Estudio de la UV revela una marcada carencia de políticas públicas para los jóvenes
REGIÓN. Investigación analiza necesidades en ámbitos como la oferta laboral, el ocio y la aplicación de programas específicos para su desarrollo.
Pese a ser considerados como actores relevantes en distintos planos de su quehacer, un reciente estudio del Observatorio de Políticas Públicas y Desarrollo Regional, de la Universidad de Valparaíso, revela una preocupante escasez de iniciativas públicas orientadas a este grupo, definido por Injuv en el tramo etario entre 15 y 29 años.
El informe, titulado "Catastro de actividades, beneficios y servicios dirigidos a la población juvenil en los municipios de la Región de Valparaíso", advierte que veintitrés de las 38 comunas de la región no cuentan con una Oficina Municipal de Juventudes (OMJ). Luego, la investigación realizada por la UV tomó doce de estas comunas (Petorca, Catemu, La Cruz, Puchuncaví, Calle Larga, Quilpué, San Esteban, Santo Domingo, Juan Fernández, Santa María, Llayllay, Putaendo), para establecer un panorama de la insuficiente atención que las personas jóvenes reciben en sus lugares de residencia.
En primer lugar, se constató que en general no existen planes de desarrollo juvenil o planes comunales de la juventud al interior de los municipios participantes del estudio, y que sólo existen prácticas aisladas desde diversas oficinas o departamentos municipales destinadas al mismo grupo de beneficiarios.
También se observó que, si bien todos los tramos etarios se encuentran abarcados en gran parte de las áreas temáticas, el tramo correspondiente a adolescentes entre 15 y 17 años es el que tiene una mayor cantidad de actividades, beneficios y servicios, a diferencia del tramo de 18 a 29 años.
En tercer lugar, se observó que existe una mayor presencia de programas focalizados, es decir, que se orientan a jóvenes con características específicas. Respecto a los programas universales, destacan las actividades, beneficios y servicios relacionados a temáticas deportivas, culturales, competencias laborales y de empleabilidad y salud.
También se establece que las posibilidades de abrir una Oficina Municipal de Juventud en los municipios que participaron en el estudio son mínimas para la gran mayoría en el corto y mediano plazo, puesto que no representa una prioridad en comparación a otras necesidades comunales, mientras que en algunos casos excepcionales se proyecta la pronta apertura de una OMJ.
Etapa de fragilidad
Sobre las conclusiones del estudio, el director del Observatorio, Aldo Valle, comenta que "es sabido que la adolescencia y la juventud son etapas frágiles y de riesgo en la biografía de todas las personas. Por tal razón, la familia y los entornos sociales pueden resultar decisivos en el proceso de socialización de la persona, es decir, de la formación de la personalidad y los aprendizajes normativos y sociales fundamentales".
Agrega que "cuando las familias no cumplen ese rol o no pueden cumplirlo, los entornos sociales pueden sumarse como parte del problema, especialmente en los sectores más vulnerables económicamente. Todos los estudios indican que hay una correlación evidente entre la falta de oportunidades laborales y de educación de los jóvenes, con el riesgo de conductas desviadas e infractoras de normas y hábitos indispensables para vivir en sociedad".
"Quienes deciden las políticas públicas deberían tener un foco prioritario en la niñez y la adolescencia, precisamente porque si se llega a tiempo, el Estado y la sociedad tendrán menos costos o no se necesitará apoyos por toda la vida de esas personas, además del positivo impacto que una juventud bien educada y con más oportunidades tiene en la ciudadanía, la seguridad y el desarrollo de la sociedad" agrega.
POlÍTICA NACIONAL
El estudio también alerta sobre la importancia de crear una Política Nacional de Juventudes, cuyas implicancias permitan destinar más recursos y profesionales capacitados para atender a las necesidades de las juventudes. En esa línea, el informe del Observatorio de la UV sugiere identificar necesidades y fortalecer espacios de participación desde la mirada de las juventudes; incluir la pertinencia territorial en las políticas públicas dirigidas a la juventud y desarrollar un trabajo intersectorial en las políticas públicas dirigidas a la juventud.
Jóvenes que emigran
El estudio también estableció que un gran número de los y las jóvenes de las comunas analizadas emigran en busca de nuevas y mejores oportunidades, tanto laborales como académicas, lo cual redunda en una escasa oferta educativa a nivel secundario y, sobre todo, en educación superior. En consecuencia, una parte importante de la población juvenil se traslada a otras comunas para continuar estudios de educación superior, lo que implica que gran parte del tiempo se destina a movilización y transporte, con el consecuente efecto económico para los jóvenes y sus familias.
Pero este problema tiene, además otro efecto: la mayoría de estos jóvenes no tiene posibilidades de encontrar trabajo en su comuna de origen al completar sus estudios, ya que las principales oportunidades de empleo giran en torno al trabajo agrícola (92 por ciento de las comunas entrevistadas corresponden a localidades con gran cantidad de población rural), lo que trae como consecuencia la migración de jóvenes, además del envejecimiento poblacional.
Entre las dificultades que enfrentan quienes deciden no emigrar, se menciona un importante aumento en el narcotráfico y en el consumo de drogas y alcohol, asociado a un incremento de la inseguridad.
Baja oferta cultural
Otra problemática hace referencia a la falta de oferta cultural y recreativa para los y las jóvenes, quienes se desplazan a ciudades cercanas para satisfacer estas necesidades. Así, el fútbol y la actividad deportiva aparecen como posibilidades de recreación. Sin embargo, el fútbol conlleva sus propias dificultades, puesto que su práctica muchas veces se ve mezclada a episodios de violencia y al consumo de alcohol por parte de la población joven y adulta.
Karina Risco, encargada de Estudios del Observatorio de Políticas Públicas y Desarrollo Regional UV, profundiza en este aspecto: "La falta de políticas públicas orientadas a la juventud podría interpretarse como una demanda desatendida de este grupo etario desde la institucionalidad central, así como la baja participación en elecciones por parte de la juventud podría interpretarse como una falta de interés por las políticas de la institucionalidad. En este sentido, fortalecer este vínculo se vuelve una necesidad para ambas partes".
"La adolescencia y la juventud son etapas frágiles y de riesgo (...) la familia y los entornos sociales pueden resultar decisivos".
Aldo Valle, Director de Observatorio de Políticas Públicas UV
"La baja participación en elecciones de la juventud podría interpretarse como una falta de interés por las políticas de la institucionalidad".
Karina Risco, Encargada Observatorio Políticas Públicas UV