Congelamiento de permisos en Viña
El municipio emitió decreto que suspende permisos de edificación, a la espera de nuevas reglas urbanas en Reñaca Norte Costa.
Como ocurrió antes en sectores como Recreo, la Población Vergara y el borde costero, el municipio de Viña del Mar decretó una postergación al otorgamiento de permisos de edificación para obras nuevas, loteos, subdivisiones y urbanizaciones en el sector Reñaca Norte Costa, a la espera de establecer nuevas y estrictas regulaciones, en el marco de las modificaciones al Plan Regulador Comunal vigente. La prohibición abarca el área adyacente al Santuario de la Naturaleza Campo Dunar Punta de Concón, sector que se denomina técnicamente como zona V3. La postergación de los permisos de edificación regirá mientras se desarrolla y concluye el proceso de modificación del PRC para el área descrita. Este plan de trabajo considera una fase de diagnóstico que está en curso; posteriormente, en el mes de noviembre, se inicia el proceso con la aprobación de la imagen objetivo y durante el segundo semestre del año 2025 se espera concluir la modificación dentro de los plazos establecidos. Esto significa, claramente, que esta postergación deberá extenderse en forma sucesiva hasta cumplir el máximo de 12 meses que permite la legislación urbana. Desde ese punto de vista, anunciar tres meses de suspensión es preciso, pero demasiado precavido para lo que terminará ocurriendo.
El problema de los cambios urbanos nacidos a partir de una emergencia específica, tal como esta surge de los socavones aparecidos en Cochoa en los últimos años, es que la urgencia engulle la mirada de largo plazo. Y las necesidades integrales de un territorio complejo y difícil como es el sector costero de Viña del Mar, se ven subordinadas a la necesidad de arreglar aquello que se ha roto y atemoriza a los residentes y vecinos. En este escenario, la construcción de la imagen objetivo será una etapa clave que demostrará si los cambios urbanos que impulsará el municipio en los próximos meses se concentrarán en un alza de las restricciones y exigencias -que debe haber, por cierto-, con la amenaza de construir un seccional que prolongue indefinidamente el congelamiento de permisos, o apostará a una mirada global del territorio, con todos sus riesgos y oportunidades. Como sea, quien tendrá la palabra definitiva en este tema serán el próximo alcalde o alcaldesa de Viña del Mar y el Concejo Municipal que le acompañe.