Rosa Zamora Cabrera

El momento en que más personas de la zona tenían una opinión favorable sobre la realidad del país fue en 2018, de acuerdo al estudio "El Impacto del Estallido Social en la Región de Valparaíso", elaborado por el investigador de la Fundación Piensa, Pedro Fierro.

Se trata de un análisis realizado con las versiones anuales comprendidas entre 2018 y 2024 de la Encuesta de Opinión Política de la Fundación, que consideraron en total 11.574 casos presenciales obtenidos en las 10 comunas más grandes de la zona, con diseño del instrumento correspondiente a Piensa y trabajo de campo ejecutado por IPSOS y DATAVOZ-Statcom.

Luego de los registros de hace seis años, refiere el investigador, "no hemos podido restablecer los mismos niveles, aunque en pleno 2021 muchos habitantes de nuestra región se mostraron favorables, justo cuando el proceso constituyente comenzaba". Pero el peor momento "fue terminado ese primer intento, que concluyó con el rechazo al trabajo de la Convención Constitucional".

De hecho, en 2018 el 48% de los encuestados pensaba que Chile estaba mejor; el 37% que se hallaba igual y el 15% peor. En 2021, iniciado el primer proceso constitucional, las cifras eran 47%, 28% y 25% respectivamente. Pero en 2024 llegaron a 36% para las opciones mejor e igual, y 29% para peor.

Evolución ideológica

En lo que respecta a la evolución ideológica, el investigador plantea que durante la crisis de 2019 existió una mayor propensión de los ciudadanos a declararse de izquierda que de derecha. "Sin embargo, en los últimos dos años hemos visto que ambos - izquierda y derecha - han aumentado las preferencias", pero no lo hacen necesariamente en los polos.

Así, en 2018 el 7% de la muestra se declaraba de centro, 13% de derecha e igual porcentaje de izquierda. Al año siguiente las cifras eran de 13%, 17% y 20%. En 2021, al inicio del primer proceso constitucional, llegaron a 12%, 14% y 28% respectivamente, para alcanzar 18%, 19% y 22% respectivamente este año.

"La propensión a declararse de izquierda en el periodo del conflicto también se condice con las preferencias entre la dicotomía conservador-progresista", señala Pedro Fierro. "Durante 2020 y 2021 la mayoría de los encuestados tendía a escoger posturas más ligadas a la equidad, la importancia del Estado, la igualdad, los derechos civiles, la planificación y la universalidad. En los años venideros, eso se estabilizó y, en algunos casos, se revirtió. Los ítemes más emblemáticos son los del orden, por sobre libertad y respeto por derechos civiles, y el del crecimiento por sobre igualdad".

La democracia

Finalmente, el investigador llama la atención respecto a que hoy exista menos porcentaje de ciudadanos que valoran la democracia frente a cualquier escenario. "Se trata de una variable que es bastante constante en el tiempo, pero lo cierto es que hoy hay más personas que se abren - explícita o implícitamente - a un sistema autoritario de gobierno".

Ello porque en 2018 sobre el 60% de los encuestados valoraba la democracia como el mejor sistema político, mientras alrededor del 15% planteaba que "a veces" optaría por un sistema autoritario. Hoy, en cambio, el primero está por debajo del 60% de valoración y el autoritario se empina hacia el 20%.

Polarización

El director de estudios de Fundación Piensa, Maximiliano Duarte, dice que los datos de 10 años de la Encuesta de Opinión Política ofrecen argumentos poderosos para dudar de dos relatos instalados en la opinión pública: que el país está polarizado y que el escenario político se mueve de manera pendular, de modo tal que ahora estaríamos experimentando el extremo opuesto al de 2019.

"A nivel individual, no es cierto que el país esté más polarizado que antes. En nuestra encuesta le preguntamos a las personas por su posicionamiento político en una escala de 1 a 5, donde 1 representa el extremo derecho y 5 el extremo izquierdo. En los últimos dos años las respuestas de quienes se identifican con la izquierda y la derecha se concentran en los valores 2 y 4, respectivamente, lo que implica mayor cercanía al centro".

Duarte señala que si bien es cierto hubo un período de polarización ideológica que alcanzó su peak en 2020, "los datos de la última encuesta nos sugieren que el nivel de polarización ideológica es incluso menor al de los años pre-estallido".

Tendencia pendular

Respecto a la "teoría del péndulo", agrega, "hay quienes piensan que, así como se alcanzó el punto mayor extremismo de izquierda durante el estallido, hoy estaríamos en el extremo opuesto". No obstante, hacer ver que en la región "hay más personas que se identifican con la izquierda que con la derecha, a pesar de que la inmensa mayoría no se identifique con nada".

Además, "al ver la evolución de las preferencias en base a clivajes como Estado-individuo, libertad-orden y equidad-esfuerzo individual, entre otros, los resultados de hoy se parecen bastante a los de 2018. La única idea que sí tiene una adhesión extraordinaria es la del crecimiento económico, pero eso de debe más bien a una preocupación compartida transversalmente en torno al estancamiento económico y el aumento del costo de vida, no a una cuestión ideológica. El país está mal y las familias están pagando las consecuencias de los penosos resultados económicos".

En términos políticos, Duarte plantea que probablemente para el oficialismo "la realidad no es tan hostil como pensaba, y que las preferencias ideológicas no están posicionadas, necesariamente, sobre las ideas del adversario".

Pero la otra opción es que no esté leyendo bien el panorama. "Si lo que ellos pensaban que era extremismo de derecha no es tal, entonces la pregunta que surge es ¿cuál es el equivalente al 'octubrismo' de signo opuesto? El hecho de que estemos lejos de ese punto significa que queda mucho margen y que, por tanto, cada día puede ser peor".

"En los últimos dos años hemos visto que ambos - izquierda y derecha - han aumentado las preferencias".

Pedro Fierro, Investigador Piensa

"Los datos de la última encuesta nos sugieren que el nivel de polarización ideológica es incluso menor al de los años pre-estallido".

Maximiliano Duarte, Director de Estudios de Fundación Piensa

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