Allende y Pinochet, muy lejos de Nicolás Maduro
La Dictadura se extendió por 17 años en la que se cometieron una serie de violaciones a los derechos humanos y magnicidios como los de Prats y Letelier. A pesar de esa terrible mancha, se promulgó una constitución que fijó una hoja de ruta para el retorno a la democracia y que, además, se cumplió".
A raíz de algunas cartas y columnas en las que se comparaba a Augusto Pinochet con Nicolás Maduro, Gonzalo Ibáñez respondió indicando que si había que hacer una comparación, era de Salvador Allende con el dictador venezolano.
Las simplificaciones y comparaciones -además de odiosas- siempre son útiles y atractivas para alimentar el debate en la prensa. Sin embargo, el análisis histórico exige rigurosidad y fidelidad con los hechos.
Comienzo con Allende, que era médico y que fue, antes de llegar a la presidencia, ministro y parlamentario. Uno puede coincidir o distanciarse de su proyecto político, pero me parece que no hay dudas, dentro del contexto de la época, de que buscaba lo mejor para Chile y su pueblo, aunque eso derivó en un descalabro económico.
Y luego vamos a un punto clave, Allende siempre fue un demócrata, lo que generó una distancia con la extrema izquierda. Jamás quiso ceder a la tentativa de mantener el poder por las armas o no respetar un resultado electoral (bien lo sabía alguien que había perdido tres elecciones).
En el caso de Pinochet, nos encontramos con un perfil distinto. Formado en la Escuela Militar, siguió toda la carrera castrense hasta ser designado por el mismo Allende como General en Jefe de las Fuerzas Armadas. Se sumó al golpe por la iniciativa de la Armada y de la Fuerza Aérea, acción que contó con el apoyo de un amplio espectro político.
Aunque se suponía que iba a gobernar por un tiempo, la Dictadura se extendió por 17 años en la que se cometieron una serie de violaciones a los derechos humanos y magnicidios como los de Prats y Letelier. A pesar de esa terrible mancha, se promulgó una constitución que fijó una hoja de ruta para el retorno a la democracia y que, además, se cumplió.
Se podrá especular respecto a qué sucedió esa noche del plebiscito cuando se conocieron los resultados, pero lo concreto es que se aceptó la derrota y se inició una época de prosperidad para el país.
Hace algunos años se supo de las cuentas de Pinochet en el extranjero, a las que se suman los beneficios de su círculo cercano, acabando con esa imagen del militar probo.
A pesar de esto, y hasta lo que conocemos ahora, pareciera ser que el enriquecimiento particular no fue una práctica común del resto de los miembros de la Junta Militar ni de la mayoría de los militares que participaron en ese gobierno, no así de algunos civiles.
Lo que vemos en Venezuela con Maduro, en cambio, pareciera ser muy distinto, partiendo por su presidente, que no tuvo estudios más allá de la secundaria, fue chofer y se destacó como líder sindical donde fue reclutado por Hugo Chávez como su hombre de confianza.
Después de ser diputado y ministro, llegó a la presidencia por la muerte de Chávez. Luego de más de una década del poder, ha destruido un país que estaba destinado por sus recursos naturales a ser rico. El alto mando de las Fuerzas Armadas ha sido cómplice y parte de esta decadencia, estando implicado en el tráfico de drogas.
A diferencia de los ejemplos anteriores, no ha existido un proyecto ideológico, sino caos y pobreza como lo ha demostrado la migración de millones de venezolanos. Por todas estas razones, ni Allende ni Pinochet se comparan a Maduro. 2
Doctor en Historia
Facultad de Artes Liberales
Universidad Adolfo Ibáñez
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