"Debería estar considerado ampliar los establecimientos que tenemos en la Región"
Las cárceles de la Región de Valparaíso se encuentran prácticamente al doble de su capacidad. Así quedó patente en el último reporte estadístico de Gendarmería, institución que, por lo demás, enfrenta una segunda complicación: el considerable déficit de funcionarios en la zona.
El director regional de Gendarmería, coronel Álvaro Millanao, aborda los principales flagelos de la que, señala, es una "crisis carcelaria" a nivel local y nacional. Y si bien es una decisión que no depende de él, considera que la Región de Valparaíso debe apuntar hacia la ampliación de sus recintos penales.
- Según Gendarmería, Valparaíso presenta el tercer mayor índice de hacinamiento en las cárceles, con un 186,9%, y la tendencia sigue al alza. ¿Cómo describe la situación que vive hoy el sistema penitenciario de la Región?
- El sistema penitenciario en el país está pasando por una crisis, de la cual la Región de Valparaíso no ha estado ajena. Los factores son múltiples: podemos atribuirlo a una efectividad de las policías, la eficacia del Ministerio Público, como también al aumento de los delitos, y eso repercute en nosotros como sistema penitenciario. Efectivamente, hoy existe sobrepoblación en los establecimientos. Eso también nos lleva a trabajar en diferentes materias, como una mejor segmentación de la población penal, una mejor distribución de la capacidad de habitabilidad que tenemos dentro de los establecimientos, y otorgarle la mejor atención a la población penal, con los recursos que hoy día contamos.
- Dirigentes de la ANFUP denuncian que en la cárcel de Valparaíso hay hasta 7 reos en celdas para tres y que algunos tienen que dormir en el suelo. ¿Es así de grave la situación carcelaria en la zona?
- Los niveles de sobrepoblación implican eso, o sea, los espacios hemos tenido que adecuarlos para poder ubicar a mayor cantidad de personas. Si inicialmente las celdas eran para 3 personas, hoy día podemos tener 4 o 5, pero la diferencia en la apreciación que usted señala es que efectivamente entregamos las condiciones para que estas personas queden ubicadas de la mejor forma. Hemos incorporado más literas, hemos puesto más ropa de cama. Si en algún minuto detectamos que estos niveles se nos sobrepasan y hay alguna persona dormida en el suelo, eso lo abordamos oportunamente y lo corregimos.
Otro perfil
- El Centro de Detención de Limache presenta una superpoblación del 280%, mientras que en los penales de Quillota, Petorca y San Antonio, su capacidad se duplica. ¿Hay una especial atención allí?
- En el caso puntual de Limache, lo que nosotros aplicamos es que en los establecimientos que tienen baja gestión de seguridad, buscamos reubicar población penal de bajo compromiso delictual. Son internos que tienen un mejor pronóstico de reinserción, un mejor pronóstico conductual, lo que nos permite en un establecimiento con sobrepoblación tener un mejor control por parte del personal. ¿Qué es lo que nosotros estamos garantizando con eso? La seguridad de los establecimientos. Otras unidades de preocupación dentro de la región y de preocupación son Quillota y San Antonio. Quillota es una unidad penal que alberga gran cantidad de internos y que tiene mejores condiciones de infraestructura. Entonces, también ahí estamos haciendo un trabajo potente de reinserción. Y la unidad penal de San Antonio tiene una vital preocupación, porque se encuentra dentro de la cota de inundación.
- ¿Cómo afecta este hacinamiento a los programas de reinserción? ¿Hoy los internos tienen reales posibilidades de rehabilitarse?
- El trabajo en materia de reinserción que se realiza es someter a la población penal a una intervención psicosocial. ¿Cuál es la dificultad que nosotros vemos hoy por la superpoblación? Está dada porque mucha de la población penal que hoy día ingresa a los estamentos penales no se somete a los procesos de reinserción. Todos sabemos que la población penal hoy día tiene otro perfil: es más refractaria, pertenecen ya a bandas criminales. Entonces, si decimos que el trabajo de Gendarmería en materia de reinserción no está siendo tan efectivo, tiene esa variable a considerar.
