Los Marujos y María José Quintanilla presentan un sentido bolero
MÚSICA. Se trata de una nueva versión del romántico y desgarrador vals peruano "Yo perdí el corazón".
Amelia Carvallo
La cantante y compositora María José Quintanilla unió su talento a Los Marujos, del actor y músico Daniel Muñoz, en una nueva versión del valsecito "Yo perdí el corazón", del peruano José Escajadillo. "Es una canción desgarradora a decir basta", dice Quintanilla sobre este bolero que ahora tendrá tintes rancheros. La canción tiene un videoclip que forma parte del nuevo disco de Los Marujos, una placa grabada en vivo que también trae colaboraciones de Martín Acertijo y Dúo Pajarito.
Para Daniel Muñoz, la romántica canción es sobre un amor trágico, un amor no correspondido, mientras que María José asegura que se sintió "como una Maruja más" grabando, que hubo muy buena onda, complicidad y admiración mutua.
-¿Desde cuándo conoces a María José?
-He seguido, como toda la gente, su carrera desde pequeñita y me encontré con ella un par de veces en televisión, ella trabajando en Mega y yo asistiendo a algunas entrevistas, cruzamos un par de palabras, pero nunca una relación tan estrecha como ahora que se dio la posibilidad de compartir escenario, cantar un tema juntos y poder conocernos mucho mejor.
-¿Y cómo surgió la invitación?
-Por iniciativa de Rodrigo Salgado, el director musical de Los Marujos, que desde ya un tiempo estaba pensando en darle una nueva ruta a nuestro repertorio que si bien, en él las cuecas son la columna vertebral, ya hemos viajado por otros ritmos, haciendo homenaje a la música latinoamericana. Ya habíamos hecho ensayos con otros artistas, pero no grabar un tema con alguien consagrado como María José, y qué bueno que ella aceptó porque nos conoce, sabe la calidad del equipo musical y las exigencias que nos ponemos a la hora de grabar.
-¿Qué te pareció la elección de esta canción?
-La canción la propusieron ellos y dije al tiro que sí porque siempre la había querido cantar, pero no encontraba el lugar ni el momento para hacerlo. Ellos propusieron una forma y fui muy respetuosa con eso, pero igual la llevé a mi área, a mis inflexiones, y fue genial porque se hizo todo muy fácil.
-¿Qué te parecieron los arreglos de vihuela, acordeón y violín que hizo Rodrigo Salgado?
-Bueno, los chiquillos hicieron magia con la canción. Esta canción es del folclor peruano y Rodrigo me contó que en un viaje a México se le prendió la ampolleta de hacer el cruce y, claro, el que tenga vihuela y acordeón me lleva a mi zona de confort, es algo que yo domino, es parte de mi cotidiano y agradezco ese guiño a mi mundo, es bonito, es una versión muy sentida y hermosa, es como un traje hecho a la medida.
En vivo
El registro del disco es de dos presentaciones que hicieron Los Marujos en el Teatro Manuel de Salas el pasado diciembre. "La disfrutamos muchísimo porque estábamos un poco alejados de la obligación de hacer un espectáculo para un público, sino que el concepto era una grabación, entre comillas íntima, con un público que participa. Nos tiene muy contentos la calidad del material grabado, Chalo González con sus galardones, sus equipos y experticia le dio una excelente garantía al registro", resume Muñoz.
-¿Qué es lo más placentero de grabar un disco en vivo?
-Es que justamente está vivo, está ocurriendo todo en vivo y, si bien hay una planificación y ensayo, el hecho de tener al público, que es un artífice de lo inesperado, le da energía, espontaneidad a todo, incluso a las interpretaciones que si bien están ensayadas, el público las define cuando aplaude, cuando grita, cuando se manifiesta, ese fue el principal placer; también volver a encontrarnos con los amigos Marujos en la realización de este disco, en el cual hemos plasmado toda nuestra alegría y entusiasmo. Estamos felices de poder darle vida a un material nuevo.
-¿Y tú María José?, ¿cómo te sentiste cantando en una sola toma?
-Lo más bonito de estar en vivo es que uno sabe que es una toma y tiene que quedar hermoso. Hay adrenalina sobre el escenario por dejar lo mejor y eso se siente al escuchar el registro. El público le aporta su cuota de vibra y buena onda, colaborando al cien por ciento. El momento en que la grabamos en el show fue bien mágico porque la gente quedó como "wow, qué loco y qué bonito esto", hubo un silencio después de terminar y luego un aplauso muy bonito que se siente, es que hay corazón y pasión en esta canción.
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