieron a la compra.
La recuperación de la calle Condell es un objetivo loable y tanto la actual como la futura administración consistorial deberían tenerla como una de sus prioridades, pero el proceso para materializar este objetivo debe cumplir con los requisitos mínimos que se exigen a cualquier gobierno comunal, como transparencia y buen uso de recursos, y responder a un plan maestro común, trabajado con la comunidad y el comercio que serán, esperemos, los principales beneficiados.