Correo
Proyectos para Valparaíso
En los últimos días se han conocido dos hechos muy relacionados con la forma en que la I.M. de Valparaíso enfrenta la gestión en la inversión pública. Los municipios, además de sus recursos propios, tienen la posibilidad de postular a otras fuentes de financiamiento; tal vez la más importante sea el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, administrado por el gobernador regional en conjunto con el Consejo Regional. No obstante ello, los municipios, si cuentan con un equipo de profesionales comprometidos y conocedores de los procedimientos para postular a distintas fuentes de financiamiento, pueden aumentar la inversión en su territorio. Es el caso de los proyectos insertos en el Programa de Recuperación de Espacios de Alto Valor Social, los que son financiados con recursos de la Subdere, a través del Programa 03-Subdere Programa de Desarrollo Local. Dos son los proyectos que la I.M. de Valparaíso ha presentado por un monto cercano a los 970 millones de pesos, y los dos proyectos han recibidos observaciones en su proceso de revisión. Lo que resulta sintomático es que sea la institución que financia estos proyectos, la que está demandando se superen estas observaciones. No cabe duda de que los profesionales a cargo de estas tareas, si estuvieran en el sector privado, ya no estarían en sus puestos de trabajo.
Por otra parte, mientras la I.M. de Valparaíso muestra su ineficiencia en la forma de conseguir recursos para la recuperación de su comuna, muestra interés en adquirir un local en el centro de la comuna totalmente destruido. La verdad es que no se entiende la estrategia de la actual autoridad comunal, la única explicación para no culminar con éxito la consecución de recursos y pensar en adquirir un local derruido, es las arcas municipales gozan de muy buena salud.
José Luis Miranda
Cristóbal Colón
Los porteños ya estamos acostumbrados, tristemente, a observar la decadencia de la ciudad que habitamos. Paredes sucias, rayados, malos olores, etc. Un aspecto verdaderamente triste es el deterioro de monumentos, señal de cómo este país ha ido paulatinamente perdiendo su sentido histórico dejando a merced del vandalismo, su tradición.
Pero más que el deterioro, sorprende la desaparición de un monumento en particular. El hombre que se lanzó a la conquista de un mundo desconocido y cambió para siempre la historia y suerte de millones de seres humanos, integrándolos al occidente cristiano, ha desaparecido del pedestal desde el cual se alzaba contemplando la ciudad. Para nadie es sorpresa que la estatua de Cristóbal Colón de Av. Brasil, se encontraba notoriamente deteriorada a causa de los movimientos telúricos y su remoción para una reparación no solo era esperada, sino que necesaria. Lo que inquieta enormemente es que habiendo sido removida el año 2020, y la prensa dado noticia de su restauración finalizada a comienzos del 2023, aún no haya regresado a su sitio.
Frente a la ausencia de explicaciones, cabe preguntarse legítimamente los motivos de que la estatua no haya regresado. ¿Se trata de una simple demora administrativa, tan usual en Chile, o quizás, yendo a aspectos más profundos, una consecuencia del revisionismo histórico que infecta al sector político del alcalde y que allende nuestras fronteras ha cobrado como víctima, entre otros, al propio Colón?
Fernando López Gajardo
El Salvador, país modelo
La quinta encuesta de Percepciones sobre Política Exterior y Seguridad Nacional, elaborada por Athenalab (mayo 2024), en conjunto con la empresa IPSOS, arrojó una interesante información respecto al país que podría servir de modelo para Chile y Argentina. Para la población en general, el primer país modelo es Estados Unidos, seguido de Canadá, China, Australia, Alemania y El Salvador. Sin embargo, para los expertos, los primeros lugares los ocupan: Nueva Zelanda, seguida de Australia, Canadá y Singapur. No figura El Salvador.
Para la Nación Argentina, los resultados mostraron a nivel de población general, que los países modelos, en orden de precedencia son: Estados Unidos, El Salvador, Alemania, Suiza, Brasil y Canadá.
¿Por qué figuraría El Salvador como Estado modelo para ambas ciudadanía? Todo indicaría que se debería a la situación de inseguridad pública, ocasionada, -tal como lo señala la citada encuesta en otros de sus apartados-, por el crimen organizado (narcotráfico) y la crisis migratoria, entre otras causas.
Francisco Javier Devia Aldunate
Rescate de mineros
Cuando se cumplen 14 años de la hazaña del rescate de los 33 mineros desde la mina San José en la región de Atacama es pertinente reflexionar sobre lo que este evento ha significado para la seguridad del sector minero y también a cómo la ingeniería aportó a un desenlace tan alegre como improbable.
Es necesario recordar que el 5 de agosto de 2010, producto de condiciones geológicas y a las mismas labores mineras que se venían realizando en la mina, una sección del techo colapsó, tapando la única vía de salida y dejando así enterrados a más de 700 metros de profundidad a los 33 mineros.
El primer gran logro desde el punto de vista de la ingeniería fue encontrar el punto exacto donde se encontraban los mineros y tomar contacto en ellos. Perforar a través de 700 metros de roca maciza es una tarea tanto exigente como poco precisa. Una mínima desviación, digamos en el metro 100, llevará a divergencia de muchos metros a los 700 metros de profundidad. Así, el uso de software de punta y las capacidades conjuntas de varios equipos de perforación, tanto nacionales como extranjeros, lograron esta proeza de dar con el pequeño refugio donde se encontraban los mineros.
El segundo gran logro fue el rescate mismo de los mineros. Ya ubicados y agrandada la perforación a unos 55 cm de diámetro, vino el diseño y la construcción de la cápsula Fénix, todo obra de ingenieros y técnicos chilenos.
El accidente en la mina San puso de relieve la necesidad urgente de reforzar y aplicar estrictamente normas de seguridad más rigurosas en todas las operaciones mineras. El monitoreo geomecánico de las minas es hoy una realidad no solo en la gran minería, sino en operaciones medianas y pequeñas. Esto es importante dado que buena parte de nuestras minas son candidatas a pasar a explotación subterránea, donde las presiones y esfuerzos exigen una explotación muy planificada y monitoreada, de manera de mantener a la minería como uno de los sectores más seguros para trabajar.
Alejandro San Martín Bravo Universidad Andrés Bello