- ¿Hay una mayor presencia de extranjeros en los recintos penales de la región?
- En los últimos cinco años hemos tenido un aumento prácticamente de 400% en la población penal extranjera, y la Región no es la excepción. Muchos de ellos no se someten a los procesos de reinserción, porque están a la espera de que la prisión preventiva se revierta y puedan salir en libertad, o en algunos casos se aplican otras medidas, como la expulsión del país.
-Hablemos del déficit de funcionarios. En Limache se estima que faltan 15 gendarmes, mientras que en Valparaíso se necesitan 39. ¿Le preocupa esta realidad?
- Nosotros tenemos una carrera funcionaria que tiene término a los 30 años de servicio, y el personal debiera necesariamente irse renovando, cosa que no estaba ocurriendo hasta hace algunos años. Efectivamente, nos gustaría contar con mayor cantidad de personal. En los últimos dos años hemos recibido del orden de 130 funcionarios nuevos. Esperamos que este año también tengamos una cifra que nos ayude un poco a solventar esto.
Déficit de plazas
- ¿Cómo repercute el déficit en la labor de Gendarmería?
- Nosotros tenemos una variable, que es el aumento explosivo de la población penal, y que la misma hoy tiene un mayor nivel de agresividad en cuanto a los controles internos. Si a eso le sumamos que el personal es el mismo, obviamente que hay afectación para las personas que están en servicio, que redoblan esfuerzos y que se ven muchas veces sobrepasados. Sin embargo, las cifras nos dicen que las cárceles funcionan y que estamos controlando a la población penal.
-¿Urge la construcción de un nuevo recinto penal?
- El sistema penitenciario hoy día en el país presenta un déficit de plazas que es considerable y Valparaíso no está ajeno a eso. Tenemos la posibilidad de los establecimientos que ya están ampliando su capacidad, y eso también es una solución. No depende de mí, pero sí debería estar considerado ampliar los establecimientos que tenemos en la Región. Mientras eso no ocurra, ¿qué tenemos que hacer nosotros? Incorporar nuevos elementos, nuevas medidas de seguridad.
- ¿Cuáles son esas nuevas medidas de seguridad que se están implementando en los penales?
- La incorporación de tecnologías hoy nos permite tener un mejor nivel de seguridad. Ese es el camino que nosotros hemos tomado como institución. Eso implica la instalación de cámaras analíticas, sistemas electrónicos de seguridad, cercos eléctricos que nos permiten también liberar un poco la labor que desarrolla el personal.
- ¿Qué mejoras concretas tienen?
- El Centro Penitenciario de Valparaíso va a ser sometido a algunas mejoras, que tienen que ver con los sistemas de televigilancia. Vamos a incorporar nuevos sistemas de cámaras, lo que inhibe la acción delictiva dentro del establecimiento, ya que la población penal se siente más vigilada. También antidrones, que no permiten que se utilice el mecanismo del dron para ingresar elementos prohibidos al interior de los establecimientos, y así un sinnúmero de tecnologías. Nosotros hoy hemos puesto el foco en la seguridad de los recintos.
- Este año, de la cárcel de Valparaíso escaparon cinco reos. Lo propio ocurrió en 2021, siendo parte de los prófugos los asesinos de la carabinera Rita Olivares. ¿Qué acciones correctivas se han adoptado?
- El último evento (fuga) es del año 2021, y ahí hacer la aclaración de que lo que ocurrió en julio de este año es un abandono de un sistema de autorregulación, que es abierto. Ellos no estaban bajo el sistema cerrado. Entonces, al mirar las cifras, hoy en día no tenemos indicadores que nos permitan decir que hemos tenido fugas durante el año.
"La población penal hoy tiene otro perfil: es más refractaria, pertenecen a bandas criminales. Si decimos que el trabajo en materia de reinserción no está siendo tan efectivo, tiene esa variable a considerar".