Las debilidades de un gobernador
En la recta final de la elección 2024, se hace importante reflexionar sobre las atribuciones reales de la máxima autoridad regional. El trabajo que se espera de la máxima autoridad regional no termina en su programa de gobierno, sino que se extiende a lograr mayores cotas de autonomía.
Aexactos veinte días de la elección de gobernadores regionales, resulta pertinente realizar una reflexión sobre las atribuciones y perspectivas de la máxima autoridad regional, quizás la figura más visible de una reforma descentralizadora que a todas luces se percibe deficiente e incompleta. Para el académico Andrés Rojas Böttner, investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Chile, los gobernadores no solamente han carecido del rol vistoso que se anticipaba cuando nacieron como cargo inédito en las elecciones de 2021, sino que además parecen estar condenados a mantener un perfil secundario, incapaz de contrapesar la capacidad ejecutiva del Gobierno central en muchos de los temas relevantes para la población, como la seguridad. Por cierto, las irregularidades detectadas en algunos gobiernos regionales, varias con investigaciones aún en curso, no ayudan al argumento de que se deben entregar mayores cmpetencias a dichas autoridades, pero es importante decir que también son un signo de la debilidad institucional que aqueja a las regiones, cuya solución debe ser abordada con seriedad y recursos. La principal dificultad es que todo proceso de descentralización es, en el fondo, una forma de redistribución del poder y nadie quiere resignar el propio. "En condiciones normales no hay incentivos para hacerlo, por eso muchos de los procesos de descentralización profundos se dan en contextos de crisis", recuerda el profesor Rojas Böttner.
Será con esa institucionalidad imperfecta que tendrá que trabajar el gobernador o gobernadora que salga electo el próximo domingo 27. Por tanto, el trabajo que se espera de la máxima autoridad regional no termina en su programa de gobierno, sino que se extiende a la capacidad de impulsar estos cambios necesarios y conseguir nuevas atribuciones y capacidades, incluidas las de contar con tributos propios para ganar autonomía frente al mismo poder central que debe equilibrar.