DE TAPAS Y COPAS
POR MARCELO BELTRAND OPAZO, CRÍTICO GASTRONÓMICO
Quizás el nombre del restaurante sea la mejor forma de expresar lo que quieren con su comida y propuesta. La palabra ágape se define como una comida fraternal y de carácter religioso que se realizaba entre los primeros cristianos para fortalecer los lazos entre sus miembros. La palabra proviene del griego agápe y del latín agape, que significa amor o afecto.
Hoy en día, el término se usa para referirse a banquetes o comidas organizadas para celebrar algún acontecimiento social o particular, con el fin de estrechar lazos de amistad y comunidad. Es una hermosa palabra que encierra mucho. Lo hemos dicho muchas veces, la gastronomía es entrega, es servicio pensando en otros. La cocina, es un ágape.
Hace unos días conocimos el restaurante Ágape ubicado en 4 Poniente 630, nos lo habían recomendado. Fuimos y nos sorprendimos positivamente, tanto por su propuesta gastronómica, como por su decoración y diseño interior. Y comenzamos la degustación con un pisco sour macerado, uno en eucaliptus y otro con rocoto, los dos muy bien preparados, bien equilibrados en cuanto a sabor y acidez. Me gusta cuando se ensayan nuevas combinaciones de sour, porque claramente nos muestra una actitud, una postura gastronómica, dejar de repetir siempre lo mismo, hacer las cosas distintas, y si además el resultado es bueno, mejor aún.
Con estos dos cocteles nos trajeron unos tequeños mixtos (jaiba, lomo saltado y ají de gallina). Estos tequeños estaban muy sabrosos, crujientes, con una masa frita en su punto y los sabores de los rellenos se podían apreciar y disfrutar. La jaiba, el lomo saltado y el ají de gallina, tres preparaciones de tradición peruana, muy bien tratadas. Luego seguimos con una Trilogía marina, tres tipos de ceviche (pulpo, salmón y atún). Y acá, al igual que los tequeños, tenemos buenos sabores y variadas texturas. Lo que me llama la atención es mostrar variedad en un mismo plato, porque de alguna forma, es dar más al cliente pensar en él y hacerlo sentir bien.
La gastronomía, creo, tiene que ir más allá, si bien, debe preservar tradiciones culinarias, como valor y patrimonio, también, aprender de ellas y transformarlas, incorporando nuevos sabores y combinaciones. Es así como se avanza culturalmente, moviendo las fronteras. Y la gastronomía tiene eso, que puede hacerlo, puede variar, ensayar y cambiar las cosas.
Bueno, sigamos con la degustación. Quisimos probar el ceviche de cochayuyo, primero, porque contiene alga y debiéramos consumir mucho más cochayuyo y algas de lo que lo hacemos, hacerlas parte de nuestra dieta. Valoro la propuesta de ceviche, pero el corte del cochayuyo estaba muy grande y luego, la acidez algo elevada, ahora, creo que es una cuestión de ajustar el plato, pero de todas maneras se debe buscar la excelencia y la estandarización de sabores, siempre. Evitar la desprolijidad en las preparaciones. Por otra parte, me parece bien la fusión que se busca con esta propuesta, sólo necesita ajustes.
Se está bien en el restaurante Ágape. Mientras degustábamos, observamos a los otros clientes, y se les veía cómodos, tranquilos y bien atendidos. Claramente, es un lugar al que se puede ir y disfrutar de un bien momento.
Después del ceviche, probamos el pulpo enjaibado (láminas de pulpo al olivo servidas sobre crocante de jaiba). Este plato me gustó mucho, está muy bien logrado, ya que contiene sabor y mucha textura. Las bolitas de jaiba crujientes y suaves, logran un contrapunto con el pulpo al olivo. Este plato está bien pensado, tiene buena decoración, se ve entretenido. Luego seguimos con una degustación de sushis. Hemos comido en muchas partes sushi, nos gustan y podemos decir que estos sushis estaban muy buenos, variedad de sabores, buenas mezclas de productos, el enrollado preciso. Si, me gustaron mucho.
El Ágape está instalado en un sector de los Ponientes con muchos bares y restaurantes, sumándose así, a toda la propuesta gastronómica del sector. Celebro cuando nace un nuevo restorán, porque vemos, no solo actividad económica, sino que lo que se constata es que hay un nuevo aporte cultural. La gastronomía es cultura, cultura de una ciudad, de un país.
Siguiendo con la degustación, también quisimos probar las pastas, por lo que pedimos un plato que se encuentra en la carta como Fetuccini saltado tres sabores. Acá pasó algo similar al ceviche de cochayuyo, faltó mayor cuidado en la preparación, porque estaba muy salado. Y lo mismo, se debe cuidar el resultado final del plato, porque de eso se trata. No obstante, vemos técnica y buena preparación de los productos, por eso creo que es sólo ajuste. Y para terminar con los platos, probamos un salmón en salsa de maracuyá sobre un risotto apaltado. Esta preparación me encantó. Buen trabajo con el salmón, el contraste del sabor algo metálico y yodado de este, se fusiona perfectamente con el dulzor y la acidez de la maracuyá, más, el risotto, que estaba muy bien preparado, con buena cremosidad, color y sabor (a la palta). El emplatado, es decir, la presentación, también estaba bien hecha, tanto la elección del plato mismo como en la distribución de la comida en equilibrio. Esta combinación, tanto de sabores como de colores, es llamativa en la propuesta del Ágape y eso está bien, porque le están dando vuelta a la cocina. Me gusta que la propuesta gastronómica del Ágape sea amplia y ecléctica, combinando sabores y tradiciones. Nikkei, pero también encontramos pizzas y pastas. Esta gama de tradiciones culinarias se acopla muy bien, permitiendo tener una carta variada y muy sabrosa. Por otra parte, está la decoración, muy cuidada y llena de detalles que completan la experiencia gastronómica en el restaurante. Y para terminar los postres: Crema volteada (postre cremoso y suave, preparado con leche condensada, leche evaporada, huevos y un toque de vainilla y llevado al horno a baño maría); Tres leches acholado (bizcocho bañado en tres leches y acompañado de helado acholado); y Tres leches Disaronno. Estos tres postres estaban muy bien logrados, muy ricos, con dulzor exacto y los bizcochos húmedos. El dulzor de los postres es esencial, este debe ser medio bajo, lo empalagoso cansa y no permite el cierre de las comidas. Estos tres postres los recomiendo absolutamente.
El Ágape restaurante tiene una buena propuesta gastronómica, variada y bien pensada, si bien, deben cuidar el resultado final de sus platos, creo que son sólo ajustes pequeños.
Celebro lo amplio de su carta, en cuanto a tradiciones culinarias, combinando comida nikkei con tradición italiana, porque logran coherencia en esa propuesta. Y este, comomuchos otros, es un restaurante al que volvería, sin ninguna duda.
Restaurante Ágape
4 Poniente 630
Viña del Mar
IG: @agaperestobar