Triste balance del comercio a cinco años del estallido social
REGIÓN. En las calles Condell y Esmeralda, en Valparaíso, un cuarto de los locales sigue cerrado, mientras en Viña del Mar bajaron las cortinas cerca de 500, sumando la pandemia.
Hoy se cumplen cinco años desde que se inició el denominado estallido social, que partió en Santiago el 18 de octubre de 2019, y se extendió a regiones, entre ellas Valparaíso, al día siguiente. Los comerciantes, sobre todo del centro de Valparaíso, fueron los más afectados, varios locales fueron saqueados e incluso incendiados, y no todos lograron resurgir, pues luego vino la pandemia y con ello muchos terminaron por cerrar definitivamente.
La presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de Valparaíso, Marisa Rojas, recordó que fue "terrible, ha sido una tras otra, no solamente el estallido social, después vino la pandemia y otra serie de cosas que hemos sufrido aquí en Valparaíso, todo ha sido trágico para el comercio, obviamente repercute, la mayoría del comercio estuvo cerrado, el turismo bajó enormemente. Hasta el día de hoy todavía no nos podemos recuperar al 100% de lo que era antes del estallido".
En ese sentido, indicó que "bastantes locales cerraron, y ahora es más difícil todavía poder reactivarse, porque los arriendos son muy caros, y la mayoría del comercio detallista aquí arrienda, entonces cuesta mucho más establecerse y eso igual ha repercutido también en la proliferación del comercio ambulante, que es una competencia desleal para nosotros".
Por su parte, la presidenta de la Asociación Nacional de Turismo de Chile (ChileSertur), Evelyn Henríquez, expresidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de Valparaíso y miembro del directorio de esa institución al momento del estallido, recordó que "a mí me tocó liderar un poco el trabajo desde el comercio con el municipio, este trabajo más de terreno de ir levantando la afectación del comercio local durante todo el periodo. Valparaíso fue, efectivamente, uno de los lugares más afectados, junto con el centro de Santiago, y que se mantuvo, además, en un periodo bastante más prolongado que en otras ciudades, dado que tenemos el Congreso, teníamos además la Intendencia en la misma ciudad, entonces se generaban protestas, y en virtud de las manifestaciones, había gente que se aprovechaba de eso para poder vulnerar los locales, eran bandas organizadas".
En ese contexto, puntualizó que "aquí tuvimos gran nivel de afectación también de tiendas grandes, que fueron incluso quemadas algunas de ellas, saqueadas totalmente, algunas volvieron, pero otras ya definitivamente decidieron irse de la ciudad".
Asimismo, recordó que "los mismos vecinos, locatarios, se organizaron y salían a hacer rondas en la noche, teníamos locatarios que se encerraban en los locales también en la noche para poder resguardar que no vinieran a abrir. Era bastante impresionante lo que ocurría en ese periodo".
Nuevos locales
Entre los nuevos locales que llegaron a ocupar los espacios que dejaron vacíos los que cerraron, Marisa Rojas señaló que "hemos visto mucho lo que es peluquerías, barberías, lo que es de los extranjeros, también comercio chino, pero de locales que estaban antiguamente, ya no es lo mismo, están cerrando mucho antiguo también por la mala situación, fue un impacto en el comercio tradicional, sumado a que ahora los locales cierran muy temprano porque no tenemos transporte y la gente que trabaja en los mismos locales no puede irse a sus casas, entonces es un círculo vicioso".
En tanto, Henríquez coincidió en que ha proliferado "ese tipo de comercio, como importadoras, máquinas de juegos o chumbeques, barberías o negocios de extranjeros".
Comercio ambulante
La dirigente remarcó que "en Valparaíso, quizás lo que extrañamos en el fondo es que haya incentivos para quedarse, haya un mejor nivel de habitabilidad de la ciudad, respecto al comercio ambulante, a las dinámicas que históricamente han sido un tema en esta ciudad, pero que justamente después del estallido social tomaron mayor protagonismo y que precarizan claramente las condiciones de la ciudad, del empleo y, por cierto, también del desarrollo económico local del comercio establecido".
Si algún aspecto positivo se puede rescatar, indicó Rojas, es que le ha ido "un poquito mejor al comercio de barrio, porque la gente no sale y tiene que acudir al comercio más cercano, que es su entorno, lo que es de barrio. Pero el comercio del centro cierra sus puertas temprano".
Concuerda en ello Henríquez, quien dijo que "el comercio de barrio se fortaleció, las ferias, por ejemplo, tuvieron una mayor actividad, se desarrollaron y se instalaron nuevas ferias también, que fue parte del modelo de generar sectores, zonas para poder fortalecerlas, y eso fue pensado en conjunto con los gremios del comercio, esa fue una de las iniciativas que se generó en conjunto entre el municipio y el comercio local para poder generar una matriz de abastecimiento en ese periodo".
Efectos en el turismo
Henríquez advirtió que "en el caso del turismo, claramente bloqueó la posibilidad de visitación al destino, generó un nivel de afectación tal que hasta el día de hoy vemos la vulneración del espacio público, de las zonas de comercio y de acceso a los lugares más llamativos, más visitados en la ciudad, y eso hasta el día de hoy no se ha recuperado".
No obstante, destacó que "hay algunos negocios que han hecho el esfuerzo de ya ir sacando un poco las placas metálicas, las rejas adicionales que ponían, sin embargo, mucho de eso hasta el día de hoy perdura, lo cual claramente tiene una injerencia respecto a la percepción del turista o del visitante que llega a Valparaíso. Luego me tocó todo lo que vino a partir de la pandemia, que también tuvo consecuencias económicas fuertes en este caso".
En tanto, el presidente de la Corporación Comercio Unido de Valparaíso, Héctor Arancibia, rememoró que "nuestro sector de calle Condell fue zona cero prácticamente nacional, fue tremendo, nosotros perdimos alrededor de un 40% del comercio en su momento, de hecho, la calle aún no ha podido levantarse nuevamente, tenemos sólo en calle Condell alrededor de 30 locales que están cerrados, algunos ni siquiera están con carteles de se arrienda, como son por ejemplo, los locales de lencería Camelia y la joyería Gimeno, por nombrar algunos".
Casos más graves
"Y están los otros que son un poco más graves, por decirlo de alguna manera, porque no ha habido la oportunidad, o los dueños no han tenido los recursos como para volver a levantarlos, que es donde estaba el Banco Estado, donde estuvo Fiesta Feliz, que era de cotillón, Be Food, Cruz Verde, que estaba en Condell con Bellavista, que todavía está quemado, Zapatería Casa Real, Hites, Tricot, Fiorentina, son locales que los saquearon e incluso quemaron en ese momento y no han vuelto a ser reparados, por lo tanto, el impacto visual es bastante significativo en cuanto al público que nos visita,