Preocupación por Valparaíso
El Colegio de Arquitectos y varios docentes especialistas en urbanismo alertaron sobre el deterioro que sufren muchos inmuebles. Cada derrumbe o incendio de un inmueble porteño es el reflejo de la triste imagen de un Valparaíso en deterioro permanente desde hace décadas.
Consultados por este Diario sobre el estado urbano de Valparaíso, el Colegio de Arquitectos y varios académicos especialistas plantearon, con preocupación, que hay un "deterioro cuya reversibilidad es casi inabordable", que los numerosos diagnósticos nunca han logrado materializarse en planes efectivos de recuperación, que hay "negligencia por parte de las autoridades" y que el Estado chileno carece de las atribuciones para intervenir en muchos lugares a punto de derrumbarse, porque no cuenta con las leyes y reglamentos adecuados.
En términos prácticos, apuntan, antes de siquiera ponerse a pensar en cómo restaurar o mejorar los inmuebles más dañados, que se debe actuar con urgencia para detener el actual declive. Para dicho proceso, explican, se hace necesario "coordinar acciones multisectoriales y multiactorales, lo que incluye, por cierto, una institucionalidad dispuesta, y una forma de gobernanza compleja, pero posible".
Incluso más, apuntan, porque cualquier medida sustancial de intervención va a requerir de un paso previo, convencer a las autoridades de que "Valparaíso está en una situación de emergencia", que "es una zona de catástrofe patrimonial", cuyo salvataje requiere una acción coordinada de muchos entes centralizados, que no se moverán a menos que haya una actitud resuelta y persistente de las autoridades locales y regionales. En resumen, el Estado debe llenar ese vacío que creó al ponerse como aval de la declaratoria de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad.
El problema es que ni el diagnóstico ni las propuestas de solución son totalmente novedosas. Cada derrumbe o incendio de un inmueble porteño es el reflejo de la triste imagen relatada más arriba, de un Valparaíso en deterioro permanente que ninguna firma de convenio ni promesa de campaña ha logrado revertir. ¿Será distinto esta vez?