Incendios: hay que acelerar las medidas
Mientras avanzan los preparativos, el pasto seco crecido debido a las intensas lluvias del año comienza a secarse por toda la Región.
Tras participar en la construcción de un cortafuegos en el cerro Cordillera, el director regional de Conaf, Leonardo Möder, expuso algunas de las medidas definidas por la institución para mejorar sus respuestas ante un megaincendio, tal como lo sugirió la Comisión Investigadora Especial desarrollada por la Cámara de Diputados para definir responsabilidades en torno a la fatal tragedia ocurrida en febrero pasado: fortalecer la coordinación entre los organismos, trabajar con objetivos comunes junto a los municipios y revisar los procedimientos de respuesta propios y de las otras instituciones de emergencia, como Senapred y Bomberos del Chile.
Hay otras medidas en curso para la actual temporada alta de incendios forestales. Se instalaron cuatro mesas técnicas para definir mejoras en la construcción de cortafuegos; en la vigilancia forestal, para mitigar los incendios intencionales; y en el diseño urbano para que los municipios tomen en cuenta factores de riesgo al momento de planificar su expansión y desarrollo. Todas estas acciones de preparación ocurren cuando comienzan a secarse los extensos mantos de vegetación surgidos en toda la Región por las intensas lluvias de este año. Sometidos a las altas temperaturas y la menor humedad ambiental, esos pastos finos son material combustible para la acción, intencional o no, del hombre. Por ello, las autoridades deben dar urgencia a la materialización de los planes en análisis. Esto no solamente significa movilizar a los municipios para que realicen un intenso programa de desmalezamiento, sino exigir también la pronta instalación de brigadas de Conaf, que puedan atender los primeros focos de estas semanas, y el arribo de las aeronaves que apoyarán el trabajo de dichos funcionarios. Es difícil identificar cuál es la temporada alta de incendios forestales. El megaincendio de Viña ocurrió en febrero, pero el de Valparaíso en 2014 fue en abril y hay ejemplos de tragedias forestales en noviembre, diciembre, enero y marzo, incluso después. Por ello, el país debe avanzar en protocolos, resguardos y contingentes que operen de forma permanente. Sólo entonces podremos decir que estamos correctamente preparados para el próximo gran siniestro.